Una masiva e inédita manifestación de científicos se realizó en la capital de Chile. Los investigadores abandonaron sus laboratorios para protestar frente al Palacio de la Moneda.
La gota que colmó el vaso fue la renuncia del director de la Comisión Nacional de Ciencia y Tecnología y posteriormente un llamado de atención en los medios de comunicación.
La rebelión de los científicos explotó en demanda de más financiamiento y mejores condiciones laborales para los investigadores.
En ciencia y tecnología, Chile está sometido a las transnacionales, sin una estrategia propia para el desarrollo.
El porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) dedicado a investigación es apenas 0,39 por ciento del presupuesto anual, lejos el más bajo de los países desarrollados con que Chile gusta compararse.
Otros países han saltado al desarrollo potenciando la investigación, pero la economía chilena está basada en la exportación de materias primas. El país no dispone de un plan nacional que oriente la ciencia.
Como en salud, educación y todas las áreas claves del desarrollo, la ciencia también quedó a merced del mercado. Hoy ha demostrado estar en crisis.
