El 12 de enero, se cumplieron 46 días de la “toma” del acceso al tranque El Mauro por parte de la comunidad organizada del pueblo de Caimanes, localidad de 2.000 habitantes ubicada a 300 Kms. al norte de Santiago de Chile en la región de Coquimbo, provincia del Choapa. Cansados de soportar el abuso y el abandono de las autoridades tomaron la decisión de trasladarse y acampar en la entrada del Mauro, para evitar el acceso por parte de la minera Los Pelambres perteneciente al grupo Lucksic, ya que hasta la fecha no cumplen el dictamen de la corte suprema rol causa C7957 – 2008, donde se determina “el libre escurrimiento de las aguas subterráneas y superficiales del estero Pupío en cantidad y calidad”.
Debido a la construcción del tranque, hoy tenemos una comunidad violentada, millones de metros cúbicos de agua contaminada y personas viviendo con la angustia permanente de que frente a un sismo que supere los 7.5 grados en la escala de Richter podrían desaparecer, lo que llevó a la corte suprema en el mes de mayo a declarar el tranque como “obra ruinosa”.
Hoy este tranque contiene más de 2.200 millones de toneladas de relave y diariamente, se depositan 175 mil toneladas de material que equivale a 6.000 camiones mineros de alto tonelaje por día. El peritaje establece que fue diseñado para 120 mil toneladas diarias y se están depositando 175 mil. .
El pueblo de Caimanes lleva alrededor de 14 años movilizado, haciendo uso de todas las maneras posibles para ser escuchado, por ejemplo: demandas judiciales, huelgas de hambre, mesas de conversación y muchas otras acciones; la resistencia de este pueblo ha sido ejemplar, entendiendo que durante lo que ha durado este proceso, el crecimiento como comunidad es invaluable.
Hoy, cuentan con un mandato por parte de la corte suprema para que se les devuelva el cauce natural de las aguas, sin embargo, es incomprensible que la minera de los Lucksic no obedezca el mandato que la corte suprema dictaminó, luego de años de investigación y trámites; y por sobretodo, que las autoridades de gobierno no se pronuncien.
Hace dos días, parte de la comunidad se tomó otro acceso más al tranque de relaves, por el sector de Camisa que queda en la ciudad de Salamanca, lo que significaba para la minera quedar sin acceso a su faena de mantención del tranque, apenas efectuada esta acción, carabineros por orden de la minera desalojó a los manifestantes del acceso a Camisa, actuando como si fueran guardaespaldas privados de los Lucksic.
El oficial de carabineros a cargo del violento desalojo explicó que actuó de acuerdo a un procedimiento de “delito in fraganti” ya que no tenía una orden judicial de un tribunal competente. La comunidad de Caimanes, solamente está exigiendo el derecho a que se cumpla el fallo de la Corte Suprema de Chile, que obliga a la minera a restituir el libre escurrimiento de las aguas superficiales y subterráneas del estero Pupío y entonces ¿qué es lo que carabineros debería hacer en vez de reprimir al pueblo de Caimanes que exige sus derechos?
Este sinsentido puede tener una explicación en lo que es el “capitalismo oligárquico” que existe cuando el poder y el dinero están concentrados en unas cuantas personas; sabemos que en Chile, hay políticos directamente relacionados con la corrupción mercantilista. Lo que se vive a partir de esto es la peor forma del capitalismo, no sólo por la injusticia económica que estas políticas toleran y promueven, sino porque a estas cúpulas de poder no les interesa el crecimiento y el desarrollo como objetivo de una política económica, ya que en conjunto con los oligarcas políticos fijan sus propias reglas para maximizar sus ingresos y su riqueza.
Es un “capitalismo de amigotes” donde se ponen de acuerdo para hacer que uno de los grupos permanezca en el poder de gobierno la mayor cantidad de tiempo posible, para que el otro grupo alcance a desarrollar sus fechorías y acomodos económicos tranquilamente y esto, sin pensar ni por un segundo en las víctimas de sus crueldades, porque lo de Caimanes sí es una crueldad, dejar a todo un pueblo sin agua y con la poca que queda contaminada, destruir la tierra sin preocuparse del sustento y además hacerlo sin ninguna dificultad.
Por eso, está muy claro quiénes son los que tienen que responder por esta debacle ambiental, en primer lugar, todos los gobiernos de la concertación y además el de la alianza y la nueva mayoría, pero principalmente, el de Lagos Escobar, ya que fue en su gobierno que se inició esta trasgresión de los derechos humanos ambientales de los habitantes del Choapa, hasta llegar al de la señora que llegó a la ONU y entre ellos, un senador de este distrito, que actúa con antiguas prácticas dictatoriales, junto a ciertos diputadillos y alcaldes irresolutos cuya carrera se centra, principalmente, en “lo que les toca”.
El “caso Penta” es un terremoto de ruido escandaloso, vergonzoso y de máxima corrupción, que involucra a personeros y simpatizantes de la dictadura de Pinochet, pero ¿qué pasará cuando realmente se sepa lo que hay detrás de este sinsentido inexplicable del grupo Lucksic, que desafía un fallo de la Corte Suprema de la justicia chilena? creo que es cosa de tiempo antes de que se destape esta olla en el Choapa, donde en su fondo veremos como se cuecen tiburones, alacranes, cerdos y quien sabe que otra carroña política más.