Producto de su incontinencia verbal, y víctima del síndrome de la polilla, que no puede resistir las luces de la televisión, Sebastián Piñera aseguró, sin pruebas, que el «espionaje», denunciado con pompa y circunstancia por el presidente de la Sofofa, tiene origen en una teleserie de relaciones de pareja. Más allá de que tuvo que desdecirse de inmediato, su aseveración chacreó aún más al bullado escándalo, que antes de la declaración de Piñera, ya venía haciendo agua por los cuatro costados, y también por el fondo.
Sin que vienera a cuento, y sin que nadie le preguntara, Piñera se las dio de opinólogo de la farándula, al asegurar que el espionaje en la Sofofa se debía a una situación sentimental, sin perjuicio de que después tuvo que reconocer que dicha tesis no le consta.
¿Y entonces con qué objetivo se metió al baile? ¿Será porque sabe algo que le puede reportar alguna ventaja, dado el hecho que no da puntada sin hilo, o simplemente de pintamonos?
El tiempo lo dirá pero el hecho es que ayer, en el programa «En Buen Chileno», el candidato de la derecha afirmó:
«Tengo impresión de que este caso va a tener un vuelco total porque la información que tengo es que esto no se trata de espionaje político ni espionaje industrial, es una cosa mucho más doméstica que tiene ver con relaciones de parejas».
Como siempre sucede, Piñera tuvo que salir casi al punto a aclarar sus dichos:
«Yo me refería a un tema doméstico, el tema sentimental lo escuché a alguno de los panelistas del propio programa ‘En Buen Chileno’ la semana anterior, pero eso no es algo que a mí me conste».
Y para disimular su paso en falso, se despachó la siguiente filípica:
«No tengo la certeza, tengo una impresión y por eso creo que lo más prudente es que la Fiscalía avance con la investigación. Pero me parece importante que no se magnifique un tema como si hubiera sido de características políticas o de espionaje industrial como se pensó al comienzo, yo creo que es mucho más doméstico. Eso es lo que yo creo, he tenido alguna información, pero lo importante es que la Fiscalía investigue lo antes posible. Al comienzo se pensó que esto era algo de naturaleza política como que hicieran los partidos o las fuerzas políticas, estuvieran operando, otros creyeron que se trataba de un espionaje industrial, yo creo que la cosa no va por ahí.
En todo caso ha habido muchas tesis y yo he escuchado muchas versiones».
Un candidato que no puede callar algo que no le consta, no puede ser Presidente, a riesgo de bochornos diplomáticos, como los que hubo a raudales durante su primer gobierno, e incluso de peligro para la seguridad nacional, dada su imposibilidad de guardar silencio, así sean secretos de Estado.
En todo caso, el Fiscal Manuel Guerra, que investiga el caso, no sólo no lo pescó ni en bajada, sino que lo llamó a la prudencia y a no sacar conclusiones apresuradas, además de descartar la temeraria tesis de las relaciones de pareja:
«No me parece adecuado especular. No tenemos antecedentes de que esto se refiera a relaciones de pareja. Como Fiscalía tenemos la obligación de indagar todas las líneas que puedan surgir en el transcurso del caso. Creemos que cualquier persona que tenga antecedentes en su poder que puedan ser relevantes para el esclarecimiento de los hechos, nosotros le pedimos que ojalá los haga llegar a la Fiscalía y eso no excluye a nadie. Pero, en concreto, vemos que esto se da en un contexto de un programa de televisión, es una opinión que él expresa. Por el momento, los fiscales me han señalado que no ven la necesidad de citarlo a declarar, porque lo que él menciona no se vincula en nada a la investigación que estamos llevando y con los antecedentes que se han reunido».
Sospechosa la weá
Sin embargo, no era necesaria la última payasada de Piñera para caer en cuenta que el caso del «espionaje» a la Sofofa no es lo que parece, y en ningún caso reviste las características que la organización empresarial le atribuyó.
De hecho, los fiscales Lorena Parra y Roberto Contreras, y cuatro efectivos de la Brigada de cibercrimen de la Policía de Investigaciones incautaron desde las oficinas de las Sofofa, en Andrés Bello 2777, en la comuna de Las Condes, computadores, celulares e información de registros informáticos del presidente de la Sofofa, Hermann von Mühlenbrock.
Previamente se supo que a) la Sofofa retuvo la información al menos dos semanas antes de darla a conocer a la policía; b) que el hallazgo lo hizo una compañía provada de seguridad, Profacis, la que se quedó con el micrófono, y c) que en las primeras diligencias los fiscales y la policía fueron atendidos por el gerente corporativo Carlos Cayo y el Secretario General, Jorge Ortuzar., en lugar del presidente Hermann Von Mühlenbrock, y los vicepresidentes José Juan Llugany -quien habría sido espiado en su oficina de Carozzi-, y Gastón Lewin.
El fiscal Manuel Guerra manifestó:
«Llama la atención que no se haya denunciado al momento en que ocurrieron los hechos. Normalmente las personas cuando sufren situaciones de esta naturaleza lo primero que hacen es ponerlo en conocimiento de las autoridades competentes».
Guerra añade que «para nosotros hubiese sido ideal que nos llamaran de inmediato, pero no quiero entrar a calificar las intenciones que los guiaron a ellos. El hecho objetivo es que ellos no denunciaron apenas ocurrió el hecho, pero prefirieron depositar su confianza en una empresa privada que llamar a la policía. Eso es lo real».
Otro hecho sospechoso: al equipo de aire acondicionado se le hace mantención cada 15 días al aire acondicionado. ¿Cómo pudieron pasar inadvertidos los micrófonos durante meses? ¿Hubo contaminación de la escena?
Al respecto, el fiscal Roberto Contreras señaló:
«Se hicieron todas las diligencias necesarias para determinar el origen de dónde se habrían colocado estos dispositivos, la manera en que eventualmente se pudo haber manipulado el sitio del suceso y también estamos recabando información a través de las personas que participan como dependientes de esa oficina para determinar el origen de la colocación de este artefacto».
El Ministerio Público se encuentra investigando tres delitos: infracción a la Ley de delitos informáticos, infracción a la Ley de Telecomunicaciones e intervención de comunicaciones privadas.
Andrónico Luksic, cabeza de uno de los principales grupos empresariales del país, no pierde pisada del caso espionaje que afecta a su gremio y se refirió al hecho en su twitter personal:
«Qué importante que la Fiscalía ya esté actuando. Reitero la urgencia de que esta investigación logre identificar a los autores y sus intenciones».
En la Sofofa se han jugado públicamente por la tesis de que detrás de la aparición de micrófonos y cámaras diminutas en la oficina de Hermann von Mühlenbrock estarían grupos criminales dedicados a obtener informaciones económicas o servicios de seguridad del Estado. Pero al interior de la institución se temía más bien que esté vinculado al proceso electoral.
El escándalo estalló en el contexto de una de las elecciones más crispadas de la historia de la organización, en la cual el ex ministro Rodrigo Alvarez, quien representaba la continuidad de la actual administración, terminó renunciando a su postulación, tras acusar dinámicas ajenas a procesos electorales normales, justo cuando el gremio de alimentos y bebidas que él dirige hace varios años decidió quitarle el apoyo.
Cuando el viernes pasado el espionaje en la Sofofa se hizo público, varios empresarios salieron a poner paños fríos. Uno de los que más hizo gestiones fue Bernardo Matte, desde París, aquietando la furia de varios consejeros y también la de su propio sobrino.
Al más alto nivel, varios, además, convencieron al consejero emérito Pedro Lizana, quien según un empresario había llamado a una conferencia el mismo día jueves para aplazar las elecciones, a que no hiciera tal y que cambiara su discurso exigiendo que se cumplieran los plazos. El gesto de Rodrigo Alvarez -de salir a apoyar a Larraín directamente- es la prueba de que hubo gestiones a todo nivel para calmar las aguas.
Bernardo Larraín, fue electo como nuevo presidente de la Sofofa en medio de un escenario de tensión inédito dentro del gremio.
Y entonces llegó Piñera a ponerle la lápida al caso, con la tesis de que se trata de un asunto entre privados, ligado a un lío de faldas.
Como dice el filósofo Fica, sospechosa la weá……
Comunicado de la Sofofa
En relación con la información aparecida en diversos medios de comunicación, la Sociedad de Fomento Fabril desea informar a la opinión pública, lo siguiente:
1.- La semana pasada en nuestra organización gremial se tuvo antecedentes de la posibilidad de una vulneración de la seguridad y privacidad de nuestras instalaciones.
2.- Inmediatamente que tomamos conocimiento de estos hechos encargamos la revisión completa de nuestras oficinas y equipos de comunicación a una empresa especializada, y requerimos la asesoría jurídica correspondiente.
3.- Con fecha de ayer los antecedentes recibidos fueron puestos en conocimiento del Comité Ejecutivo, acordando esta instancia unánimemente presentar una denuncia a la Fiscalía con la finalidad de investigar, esclarecer estos hechos y determinar a sus responsables. A continuación se informó también a don Bernardo Larraín, candidato a presidir nuestra organización, y a don Patricio Jottar
4.- Todas estas acciones se han ejecutado en el más breve lapso posible, ingresando la denuncia en el Ministerio Público una semana después del primer hallazgo y 24 horas después de recibido el informe técnico evacuado por la empresa especializada.
5.- Consideramos que estos hechos son de la mayor gravedad y es fundamental una acuciosa investigación, para lo cual tomaremos todas las acciones y medidas necesarias para colaborar en su esclarecimiento.
6.- Reafirmamos nuestro compromiso con la institucionalidad y los procedimientos de nuestra organización, incluido el proceso electoral en curso, los que no se verán afectados por esta agresión de la que Sofofa, en su conjunto, ha sido víctima.
7.- Este episodio, inédito en la Sofofa, es inmensamente dañino para nuestra institución, para el empresariado, para la credibilidad pública y para nuestro país. En lo personal, a los directivos de nuestra organización empresarial, les duele y afecta que se hayan vulnerado principios básicos de respeto a las personas e instituciones.
Santiago, 26 de mayo de 2017.