El buzo Patricio Soto, trabajador de la empresa Mainstream Chile y que desempeñaba sus funciones en una faena de buceo en el Centro de Cultivo Puyao, ubicado en Castro, Chiloé, perdió la vida en un fatal accidente laboral. Carta de compañeros de trabajo, denuncia que la Empresa Mainstream realiza sus funciones al margen de la ley, en pésimas condiciones de seguridad para los buzos.
En la carta enviada, un trabajador que por razones laborales prefiere mantener su identidad en secreto, denuncia que la Empresa Mainstream realiza sus funciones al margen dela ley y con pésimas condiciones con las que los buzos deben lidiar diariamente:
“En primer lugar, quisiera comenzar señalando el mal trato que recibimos cotidianamente por nuestra jefatura directa, Jefe de operaciones submarinas, Sr. Héctor Riquelme y Sr. Claudio Andrade, quienes nos someten a un trabajo fuera de la ley, obligándonos en reiteradas ocasiones a desarrollar nuestras labores con condiciones de Puerto Cerrado, lo que quiere decir que naves menores a 25 toneladas de registro grueso (TRG) no pueden navegar. No obstante, para ellos sí tenemos la obligación de bucear, utilizando embarcaciones menores y sobrepasando su capacidad máxima de dotación. Las lanchas en que salimos a cumplir nuestras labores miden menos de 10 metros de eslora, encontrándose muy por debajo de las 25 TRG que estipula la autoridad marítima para navegar en condiciones de puerto cerrado, no importando que nuestras vidas se encuentren en riesgo”.
“Otro aspecto de relevancia y que no es considerado por nuestra jefatura, es el extenso horario que debemos soportar en las jornadas laborales diarias, saliendo de nuestros hogares a las seis de la mañana y retornando a las diez de la noche, pero para la empresa, nuestra jornada la hacen correr desde la llegada a playa de acceso al Centro de Cultivo, sin considerar que anteriormente a esto debemos cargar y descargar los equipos en los vehículos de la empresa para poder llegar al lugar de trabajo. Tampoco son consideradas las horas extras y además se pasan por alto los horarios de colación estipulados contractualmente, al punto de depender del apetito del Jefe de Operaciones Submarinas, el Sr. Riquelme, quien en más de una ocasión ha manifestado que ‘si él tiene hambre nosotros podemos almorzar’. Somos seres humanos y lo mínimo es tener un trato digno, consideramos que ser jefe no faculta para que una persona nos pisotee continuamente”.
En tanto, en lo referente a las causas que originaron la muerte de Patricio Soto, el buzo anónimo que efectuó la denuncia, menciona que el equipo con el cual trabajan no es el adecuado para realizar las funciones, lo cual repercute en la salud, en el desempeño y, en este fatal caso, en la vida de ellos:
“Utilizamos un computador de buceo marca Suunto Zoop, el cual nos entrega un margen de seguridad mucho menor que el considerado por la autoridad marítima. Por ejemplo, de acuerdo a las tablas de buceo españolas, que se encuentran acorde al reglamento de buceo de la autoridad marítima, un buzo a una profundidad de 30 metros puede estar un máximo de 25 minutos sin descompresión. En el caso del Suunto Zoop, éste arroja un margen mucho mayor de tiempo de buceo, debido a que el computado planifica una inmersión de acuerdo a la profundidad media, siendo de utilidad para buceos deportivos, pero para el desempeño laboral de un buzo profesional, estos computadores no son permitidos por la autoridad marítima y al utilizarlos como una herramienta de trabajo, arriesgamos nuestra integridad física”.
Además, el trabajador denuncia que Mainstream no realiza las mantenciones adecuadas a los equipos de buceo, ya que los turnos de los trabajadores son de 12 días trabajados por tres de descanso, con lo cual no se alcanzan a reponer por completo los equipos ni a hacerles las mantenciones necesarias y adecuadas para el buceo profesional.
Denuncia además que, nivel contractual y de legislación laboral, la empresa no se rige por la normativa vigente en la práctica, exponiéndolos y obligándoles en reiteradas ocasiones a efectuar maniobras arriesgadas “al punto de hacernos bucear para recuperar salmones, lo que podemos leer como que nuestras vidas valen menos que un pescado. También nos obligan a bucear a profundidades superiores a la permitida, diciéndonos en muchas ocasiones que ‘el trabajo hay que hacerlo y si no les gusta búsquense otra alternativa’”.
“La empresa nos somete a un trato vejatorio e inhumano; no podemos continuar permitiendo que, por mantener nuestro trabajo, nos expongan a accidentes como los que han sucedido o a un nuevo fallecimiento de un colega, como ha ocurrido en más de una ocasión en esta empresa. Nosotros también somos personas y detrás de nosotros existen familias y personas que nos esperan. Creemos firmemente que no podemos continuar en estas condiciones y que la organización por una política arcaica y esclavizadora que mira a los trabajadores como objetos que deben cumplir para beneficio de la empresa, no valore nuestro sacrificio y esfuerzo diario y no nos considere como seres humanos. No queremos más muertes y sí un trabajo que nos permita desarrollarnos laboralmente de forma digna”, culmina la misiva denuncia, en la cual el anónimo trabajador clama por ayuda para mejorar las pésimas condiciones laborales en las que se encuentran y que, lamentablemente, no son casos aislados en la industria salmonera de nuestro país.