El exmilitar chileno Pedro Pablo Barrientos Núñez, de 67 años, compareció el lunes una corte federal estadounidense, al iniciarse el juicio por su presunta responsabilidad en la muerte del cantautor Víctor Jara, asesinado pocos días después del golpe militar de Augusto Pinochet en 1973. A su entrada al tribunal Barrientos Nuñez, que llevaba gafas oscuras, trató de eludir a los fotógrafos arrimándose a la pared y no quiso hacer declaraciones.
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Media hora después llegaron caminando la viuda de Jara, Joan Jara, y sus dos hijas, Amanda y Manuela Jara Bunster, quienes tampoco quisieron hacer declaraciones.
Barrientos, quien llegó a EEUU en 1989, es residente en Deltona (Florida), tiene la ciudadanía estadounidense y enfrenta los cargos de tortura y asesinato extrajudicial.
En la orden en la que la corte de Florida aceptó el caso el pasado abril, se especifica que Barrientos no será juzgado por delitos de lesa humanidad, como pedía el Centro de Justicia y Responsabilidad (CJA), organización defensora de los derechos humanos con sede en San Francisco (California).
O sea, a todo lo más, el tribunal fijará sanciones pecuniarias.
El exteniente fue demandado el 2013 por el CJA, que es asistido en el juicio por la firma de abogados Chadbourbe & Parke, que actúa “pro bono” (gratis) en este caso.
En septiembre de 1973 el cantautor, director de teatro y activista política fue detenido por las fuerzas golpistas y llevado, como otros muchos chilenos, al Estadio Chile, hoy llamado Víctor Jara en su honor.
Allí fue torturado y asesinado a balazos el 16 de septiembre de 1973, cinco días después del golpe de Pinochet.
Barrientos era uno de los tenientes encargados de custodiar a los prisioneros en el Estadio Chile, tras el levantamiento militar y el derrocamiento del Gobierno de Salvador Allende (1970-1973).
Es la primera vez que Barrientos responde ante los tribunales por la muerte de Jara. Su viuda Joan, de 89 años, y sus dos hijas, Amanda Jara y Manuela Bunster, intentarán obtener algo de justicia 43 años después del crimen.
El juicio tiene carácter civil, y el jurado puede decidir sanciones monetarias. En 2014 Chile pidió a Estados Unidos la extradición de Barrientos, pero la demanda permaneció sin respuesta.
El abogado de los denunciantes, Mark Beckett, explicó a los ocho miembros del jurado que podrán ver entrevistas en video a civiles y militares que vivieron el caos instalado en Chile tras el golpe de Estado de Pinochetr con respaldo del gobierno de Estados Unidos.
“El 12 de septiembre Barrientos condujo a soldados de la segunda compañía de combate al Estadio Chile” y “fue visto dando órdenes a los reclutas y guardias colocados en toda la zona. La evidencia mostrará que Barrientos le disparó dos veces en la cabeza” a Jara, dijo el defensor, integrante del bufete Chadbourne y Parke, con sede en Nueva York.
El popular folclorista fue detenido y torturado junto a otros 5 mil prisioneros un día después del golpe de Estado. Murió cinco días después en el entonces Estadio Chile, hoy llamado Víctor Jara.
Beckett dijo que luego Barrientos exhibió “con orgullo” la pistola con que acababa de asesinar al músico ante otros oficiales y reclutas.
Se prevé que el juicio por tortura y asesinato extrajudicial se prolongue hasta el 29 de junio.
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La viuda de Jara, que camina con ayuda de un bastón, debió ser asistida para subir al estrado. Recordó la desaparición de su compañero y cómo, después de que se enteró de su asesinato, su vida cambió.
“Siento que fue, literalmente, el fin de mi primera vida”, afirmó, mientras sus hijas y amigos sollozaban silenciosamente en la sala.
“Cambió mi vida, y la vida de mis hijas, para siempre”, insistió.
Joan relató el trauma que le significó ver al cuerpo sin vida y mutilado de Jara en una morgue de Santiago.
“Uno de sus ojos estaba amoratado y ensangrentado. Sus manos colgaban en ángulos extraños y estaban ensangrentadas. Creo que vi 20 grandes agujeros de bala en todo su cuerpo y una enorme herida en el centro”, dijo.
La demanda contra Barrientos fue presentada inicialmente en 2013 en Jacksonville, Florida, por el Centro de Justicia y la Responsabilidad (CJA, por su sigla en inglés), un grupo de derechos humanos radicado en San Francisco.
Once exmilitares han sido procesados en Chile por la muerte del cantautor, aunque Barrientos es señalado como su principal responsable.
Jara era militante del Partido Comunista y ferviente defensor del proyecto de Unidad Popular que encabezó entre 1970 y 1973 el presidente socialista Salvador Allende.
El asesinato del cantante, que inspiró a decenas de músicos en todo el mundo, desde Joan Báez a Bono, es uno de los más emblemáticos casos de violación de derechos humanos cometidos durante la dictadura de Pinochet (1973-1990), que dejó más de 3.200 muertos, y se volvió símbolo internacional de los detenidos, torturados y asesinados de las dictaduras latinoamericanas del siglo pasado.
Al fin del proceso se pueden establecer sanciones monetarias, lo que deberá ser decidido por el jurado.
En enero de 2013 la Corte Suprema ratificó la solicitud de extradición a Estados Unidos de Pedro Barrientos, sin que hasta el momento la petición haya sido resuelta. Es un baldón al doble estándar de la justicia y el Estado de Chile en esta materia. Cuando se trata del asesinato de Jaime Guzmán, se comportan como un perro de presa. Pero en este y otros casos semejantes, demuestran una impasibilidad que más parece abulia deliberada.
Por esto, tanto Joan Jara como sus hijas, Amanda Jara y Manuela Bunster, se acogieron a la Ley de Protección a Víctimas de la Tortura para presentar la denuncia.
El abogado de los denunciantes, Mark Beckett, explicó al jurado que podrán ver entrevistas en video a civiles y militares que vivieron el caos instalado en Chile tras el golpe de Estado de Pinochet, con respaldo del gobierno de Estados Unidos.