En una actividad fuera de libreto, y también de protocolo, el Papa Francisco visitó en su casa al líder histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz. Previamente se había reunido con su hermano Raúl, en un encuentro de carácter oficial. Para decepción del mundo conservador, ni en esas reuniónes, ni en actividades oficiales, ni en momento alguno, el Papa se ha referido a la «disidencia».
La reunión, de la que el Vaticano no facilitó imágenes, duró unos 40 minutos y transcurrió, según Lombardi, en un ambiente “muy familiar e informal”.
El expresidente estaba acompañado por su esposa, hijos y nietos. Según Lombardi, Castro aprovechó para preguntarle a Bergoglio sobre “grandes cuestiones del mundo de hoy” y después intercambiaron regalos.
El pontífice le obsequió su encíclica sobre medioambiente y dos libros de Alessandro Pronzato, experto en catequesis y divulgador teológico. El comandante, por su parte, regaló al Papa el libro que recoge la entrevista que le hizo en 1985 el teólogo brasileño Frei Betto con una dedicatoria: “Para el papa Francisco con ocasión de su fraternal visita a Cuba. Con admiración y respeto del pueblo cubano”.
Previamente, el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Raúl Castro, recibió en la tarde del domingo 20 de septiembre, en el Palacio de la Revolución.
El Papa Francisco y el Presidente cubano intercambiaron sobre el buen estado y favorable desarrollo de las relaciones bilaterales entre Cuba y la Santa Sede, que este año arribaron al ochenta aniversario de vínculos ininterrumpidos.
Se abordaron asimismo otros temas de carácter internacional.