El presidente de EE.UU., Barack Obama, y el primer ministro británico, David Cameron, se reunieron en Washington para afinar sus estrategias en contra de los piratas informáticos y el terrorismo. Como en una película de espías, ambos gobernantes acordaron realizar ejercicios de ciber seguridad y establecer células para permitir que las agencias encargadas del tema en ambos países obtengan información necesaria para impedir el ataque de los de hackers.
Hasta el momento ni el Pentágono ni el Servicio de Inteligencia inglés han podido evitar que los piratas cibernéticos roben información y/o publiquen mensajes contrarios a la seguridad de ambos países.
El primer ejercicio que se hará este año, simulará un ciber taque contra instituciones financieras en Londres y Nueva York.
Cameron y Obama hicieron un llamado a compañías tecnológicas estadounidenses como Google y Facebook para que permitan a los gobiernos acceder a datos cifrados con el fin de interceptar comunicaciones de sospechosos de planificar actos terroristas.
Durante una rueda de prensa en la Casa Blanca, Cameron recalcó que ambas naciones se mantendrán firmes en la lucha contra el extremismo representado por ataques como los ocurridos en París la semana pasada.
De paso, y aunando criterios en otro punto en el que ambos gobiernos están de acuerdo, Obama y Cameron coincidieron en mantener las sanciones contra Rusia por lo que consideran una intervención en Ucrania.
Además, el mandatario norteamericano instó al Congreso de su país a que no imponga nuevas sanciones a Irán por su programa nuclear, amenazando con ejercer su poder de veto si el parlamento no lo escucha al respecto.»Hace falta que el Capitolio tenga paciencia», dijo en referencia a las negociaciones con Irán sobre la cuestión nuclear.