por Eyleen Ríos López.
La Arena Torun, una sala techada en la ciudad polaca de Copérnico, ha sido testigo de una de las marcas más espectaculares de los últimos tiempos: los 6,17 metros con que Duplantis borró de los libros los 6,16 del francés Renuad Lavillenie que dominaba el listado desde el 23 de febrero del 2014.
El universo atlético anda revuelto, una noticia se ha regado como la pólvora por todos los medios digitales y sobran las razones, pues el sueco Armand Duplantis es con apenas 20 años el nuevo recordista mundial del salto con pértiga.
Lo más espectacular no es solo que apenas haya cumplido 20 años en noviembre último, es la forma desenfadada con que logró la marca este muchacho al que describen como “ligero” por sus apenas 1,81 metros de altura y 79 kilogramos de peso.
Una constitución que algunos consideran inadecuada para sus resultados, además a ello le suma que no posee la técnica depurada del más grande ejemplo de esta especialidad, el ucraniano Sergey Bubka que tuvo como máximo de sus muchas primacías mundiales 6,15 metros.
Subcampeón del orbe en Doha 2019, rey juvenil en Tampere 2018 y también recordista entre los menores de 18 años (6,05 metros), Duplantis nació en Estados Unidos, pero compite con la nacionalidad de su madre y es el más claro favorito al oro en los Juegos Olímpicos de Tokio del próximo verano.
«Estamos siendo testigos de un hito atlético difícil de explicar», dijo a El País el especialista Jon Karla Lizeaga, quien todavía no sale de su asombro ante lo hecho hoy por el sueco en Torun.
«Duplantis está rompiendo todos los modelos técnicos y los estudios biomecánicos, y deja en entredicho algunas teorías de los más puristas, obsesionados con realizar la técnica determinada por la “escuela soviética” con Petrov a la cabeza.
»Este chico salta a su manera, de manera instintiva. Lo más destacable es su naturalidad y frescura. No es un modelo imitable como era Bubka, tan obsesionado con los detalles técnicos. Es lo que se denomina un genio, que se ríe y disfruta, y parece ajeno a cualquier presión», agrega Lizeaga.
Antes de conseguir el registro mundial sus saltos esta noche fueron de 5,52-5,72-5,92 y 6,01 todos pasados de primer intento.
Narran que luego solicitó los 6,17 y los falló… «Solo tengo que agarrar la pértiga un poco más arriba», comentó entonces antes de buscar el segundo salto que le llevó a la gloria.
Duplantis utilizó una pértiga Spirit de fibra de vidrio fabricada en Carlson City, Nevada, que según refieren es del mismo tipo que en su momento acompañaba a Bubka y Lavillenie, los dos grandes hombres que le han antecedido.
Ahora hubiera podido optar por otros implementos más modernos y ligeros, sin embargo prefirió lo clásico que soporta 210 libras y es lo que necesitaba para la velocidad de su carrera de impulso.
Vea el brinco hacia el cielo y la historia del atletismo:
Fuente: JIT