Está previsto que a fines del presente mes de abril el cuerpo de Pablo Neruda regrese a Isla Negra. Esta vez para siempre junto a Matilde y al Mar, que, entre tantos, fueron dos de sus más grandes amores.
Tras largo tiempo en el Servicio Médico Legal a raíz del proceso judicial, sus restos serán entregados a la familia ; como es conocido, algunas muestras se encuentran en laboratorios internacionales por la evidencia de que la causa de su muerte no fue precisamente el cáncer de próstata del que padecía. Por la misma razón, otras muestras permanecerán por más tiempo a disposición de tribunales.
Recordemos que su funeral de septiembre del 73 constituyó un acontecimiento histórico. Fue la primera manifestación de repudio al sangriento golpe cívico militar. Los gritos de la multitud y el valiente coro ciudadano cantando la Internacional fueron expresión anticipada de la resistencia que el pueblo desarrollaría durante tantos años.
El segundo viaje, esta vez silencioso y en solitario, fue el traslado desde el local que se le facilitó transitoriamente al nicho 44 del módulo México del Cementerio General en que estuvo por años. Más tarde, el 12 de diciembre de 1992, cuando esperábamos el comienzo de la transición, su cuerpo fue llevado a Isla Negra donde él quería reposar.
Ese tercer entierro finalizó con dos actividades. Una oficial, en el predio del poeta – hoy de la fundación que lleva su nombre – con la presencia de autoridades y la palabra de Volodia Teitelboim.
También habló el entonces primer mandatario Patrio Aylwin registrándose manifestaciones en su contra por quienes reprocharon su conducta en relación al golpe de 1973, protestas que fueron reprimidas por Carabineros.
La otra ceremonia fue abajo en la playa en donde en torno a la presencia de Gladys Marín se congregó una gran cantidad de personas, en especial jóvenes y trabajadores, que expresaron su cariño entrañable a nuestro premio Nóbel e instalaron un pequeño busto suyo sobre una de esas grandes rocas a las que él cantó.
¿Muerte natural o asesinato?
Si Neruda ha estado ausente del litoral central fue por la necesidad superior de verdad y justicia a fin de realizar pericias científicas, aun en curso. Para esos efectos fue exhumado el 8 de abril de 2013, diligencia decretada en el proceso judicial rol n° 1038 – 2011 que lleva el Ministro Mario Carroza y fue trasladado a Santiago.
Se trata de la acción judicial iniciada el 31 de mayo de 2011 por querella presentada por el Partido Comunista de Chile, organización a la que el poeta ingresara en 1945 y en la que militó y trabajó comprometidamente toda su vida. Poco después se sumaron a dicha querella la “Asociación por la Dignidad del Ser Humano” y la familia del ex senador y ex candidato presidencial, encabezada por su sobrino el abogado Rodolfo Reyes.
El punto de partida de esta historia fue la publicación el 2011 de una entrevista a don Manuel Araya, chofer de Neruda al momento de su muerte, en la revista Proceso de México del periodista Francisco Marín. Poco después de conocerla y meses antes de presentar el libelo, junto al abogado Pedro Piña y dirigentes del PC de la zona conversamos varias horas con don Manuel; procedimos después a comprobar sus dichos y a conversar con el médico tratante de Neruda de ese año, también con el ex embajador de México en Chile Gonzalo Martínez Corbalá y a revisar la prensa de la época y los testimonios de diversas personas hasta concluír en las razones de don Manuel y en que era imperioso abrir un proceso legal ante tan fuertes sospechas del asesinato de Neruda.
No hay espacio suficiente para detallar todas y cada una de las evidencias, pero al menos mencionemos algunas. Empecemos por recordar que Neruda era, después de Allende, la figura más representativa del período histórico que culminó en el gobierno de la Unidad Popular. Se identificaba con los cambios en la estructura socioeconómica del país signada por la nacionalización del Cobre, la estatización de la banca, la redistribución del ingreso, la democratización de las instituciones, etc. Neruda, respetado y apreciado en todo el mundo era no sólo el gran poeta sino además un líder político.
No por nada los golpistas asaltaron sus residencias, las saquearon y destruyeron parcialmente. Por razones de seguridad, más que de salud, ya que era controlado por un médico en su zona, fue llevado a Santiago a la Clínica Santa María – ignorando que ya estaba intervenida militarmente – desde donde junto al embajador Gonzalo Martínez debió viajar a México el sábado 22 de septiembre invitado especial del entonces presidente Luis Echeverría y en donde el poeta, que vivió años en la nación azteca en la que fue además cónsul, habría de transformarse en el principal líder de la oposición a Pinochet.
No llegó a serlo. Murió el domingo 23 de septiembre en la clínica Santa María. Mismo día en que su chofer, don Manuel, fue hecho prisionero y llevado al Estadio Nacional.
¿Todo casual o simplemente se cumplía la decisión de eliminar a Neruda?
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No olvidemos que en 1936, en la Universidad de Salamanca, el militar franquista Millan Astray le gritó a Miguel de Unamuno : “muerte a los intelectuales, muera la inteligencia”. Cavernícola alarido que sigue vigente en muchos conservadores, con o sin uniforme.
El traslado de Neruda a Santiago fue público, conocido, y por aquellos días todavía funcionaba “Patria y Libertad” el grupo fascistoide en que militaba el químico Eugenio Berríos, el mismo que más tarde declaró que “si quieres librarte de un indeseable, inyéctale estafilococus dorado” .
Sugestivamente, fue precisamente lo que expertos españoles encontraron el 2015 en los restos del poeta. La bacteria «estafilococo dorado», un»elemento extraño», no asociado al cáncer pudo ser precisamente lo que le causó la muerte informaron fuentes judiciales. Es precisamente lo que se investiga hoy a partir del hallazgo en el Centro de Ciencias y Técnicas Forenses de la Universidad de Murcia, según informaron los catedráticos españoles Aurelio Luna y Francisco Etchevería.
Suma y sigue. El médico que firmó el certificado de defunción no vió a Neruda, lo firmó en su casa. Señala allí que el deceso fue por cáncer y en estado de “caquexcia”, lo que ha resultado ser absolutamente falso. Cáncer sufría, caquexcia no. Ello habría supuesto una persona esquelética y sin capacidad de comunicación.
Pablo Neruda recibió visitas y habló con numerosas personas hasta pocas horas antes de su merte y sobre su aspecto físico están las muestras de fotógrafos como el brasileño Evandro Texeira o el chileno Marcelo Montecinos, por ejemplo. Es más, la prensa autorizada por la dictadura, es decir El Mercurio y La Tercera, entró en contradicciones. Se habló de muerte por paro cardíaco provocado por la “inyección que le pusieron para calmar sus dolores”.
Hay más : algunos de los médicos actualmente procesados por el asesinato del ex presidente Frei Montalva, formaron parte de los que también examinaron a Neruda y hasta una misma enfermera es la que inyecta a ambos.¿ Mera coincidencia? Manuel Araya ya nos había contado que Neruda les llamó desde su lecho de enfermo porque le inyectaron ese domingo algo extraño y descubre una mancha morada en su abdomen.
Todo se corresponde exactamente con lo que sucede con el estafilococus.
Sobre la posibilidad de asesinato, aunque haya sido negándola, escribió el ex mandatario Frei Montalva en su carta de 8 de noviembre de 1973 al presidente de la Unión Mundial Demócrata Cristiana, el italiano Mariano Rumor. Y la propia Matilde Urrutia habría de expresar sus dudas a la prensa española años más tarde y doña Rosa Núñez, que cuidó de Pablo Neruda en Isla Negra contó a La Nación el 2005 de las dudas razonables de Matilde acerca de la posibilidad de un asesinato.
Pero hay más : el doctor Sergio Draper Juliet quien en su momento afirmó a la prensa que estuvo con el poeta cuando falleció, lo niega después cuando declara en el proceso que el que estaba no era él si no que el “doctor Price”.
Agregó Draper que el tal “Dr. Price” curiosamente, le habría mostrado a Matilde el cuerpo del fallecido para que viera que “no había lesiones atribuíbles a terceros”, según reza su declaración de puño y letra de las 16 horas del 14 de noviembre del 2011. Todo es muy extraño. Pero más extraño es el hecho comprobado judicialmente de que el tal Dr. Price no existió jamás salvo para el Dr Draper, este último también citado en el caso Frei Montalva.
Todavía es necesario agregar que en su momento la clínica Santa María informó al tribunal que no conservaba documento alguno relativo a la presencia de Neruda en 1973, pero el trabajo de la PDI permitió conocer el Libro de Registro histórico de ese establecimiento relativo a septiembre y octubre del 73 y en que, bajo el n° 189.950 del 19 de septiembre, figura el poeta en la pieza 406.
Pero no tiene registro alguno del día a día como debe ser. Consigna “cáncer prostático metastásico” pero ni una palabra de tratamientos, medicamentos, evolución del paciente, nada. Hay enmendaduras, firmas diferentes, tipos de máquina de escribir distintas en el anverso y en el reverso y otras curiosidades.
Pero no hay historia clínica como en todos los demás casos del Registro. ¿Porqué este grave vacío….?
Debe reconocerse que hubo aportes significativos para avanzar en la investigación. Uno es el que hiciera don Eugenio Ortega Riquelme, hoy fallecido, ex diputado y embajador de la DC y esposo de doña Carmen Frei. Con conocimiento y generosidad nos demostró las coincidencias entre la muerte del ex presidente Frei y la de Neruda, ambos muertos en el mismo cuarto piso de la misma clínica con pocos años de diferencia. Su ayuda permitió abrir otro espacio que dilucidar.
Una contribución fundamental ha sido la ayuda voluntaria de destacados médicos como Gloria Ramírez, Luis Soto, Luis Fornazzari, todos bajo la coordinación del Dr. Cristian Orrego, especialista de prestigio internacional que ha logrado a su vez el concurso de notables profesionales de España, Canadá, Estados Unidos, Austria, Dinamarca, etc.
La razón de su apoyo voluntario es su profunda admiración por la obra de Neruda. Todo lo dicho no niega en absoluto lo actuado por el Servicio Médico Legal que dirige el Dr. Patricio Bustos, cuyos profesionales también concurrieron al panel internacional de expertos sobre el caso Neruda realizado en Santiago el pasado año.
Digamos finalmente que mucho de lo logrado no hubiera sido posible sin el concurso del Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, que se hizo parte en el proceso aportando la capacidad de sus profesionales y el respaldo material del Gobierno. Así pues, hoy son numerosas las pruebas y evidencias en este proceso judicial .
Si los resultados de las pericias concluyen que el estafilcocus hallado en los restos del ilustre camarada no es de aquellos que pudo encontrarse en esa época en el propio hospital sino que fue llevado expresamente allí – como la bacteria en el caso Frei – la historia cambiará por completo y habremos recuperado otra verdad en la oscura historia de la dictadura que nos impusieran las fuerzas retrógradas de dentro y fuera de nuestro país.-