La esposa del ex comandante en jefe del Ejército Juan Miguel Fuente-Alba, Anita María Pinochet, quien ya declaró como imputada, es el blanco de las últimas diligencias en las dos causas penales en que se indaga el origen del patrimonio del general (R). Su conducta bancaria levanta sospechas por las sumas de dólares que ingresan en efectivo y “por caja” a sus tarjetas de crédito y que se destinaron a compras en Miami, París, Singapur y Holanda.
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Siete veces salió del país Anita María Pinochet Ribbeck el año 2011, según los registros migratorios de la Policía de Investigaciones (PDI). Los destinos fueron dos veces Estados Unidos y Argentina, y el resto: Brasil, República Dominicana y Francia.
Un año antes, su esposo, el general Juan Miguel Fuente-Alba Poblete, había sido nombrado comandante en jefe del Ejército: el hombre con quien se casó en 1975 coronaba su carrera militar con el más alto cargo castrense y radicaba a su familia de forma permanente en Chile, poniendo término a las destinaciones en el extranjero que comenzaron a mediados de los años 80.
Ese 2011, la mujer del general (R) Fuente-Alba visitó tiendas exclusivas de Europa y de América. Y gastó, además, importantes sumas de dinero que quedaron registradas en la única tarjeta de crédito que posee y cuyas cartolas son hoy objeto de análisis de la Brigada de Delitos Funcionarios (Bridef), la policía especializada que trabaja con el fiscal José Morales y con el ministro en visita Omar Astudillo. Ambos pesquisan, en la justicia civil y la militar, eventuales delitos de cohecho, fraude al Fisco, lavado de activos, negociación incompatible y enriquecimiento ilícito, bajo la sospecha de que el origen del patrimonio de Fuente-Alba (actualmente cercano a los $ 1.800 millones, según la investigación) es ilegal.
El secreto de la cuenta y productos bancarios del retirado oficial y su mujer fue alzado hace cinco meses por el 7° Juzgado de Garantía de Santiago y el detalle de los movimientos financieros del matrimonio está en el expediente de más de 21 tomos que posee la causa penal que tramita la Fiscalía Centro Norte.
Anita Pinochet concurrió a declarar el 26 de julio, en calidad de imputada, ante el fiscal Morales, acompañada de su abogada, Joanna Heskia. Sobre su tarjeta bancaria con cupo en pesos y en dólares, la esposa del general (R) sostuvo que “respecto del origen de los fondos de los pagos de la tarjeta de crédito en dólares y en pesos, todos los pagos realizados en la tarjeta de crédito los realizó mi marido. Yo, personalmente, no recuerdo haber ido a pagar el dinero”.
Secretaria ejecutiva y administrativa de profesión, Pinochet trabajó entre los años 1972 y 1975 en Manpower, Enap y CAP. Eso fue en sus años de soltería, pues asegura que tras casarse con Fuente-Alba éste fue destinado a Coyhaique y ahí terminó su breve carrera laboral, dejando de desempeñar trabajos remunerados. Cuando su esposo regresó a Santiago y estuvo en la Academia de Guerra, la fortuna la acompañó: en 1985 se ganó un Renault 5 en un concurso de Soprole. El auto lo vendieron en 343 UF (unos $ 960.000 de la época), pasando a ser su primer aporte a la sociedad conyugal.
La mujer fue interrogada dos horas y media en la fiscalía y ante preguntas respecto del dinero que ingresaba a esta tarjeta bancaria fue tajante. Sin tener trabajos remunerados (salvo unas clases de cocina en microondas entre 2004 y 2010, por las que obtuvo en total $ 4.500.000 aproximadamente), “el origen de todos los pagos de fondos en el banco se trata de dinero entregados por mi marido o que los pagó el directamente”, según consta en su declaración.
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Pagos por caja
El 22 de julio de 2011, Anita Pinochet viajó rumbo a Francia, de acuerdo a lo establecido por la PDI. Estuvo cerca de dos semanas. Con cupo autorizado de US$ 100 en su tarjeta bancaria internacional registra -el 25 de julio- tres compras por US$ 1.700 ($ 783.700) en Le Bon Marché, una tienda de París dedicada a la moda y mobiliario.
Ese año, según las liquidaciones de sueldo enviadas por el Ejército a la fiscalía, el entonces comandante en jefe, siendo grado 1, recibía de la institución mensualmente cerca de $ 4 millones por concepto de sueldo y viáticos. A ello se le deben sumar otros $ 2 millones que recibía mensualmente por el arriendo de las propiedades que ya en ese año tenían.
Días previos a ese viaje, la tarjeta bancaria nacional de Anita Pinochet registró compras por $ 2.194.991 en Santiago y Santa Cruz, principalmente en una mueblería de Alonso de Córdova.
Pero no es el nivel de gastos de la mujer del general el que está en la mira de los investigadores, sino que un sistema de ingreso de flujos de dinero en efectivo a esa tarjeta y que se hacían mediante “pago por caja”. Lo que llamó la atención de la policía fue el movimiento constante de depósitos en efectivo de carácter mensual entre 2011 y 2015, algunos de los cuales llegaron a sumas de US$ 5.000 y US$ 6.000. Estos ingresos no han logrado ser explicados a los investigadores por las defensas de Pinochet ni Fuente-Alba.
La Bridef alista un informe al Ministerio Público y al ministro Astudillo en que se dará cuenta del total de los gastos a través de esta tarjeta y los ingresos que posee en moneda nacional y dólares a través de este sistema.
Durante las semanas que estuvo en el señalado viaje, la tarjeta de Pinochet Ribbeck tiene compras por un total de US$ 6.178 ($ 2.823.346 de la época) en locales comerciales de Singapur y París. Tiendas como Figaret, Hermes, Malles Bertault y pagos en los almacenes de mercadería de lujo Takashimaya son parte de su listado de compras. Por esos mismos días del viaje hay tres “pagos por caja” por US$ 5.880 ($ 3.968.512).
Compras de niveles parecidos se realizaron en otros lugares, como Miami, Holanda, República Dominicana, España, México, Canadá y Turquía durante los años investigados.
El dinero en efectivo que ingresaba en dólares o en moneda nacional directamente a la tarjeta de Pinochet son parte del análisis policial que busca esclarecer el origen de estos fondos que no fueron contemplados en un informe de análisis patrimonial presentado en la causa por la defensa del matrimonio.
La pericia de Cybertrust, y que fue adjuntado a la indagatoria, concluye que “el patrimonio familiar observado, basado en el ahorro e inversión, de aquellos recursos a los que pudo acceder producto de sus designaciones como oficial de Ejército, así como también la inclusión de herencias recibidas, se incorporan al crecimiento de este patrimonio y lo incrementa, al ser invertidas en valores y bienes raíces para obtener rentabilidad como rentas de arrendamiento”.
Sin embargo, no se consideran los movimientos bancarios de las tarjetas de crédito. Al 30 de junio, los dineros de la sociedad conyugal, según el análisis contratado por su defensa, sostiene que gozan de un patrimonio de $ 1.099.397.882 y que este “se encuentra justificado por sus rentas, donaciones, herencias recibidas y otros ingresos regulares”. Pero de los pagos en efectivo a productos bancarios no hay referencia. Tampoco a estos gastos mensuales.
Dos hipótesis, una causa
La causa de Fuente-Alba está entrando en una etapa decisiva. En la justicia militar es investigado por el ministro en visita de la Corte de Apelaciones de Santiago Omar Astudillo, y también lo hace en el sistema reformado el fiscal jefe de Santiago, José Morales. Pero en algún momento alguno de los dos investigadores deberá declararse incompetente y enviar la indagatoria al otro. Acercamientos ya han existido. De hecho, ambos trabajan con el mismo equipo de la Bridef y han compartido diligencias.
Esta situación es observada de cerca por el Consejo de Defensa del Estado (CDE), pese a no haber analizado aún una eventual querella (más que exposiciones en el Comité Penal que ha hecho el abogado Marcelo Oyarcabal).
En el CDE dicen que si optan por querellarse, lo harían ante la justicia castrense y podría ser este mismo organismo quien pida que el Ministerio Público se declare incompetente y envíe el caso al ministro de la corte, quien, incluso, podría procesar por incumplimiento de deberes militares.
Conocedores de la tramitación de esta causa sostienen que tanto el juez Astudillo como Morales han llegado a la convicción de que hay inconsistencia entre los ingresos del ex comandante en jefe y sus gastos, y el nivel de vida que tiene él y su familia, que sería muy superior al que podría alcanzar un funcionario público.
Ni las herencias ni los viáticos ni la habilidad para comprar y vender autos que ha dado cuenta en sus cuatro interrogatorios Fuente-Alba han permitido desestimar las sospechas en ambas causas judiciales en que existen distintas hipótesis.
Por una parte, el fiscal Morales ha centrado sus diligencias en el acceso a los gastos reservados del Ejército de que disponía Fuente-Alba. El comandante en jefe puede hacer uso de gastos reservados sin tener que justificarlos detalladamente y éstos se entregan en moneda nacional y dólares.
Sin embargo, el ministro en visita -según fuentes de la corte santiaguina- ha direccionado sus pesquisas hacia la figura del lavado de activos. Esto, en base a la relación de Fuente-Alba con proveedores del Ejército, en específico con Virgilio Cartoni y la automotora Klassik Car, que también está en la mira de la investigación.
En esta última -dedicada a la compra y venta de vehículos-, el retirado general adquirió su primer Audi en 2005. Sin embargo, la transacción que está bajo sospecha es una que se concretó el 27 de enero de 2010, cuando el entonces general, activo y de alto rango en el Ejército, adquirió en ese lugar un Audi RS6 que le costó $ 60.534.144.
Según declaró en la fiscalía, el automóvil lo pagó con otro vehículo valorizado en $ 40 millones; un cheque de su banco por $ 7.587.000; US$ 10.000 y $ 7 millones en tarjetas de crédito.
Tres meses después, Fuente-Alba lo devolvió a Klassik Car porque “no estaba conforme con su desempeño”. Ante la fiscalía dijo no recordar cuánto le pagaron, pero al revisar la transferencia de esa empresa le pagaron $ 66.780.000.
Es decir, después de que Fuente- Alba usó el vehículo, la misma automotora que se lo vendió lo compró casi $ 7 millones más caro y, además, ese mismo Audi terminó en manos de Virgilio Cartoni, un conocido proveedor de armas del Ejército.
Al respecto, Fuente-Alba declaró que “solo me enteré posteriormente sobre esta compra que realizó este señor de un vehículo que había estado a mi nombre”. Klassik Car, según Mercado Público, aparece como proveedor del Ejército.
Cuando Fuente-Alba aún era la máxima autoridad de esa institución, en septiembre de 2013, se adquirió por trato directo a esa automotora un Station Wagon marca Volkswagen del año por $ 31.500.000.
El vehículo, según los anexos, era para la escolta de seguridad del comandante en jefe y se justificó esta modalidad de contratación sin licitación previa porque se requerían “las mismas características” del auto de la máxima autoridad. Y es que meses antes el Ejército había adquirido el auto fiscal de Fuente-Alba en Klasik Car por $ 30.610.000.
Actualmente, el matrimonio Fuente-Alba Pinochet tiene sólo un par de vehículos. “Los dos autos están a mi nombre, ya que mi marido lo quiso hacer de esa forma”, dijo Anita Pinochet ante la fiscalía.
Hoy, el general ha arrastrado a su esposa a esta causa judicial, pero es probable que de concretarse la división de la causa ya no sean investigados juntos. Pinochet seguiría siendo investigada, en su calidad de civil, por la fiscalía, y Fuente-Alba, por la justicia militar.
Fuente: La Tercera