Sectores vinculados al partido en formación “Somos Aysén” expresaron su preocupación por la realidad que viven hoy miles de compatriotas en Chiloé y las costas de la región de Los Lagos, producto de la catástrofe ambiental, sanitaria y productiva que desde el gobierno y actores productivos se ha vinculado con la marea roja. Sin embargo, desde la ciudadanía y sectores independientes se responsabiliza a la industria del salmón.
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“Lo que sucede en Chiloé nos afecta directamente, ya que aunque se dice que es producto de la marea roja nosotros venimos luchando hace 20 años con este fenómeno y nunca se había visto mortandad de recursos tales como cholgas, almejas y choritos” indicó el pescador de Melinka Francisco Chiguay Raín, militante de la colectividad. Recordó que la zona tiene lazos naturales con Chiloé y que “además de apoyar 100 % a los pescadores artesanales de la isla estamos preocupados de que este problema se extienda hasta acá, ya que estamos a solo 4 horas y media de navegación”.
Al estar Melinka más cerca de Chiloé que de la región de Aysén, la comunidad depende mayoritariamente de la isla, viajan a esta por razones médicas y de estudio, e incluso sus provisiones llegan desde dicho territorio. “Los pescadores artesanales somos y seguiremos siendo un colaborador importante para el desarrollo sustentable de nuestras comunidades y se hace necesario hoy más que nunca reivindicar el valor de nuestra actividad, con su importancia tanto en lo económico como cultural. Porque hoy el mar no nos pertenece a los chilenos sino a 7 familias, que pueden destruir nuestras fuentes laborales y esto es avalado por el gobierno. Eso tiene que terminar” puntualizó.
Desde el sector turismo, la pequeña empresaria y militante de “Somos Aysén” Karla Morales señaló que existe una nueva ruta turística, que es el avistamiento de especies marinas en fiordos y canales, “y no sabemos que pasará con las ballenas azules, si esto las afectará o no. Es preocupante porque hay varias empresas que estaban ofreciendo esta nueva y fantástica alternativa de hacer turismo más científico, que pueden ser afectadas”.
“En Aysén hemos convivido desde hace mucho tiempo con la marea roja, en sus versiones de venenos paralizante y diarreico, principalmente” señala Jonathan Hechenleitner, tesorero provisorio de “Somos Aysén” y microempresario de Puerto Raúl Marín Balmaceda. “Ahora se le echa la culpa a la marea roja pero nadie asegura que el desastre ambiental que estamos viviendo no se generó por las toneladas de salmones muertos arrojados al mar. Hasta ahora no existe ningún estudio que lo confirme ni mucho menos que lo descarte, y el Estado debe ser claro en dar cuenta de esta preocupación”.
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En este sentido, el dirigente hizo hincapié “en la necesidad de diversificar nuestra matriz productiva, sin granjas de cultivo intensivo, sin monocultivos y sin zonas de sacrificio, que es en lo que se transforman nuestros territorios por el interés de unos pocos sin medir las consecuencias de sus decisiones en nuestro medio ambiente y comunidades. Debemos cambiar la mirada de desarrollo productivo basado en la depredación y zonas de sacrificio”.
Fuente: Radio del Mar