Más de un millar de personas se reunieó en calle El Vergel con Los Leones, en un acto cultural para inaugurar el memorial consistente en tres bancas que llevan los nombre de Manuel Guerrero, Santiago Nattino y José Manuel Parada.
Con un acto cultural, la tarde de este martes se inauguró en Providencia el polémico memorial de las víctimas del caso Degollados.
Se trata de bancas con los nombres Manuel Guerrero, Santiago Nattino y José Manuel Parada, tres profesionales que fueron secuestrados el 29 de marzo de 1985 fuera del Colegio Latinoamericano, ubicado en esa comuna.
Más de mil personas se reunieron en calle El Vergel, cerca del establecimiento educacional, donde se hubo presentaciones culturales, entre ellas, Manuel García, Elizabeth Morris, Tío Leo con el Coro del Mundo y el Colectivo Cueca Sola, además de discursos de familiares de Guerrero, Nattino y Parada, y de la alcaldesa de Providencia, Josefa Errázuriz.
31 años han pasado desde el secuestro y posterior degollamiento de Santiago Nattino, José Manuel Parada y Manuel Guerrero, por agentes de la dictadura militar. La velatón de todos los años en recuerdo de estas personas, esta vez cerrará con la inauguración de un memorial que al sociólogo e hijo de Manuel Guerrero que lleva su nombre, le pareció honrar la vida comprometida.
“Una inscripción en la vereda, en la esquina donde fueron secuestrado nuestros padres. Son tres líneas que en un momento dado se cruzan y se transforman cada una en una banca que lleva inscrito los apellidos de Guerrero, Nattino y Parada. Estas tres bancas están acompañadas de una luminaria que de alguna manera expresan las velas que hemos llevado todos los 29 de marzo. En el fondo es un lugar que invita a un alto en el medio del tráfago de la ciudad y hay una placa recordatoria que explica lo que aquí ocurrió”, señaló Manuel Guerrero Antequera, hijo de Manuel.
La ceremonia se tituló “Con memoria y alegría, adelante por la vida” y para Guerrero el nuevo espacio transformará un lugar de violencia en uno que converse con la comunidad.
Daniela Fuentealba, presidenta de la organización que lideró el proyecto, comentó que la iniciativa partió el 2007 con el objeto de no dejar en el olvido el crimen que en ese sitio ocurrió. Así, se logró la aprobación de la Municipalidad de Providencia y se concretó.
No obstante, el proceso de construcción tuvo reparos de un grupo de vecinos del edificio Espacio Los Leones que llegaron a interponer un recurso para que no se realizaran concentraciones políticas en las proximidades y se viera afectada, a su juicio, la seguridad y tranquilidad del entorno.
La Corte de Apelaciones rechazó la queja y aprobó la construcción con la justificación de que “los monumentos a la memoria tienen por objeto generar reflexión ética, solidaridad y fortaleza de la voluntad nacional para que no se repitan los hechos”.
Justamente la idea, según Daniela Fuentealba, es incorporar un discurso en que se valore la convivencia democrática, el valor por la vida y respecto de los derechos humanos de todas las personas.
“Es un diseño simple con mucha área verde que sea un refugio en medio de la ciudad y respete también la vida cotidiana de quienes viven ahí. También que sea una marca fija y pueda ser utilizado en adelante por las nuevas generaciones realizando actividades, actos culturales, hacer usos que le den vida al lugar”.