Nick Mason, baterista de la banda Pink Floyd y el cantante Billy Bragg, se dieron cita en un acto ante el Parlamento británico con el objetivo de evitar el cierre de las salas de conciertos del país, iniciativa a la que se incorporó el ex Beatle Paul McCartney.
Alrededor del 35% de los pequeños clubes y salas musicales del país cerraron en la última década, a causa del aburguesamiento de muchos barrios, los altos alquileres, los cambios en la industria musical o la creciente presión de los vecinos.
“Cualquier banda o artista que quiera vivir de esto necesita ese escalafón bajo”, dijo Mason a la AFP, apoyando un proyecto de ley para frenar el declive.
“Las mejores bandas de ahora aprendieron el oficio en pequeñas salas. Aprendes todo, cosas técnicas, la teatralidad, y a relacionarte con la audiencia”, añadió.
La estrella de los Beatles, Paul McCartney, también se sumó a la campaña con un comunicado en el que aseguró que “si no apoyamos la música a ese nivel, entonces el futuro de la música en general corre peligro”.
Más de la mitad de las 430 salas de las que disponía Londres en 2007 han cerrado sus puertas.
El diputado laborista y exministro John Spellar presentó un proyecto de ley que protegería a estas salas de conflictos con los vecinos cuando se levantan nuevos edificios junto a ellas, uno de los factores más amenazantes.
“Es realmente importante para la industria musical, que es una gran industria, y es parte de la oferta cultural británica al mundo”, explicó a la AFP Spellar, destacando que el proyecto de ley cuenta con el apoyo de varios partidos.
“Las salas de música en vivo son un atractivo para una zona, son parte de su vitalidad. Quiero mantener esa vitalidad”.
El cantante del grupo punk Undertones, Feargal Sharkey, y la ganadora de Eurovisión en 1967, Sandie Shaw, estaban entre el centenar de personas que se manifestaron ante el Parlamento.
La industria musical británica genera 4.000 millones de libras anuales (5.400 millones de dólares).
“Si eres un músico en estos días, las posibilidades de ganarte la vida y grabar discos son muy escasas, es muy difícil”, dijo Bragg a la AFP.
“Hay montones y montones de buenos músicos por ahí que están tratando de hallar espacios en este entorno hostil”.
“Aprendí en un sitio que se llamaba The Tunnel”, en el este de Londres. “Aprendí cómo ser Billy Bragg”, añadió.
Entre los muches clubes que cerraron hay algunos emblemáticos, como el Astoria de Londres, el Cockpit de Leeds o el Boardwalk de Sheffield, estas dos últimas en el norte de Inglaterra.