El expresidente de Brasil y líder del Partido de los Trabajadores (PT), Luis Inácio Lula Da Silva, manifestó el jueves que los brasileños saben que “no hay solución fuera de la democracia” y expresó que “no existe un un poder legítimo si éste no emana del voto popular”.
En el marco de las manifestaciones a favor de la democracia que se realizaron en las principales ciudades de Brasil, Da Silva destacó que el gigante suramericano está viviendo un momento histórico.
Explicó que de un lado están quienes pretenden aprobar un juicio político sin base legal, “lo cual constituye un golpe, y de otro los que acreditan y valoran la democracia y salen a defender la Constitución, el Estado de Derecho y las conquistas sociales”.
En un video de dos minutos de duración y difundido por las redes sociales, Lula subrayó que “la sociedad brasileña conoce también cuánta lucha, cuántos sacrificios y cuántas muertes costó recuperar la libertad y la legalidad”.
Resaltó el extraordinario movimiento de paz y amor, de fe en la democracia y el diálogo que recorre el país y dijo tener la convicción de que esa energía nueva, que viene del corazón de Brasil, dará el impulso necesario (al Gobierno) para vencer la crisis y retomar el camino del crecimiento.
Decenas de miles de brasileños marcharon el jueves en cerca de nueve ciudades de este país para defender de la democracia, a propósito de conmemorarse los 52 años del inicio de la última dictadura militar y en rechazo de los intentos de golpe contra el Gobierno de la actual mandataria Dilma Rousseff.
El Congreso y la derecha de Brasil pusieron en marcha un plan para difamar al Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff y desprestigiar los logros alcanzados en beneficio del pueblo, mediante intentos de enjuiciar a la jefa de Estado por el caso de corrupción en la estatal Petrobras.
Por ahora, el Congreso evalúa destituirla y, en caso de que la acusación a Rousseff proceda, estiman separarla por 180 días de sus funciones mientras investigan. El exmandataio Luiz Inácio Lula da Silva, por su parte, también es investigado por el caso. El 4 de marzo fue detenido de manera arbitraria por unos 200 efectivos de la Policía Federal de Brasil que allanaron su casa.
El golpe de Estado contra el presidente Joao Goulart se produjo el 31 de marzo de 1964, y marcó el inicio de la dictadura militar que se extendió hasta 1985.