Ni más ni menos. Estamos llenos de curvas, todas ascendiendo, ampliándose, como si fueran las de una diva a la que modelaron con cortisona y que de pronto detiene su tratamiento.
Pura pintura, maquillaje, piropos y ángulos televisivos, pero sin modelaje real.
Y que empieza a engordar (con el perdón de la gordura natural y carnosa tipo Botero) y se le disparan las dimensiones hacia todas partes.
Lo único que le adelgaza y baja su resistencia estructural son sus piernas, que tiemblan ante tanto peso.
Las piernas de Chile son su capacidad sanitaria y su capacidad de empleo, ambas en punto crítico a la baja, mostrando que seguimos siendo raquíticos enchulados como sociedad.
La pobreza golpea sin tregua la puerta, y la gente sigue esperando en la calle.
Nadie gobierna las necesidades y lo que ordena el cerebro no se coordina en nada.
Entonces divaga e improvisa héroes de historietas.
Los militares son héroes porque traen una pocas vituallas de China, pero no han servido siquiera para distribuir agua o comida desde que salieron a la calle, en los inicios del desastre.
Aquí, debe entenderse que los únicos héroes, ya un poco cansados y hastiados, son los trabajadores que han resistido sobre sus hombros y sus pocos recursos el peso de las pandemias sanitaria y económica.
¿Cómo se lo explicamos al gobierno de los mejores y a los inútiles políticos de la oposición?
Con peras y manzanas no podemos, porque es comida y la necesitamos.
Mejor les dejamos este cuadro.
Fuente: Editorial de Primera Piedra N° 884