El Museo Hermitage de Rusia , calificado como eterno y reflejo de un gran imperio, pero también un museo global.que cobija obras de Picasso, Leonardo da Vinci, Miguel Ángel o Rodin, cumple 250 años desde que fuera inaugurado por Catalina la Grande y consagrado por más de dos siglos como una de las mayores joyas de la cultura rusa y universal.
Fundado un 7 de diciembre de 1764, el Hermitage es uno de los museos más antiguos del mundo -el Louvre abrió en 1793 y El Prado en 1819-, sólo superado por Uffizi que data del siglo XVI. Se considera la cara más europea de Rusia y uno de los más grandes hitos culturales de la historia de Europa..
El año pasado fue declarado el mejor museo del mundo y este año encabeza los ránking europeos .
En opinión de su actual director, Mijaíl Piotrovski Hermitage , siempre resurge como el ave fénix ,va en su genética ya que el Museo ha enfrentado muchos momentos críticos, como varias revoluciones, las invasiones de Napoleón y Hitler, y fue evacuado en tres ocasiones. Pero lo resistió todo, incluso cuando los bolcheviques regalaron cuadros a otros museos.
Desde su atalaya del majestuoso Palacio de Invierno ha sido testigo durante los últimos dos siglos y medio de la turbulenta historia de Rusia, desde la grandeza zarista hasta la revolución bolchevique, desde la caída de la todopoderosa Unión Soviética al advenimiento de la Federación Rusa.
Ahora, ese impresionante edificio ha sido habilitado para acoger la exposición permanente del creador del Fauvismo, Henri Matisse, que incluye obras maestras como “La Danza,” y cuadros de los genios rusos de la pintura abstracta Kandinski y Malévich.
El Hermitage recibirá este año unos 3 millones de visitantes y, con las ampliaciones, alcanzará pronto los 5 millones, aunque su director insiste en que la misión del museo “es la educación, no el entretenimiento.”
Ahora el museo ya no se reduce sólo al Palacio de Invierno, escenario del Domingo Sangriento,cuando los cosacos de Nicolás II masacraron en 1905 una pacífica manifestación obrera, detonante de la Revolución de Octubre.
En junio pasado se inauguró un nuevo edificio adscrito al Hermitage, el ala este del Edificio del Estado Mayor, que en tiempos zaristas acogió a los Ministerios de Defensa, Exteriores y Finanzas, y que flanquea la histórica Plaza del Palacio.
El museo debe ganar dinero, pero el futuro del Hermitage son los niños y los estudiantes, no los turistas. Queremos seguir siendo un museo del siglo XIX, aunque no renunciamos a las nuevas tecnologías y estamos muy presentes en las redes sociales, explica el director.No obstante, considera que los museos deben estar al margen de las modas artísticas y las coyunturas políticas, independientemente de que ahora Rusia esté políticamente enfrentada a Occidente.
Además, la geografía del Hermitage cruzó este año el río Neva con la concesión por el Ayuntamiento del neoclásico edificio de la Bolsa, futuro museo de la heráldica.
En el marco de su estrategia de expansión, la pinacoteca rusa abrió “pequeños Hermitage” en Amsterdam y en las ciudades rusas de Kazán y Viborg, y alberga planes de contar con una colección permanente en Barcelona en un par de años, según Piotrovski.