La Revuelta No se Fue: Andaba de Pandemia

Los carabineros que faltaron en el corte de ruta de los camioneros del sector forestal, sobraron para reprimir un nuevo viernes de manifestaciones en plaza Dignidad.

Una postal de los descuentos del desastroso gobierno de Piñera.

No será 18 de octubre, pero fue viernes 8.

La noticia preponderante, sin género de dudas, es la reanudación de manifestaciones en plaza Dignidad, auto-convocadas por etiquetas como #FueraPiñeraCorrupto, #NoaDominga y #PiñeraLlegoTuHora, a casi dos años de la histórica efeméride.

Carabineros se dedicó a lo que mejor sabe; a saber, el control del orden público, en lugar del tráfico de drogas, la violencia en la Araucanía o el combate a la delincuencia, partiendo del propio alto mando.

En efecto, en otra postal simbólica de la grave crisis institucional del país, Fuerzas Especiales de Carabineros arremetieron con el ímpetu de costumbre contra una manifestación popular, el mismo día en que dos ex generales directores, Gustavo González y Bruno Villalobos, acusados de malversación y falsificación de instrumento público en gastos reservados, entraron en prisión preventiva…en la Escuela de Carabineros.

Mismo día en que languidece en prisión un número indeterminado de presos políticos de la revuelta, por investigaciones indolentes, que buscan más el castigo preventivo que la sanción de los hechos.

Como fuere, la represión de Carabineros remite a violentas e impresentables postales del 18/0.

Durante la jornada, concurrieron a Plaza Dignidad los convencionales Marcos Barraza, Hugo Gutiérrez, Manuel Woldarsky y Giovanna Grandón.

Esta fue increpada por un grupo de manifestantes:

Conclusiones sumarias:

a) por las razones que sea, el simbolismo del estallido vuelve una y otra vez, dos años después;

b) el protagonista del estallido es un sujeto popular muy complejo, que no se agota, ni con mucho, en la Lista del Pueblo, o la Convención Constitucional, y

c) ese protagonismo no debe ser soslayado en la crucial coyuntura política que atraviesa el país, a riesgo de la irrelevancias del nuevo contrato social.

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