Celulosa Arauco y el Consejo de Defensa del Estado acordaron un pago cercano a los 10 millones de dólares en el juicio por la contaminación del Santuario del Río Cruces de Valdivia, según información exclusiva de Radio Bío Bío. La mitad será como indemnización y el resto irá a programas de desarrollo comunitario. Aparte de que ese moento está muy lejos de los 165 millones de dólares en que tasó los daños el tribunal de primera instancia, el problema es que la planta sigue funcionando…y contaminando.
A diez años de ocurrido el desastre en el Santuario de la Naturaleza Carlos Andwanter, del río Cruces en Valdivia, finalmente el Consejo de Defensa del Estado llegó a un acuerdo indemnizatorio con la empresa Arauco, que según la justicia, fue culpable de la contaminación que provocó mortandad de flora y fauna y la emigración masiva de aves.
Un total de $5.200 millones deberá desembolsar la empresa; $2.600 millones se irán directo al fisco, como indemnización por el daño ambiental, y otros $2.600 millones se destinarán a un programa de desarrollo comunitario.
No habrá dinero directo a ninguna organización, comunidad o persona como indemnización. El Gerente de Asuntos Públicos de Arauco, Iván Chamorro, explicó a Radio Bío Bío que los $2.600 millones de pesos para la comunidad se distribuirán en base a programas y proyectos aún por definir.
El acuerdo se selló por unanimidad de los integrantes del Consejo de Defensa del Estado en la sesión del 17 de diciembre, pero recién tras la validación del acta correspondiente se ha hecho público.
Con ello, se avanza en los puntos 5 y 6 de la sentencia dictada por la jueza Gloria Hidalgo en julio del 2013. Desde noviembre además viene trabajando el consejo científico social creado en Valdivia para el cumplimiento de los otros cuatro puntos de la sentencia: el diagnóstico del humedal; la creación de un humedal artificial, centinela; el programa de monitoreo ambiental de la empresa y la creación de un centro de investigación de humedales.
Según Chamorro, la idea es que los puntos restantes de la sentencia estén diseñados a mediados del 2014.
El gerente de Asuntos Públicos de Arauco detalló además el avance del consejo técnico social, en los cuatro puntos de la sentencia restantes.
El monto total del acuerdo está lejos de los $86.000 millones que había estimado el perito independiente contratado por el tribunal, Juan Enrique Sánchez, como cifra que debía desembolsar Arauco, pero no contempla los recursos que la empresa invertirá en los 4 puntos restantes de la sentencia.
Y aunque el acuerdo ya está tomado, falta un paso administrativo antes de que sea llevado al tribunal; por el monto de recursos involucrado, el Ministerio de Hacienda debe dar su aprobación. Luego de ello, el acuerdo sería informado a la jueza Hidalgo.
Tironi, el otro perdedor de la demanda contra Celco Arauco
Por Bastián Fernández
El Primer Juzgado Civil de Valdivia acogió positivamente, a través de un fallo de primera instancia, los contenidos de la demanda que interpuso el Consejo de Defensa del Estado en contra de Celco Arauco por la contaminación del Humedal Río Cruces. Uno de los efectos más dañinos fue la considerable reducción en la población de cisnes de cuello negro del lugar.
En la demanda del CDE quedaron en evidencia las omisiones y faltas de Arauco. “No monitoreó, y si lo hizo ocultó a las autoridades el necesario resultado de sus monitoreos, detectando los efectos del vertimiento de residuos industriales líquidos en el Humedal”, era uno de los puntos que se consignaban.
Además en ella se argumenta que la empresa “jamás advirtió a las autoridades, no pudiendo menos que conocerlo a través de su personal técnico, el efecto que sus derrames producirían. Por el contrario, asistió impasible a la destrucción del Humedal”.
En uno de los considerandos más categóricos respecto de la pasividad de la empresa frente al daño que causaba, se afirma que Arauco “conoce a la perfección la actividad que ejecutó con grave daño al medio ambiente, porque es una empresa que a gran escala desarrolla esta actividad y posee otras plantas en el país, siendo su rubro, por lo que resulta inexplicable que incurra en acciones y omisiones,(…), puesto que siempre conoció las condiciones en que debía ejecutarlas para proteger el medio ambiente y, además, disponía de los medios para hacerlo”.
La estrategia de la empresa durante los últimos años fue desviar la atención respecto de su responsabilidad en el “Caso Cisnes” y refutar los informes que la culpaban. La socióloga y magíster en Medio Ambiente, Claudia Sepúlveda, expuso sobre este punto hace algunos días en El Mostrador. En su columna indica que el fallo “establece por primera vez de manera oficial la responsabilidad de Celco-Arauco, poniendo fin a una extensa y extenuante etapa en que la empresa hizo todo lo posible por desacreditar los informes que la culpaban, alimentando la confusión y la incertidumbre”.
Arista comunicacional
Una de las aristas en la estrategia de Arauco era el flanco comunicacional, en el que Eugenio Tironi, socio fundador de la agencia Tironi & Asociados, fue el asesor principal de la empresa.
“Los dardos estuvieron bien dirigidos, porque en el pasado culparon a las fábricas pequeñas y a otros factores, sin asumir la responsabilidad. En todos estos años habían logrado desligarse de ser cien por ciento culpables. Con el fallo, que es totalmente perjudicial para ellos, queda clara la responsabilidad”, comenta una fuente del rubro comunicacional.
En la misma línea, otra fuente de la industria sostiene que “la estrategia que utilizó Tironi de no hablar y buscar otros que lo validen le dio frutos pero sólo hasta el fallo, ya que éste no avala lo que hizo la empresa y, por ende, tampoco lo que se hizo desde la parte comunicacional”.
Ética en un mundo miserable
“Ahora tiene un tema ético de redefinirse, siendo un concertacionista con este nuevo escenario después del fallo”, sostiene la misma fuente. Tironi ya había tenido problemas políticos por su doble asesoría a la campaña de Frei y a Salcobrand cuando explotó el caso de colusión de las farmacias en 2009.
En el documental “Un mundo miserable”, del periodista y escritor Dauno Tótoro, Tironi define su trabajo como asesor estratégico y lobbista de Arauco, abordando además la ética de su trabajo.
“Ese mundo lamentablemente no existe, y no existe ni en la derecha ni en la izquierda, ni en los empresarios ni en los trabajadores, ni en los sindicatos ni en la Iglesia. Tenemos que resignarnos a nuestra condición de seres miserables. Ahora yo actúo y vivo en ese mundo, claro, efectivamente un cliente nuestro es Celco, que es una empresa chilena, la más grande empresa chilena después de Codelco, tiene grandes plantaciones forestales y tiene plantas de celulosa en distintas partes de Chile. Si esta empresa no estuviera dispuesta a adaptarse y me estuviesen pidiendo a mi o a nosotros como empresa que nos dedicáramos al camuflaje, al maquillaje, al engaño, eso transgrediría mi ética profesional y no lo haría”.
Una definición que contrasta con la situación actual, ya que con la acogida de la demanda por parte del juzgado de Valdivia se evidencia que la empresa no informó sobre los daños al medio ambiente a la autoridad correspondiente.
Reconstruyendo la imagen
La asesoría de Tironi tuvo una estrategia de reposicionamiento de Arauco después del terremoto de febrero del 2010. Éste golpeó a la empresa ya que paralizó sus operaciones y afectó a varios trabajadores. Incluso seis de ellos murieron.
Es por esto que se encargó una evaluación post terremoto en la que participó Tironi junto a la Escuela de Psicología de la Universidad Católica y la Fundación Arauco. Se llegó a la conclusión de que el proceso de reconstrucción tenía que incluir un registro emotivo de primer nivel.
Arauco estableció un presupuesto de US$ 100 mil para que se realizara el documental “Mauchos”. Bajo la dirección de Ricardo Larraín, se registra cómo los habitantes de Constitución lentamente reconstruyeron sus vidas después del terremoto.
A la película se sumó el libro “Nuestro Terremoto” del periodista Alfredo Sepúlveda. Con él Arauco cumplía su objetivo de registrar la reconstrucción, mejorar su imagen, pero sin tener excesivo protagonismo.
El juzgado de Valdivia condenó a la empresa a realizar un estudio sobre el humedal que debe incorporar el estado de las aguas, flora y fauna; crear un humedal artificial con carácter de centinela; realizar un monitoreo medioambiental constante y por cinco años; crear un Centro de Investigación de Humedales, programas de desarrollo comunitario relacionados con el humedal; y cancelar, en la etapa de cumplimiento del fallo, los perjuicios causados cuando se determine el monto.
El Mostrador
05 de Agosto de 2013