El 29 de enero, en el Juzgado de Garantía de Rancagua se llevará a cabo la audiencia de formalización de nueve imputados en el caso Caval, entre los cuales, y tal como lo ha anticipado este medio en numerosas ocasiones, no se cuentan el hijo de la Presidenta Michelle Bachelet, Sebastián Dávalos, ni su mujer de éste, Natalia Compagnon. Es más, este medio ha sostenido de manera invariablre, que ambos fueron objeto de un elaborado montaje. Para verdades, el tiempo.
En cambio, si será formalizado su socio, Mauricio Valero, hombre de oscuros perfiles y privilegiados contactos con la derecha. La audiencia la solicitó el fiscal regional de O’Higgins, Luis Toledo, quien sí incluyó entre los formalizados al síndico Herman Chadwick y al ingeniero y militante de la UDI Juan Díaz Sepúlveda. A ellos el fiscal les imputará el delito de soborno.
Al síndico le imputará además el delito de cómplice de infracciones al artículo 38 del libro IV del Código de Comercio, relativas a ventajas indebidas.
Toledo también dispuso la formalización del ex director de Obras de la municipalidad de Machalí Jorge Silva Menares y de Marisol Navarrete por cohecho en calidad de autor y cómplice, respectivamente; de la arquitecta y ex asesora del municipio de Machalí Cynthia Ross por cohecho; de Pablo Ovalle Andrade y Daniel Huerta Cordero por los delitos de prevaricación y por su calidad de encubridores de las ventajas indebidas del síndico, mismo cargo que enfrentará Andrés Orchard Vergara.
Sebastián Dávalos y Natalia Compagnon, condenados a priori por la prensa, no estarán entre los formalizados.
El escándalo estalló en febrero pasado, cuando la revista Que Pasa, del grupo COPESA, dió a conocer los entretelones del crédito que otorgó el Banco de Chile a Caval, por un monto de 6.500 millones de pesos, tras una reunión de Natalia Compagnon con el vicepresidente del banco, Andrónico Luksic y a la que asistió también Dávalos a fines de 2013, durante los días posteriores a la elección de la Presidenta Michelle Bachelet.
Sobre la base de esa vinculación, se tejió un elaborado montaje mediático, cuyo objetivo evidente era empatar el caso Penta, que por esos mismos días sacudía con particular fuerza a la UDI.
Sin otra prueba que la del general rumor y el señor fuentes, el sistema mediático insinuó que Dávalos habría ayudado a su mujer, a obtener un crédito por más de US$ 10 millones, que finalmente fue aprobado días antes que Bachelet ganara la elección presidencial, el que habría sido utilizado para comprar un terreno en Machalí, en la VI Región, cuyo suelo era de uso agrícola.
Se acusa a Dávalos de haber tratado de ejercer un tráfico de influencias que permitiría un rápido cambio en el plan regulador de Machalí, ya en discusión hace un tiempo en la Municipalidad y con ello un cambio en el uso del suelo, pasando a ser de uso urbano, lo que elevaría su plusvalía.
La verdad de los hechos era mucho más simple: en la reunión entre Natalia Compagnon y Andrónico Lucksic, gestionada mucho antes de que se conociera el resultado de la segunda vuelta presidencial, y a la que Sebastián Dávalos acudió por casualidad, se habló de otro negocio, donde el comprador era una empresa vinculada al cineasta Alvaro Covacevic.
De ahí en más, la campaña mediatica instalo la noción de que el dinero permitió a Caval adquirir los terrenos y revederlos a la sociedad Silca por 9 mil millones, lo que permitió a la sociedad de Compagnon y Valero recibir una ganancia de 2.500 millones, situación que presentó todavía más turbia, cuando Silca presentó una querella por estafa contra Caval, que retiró en mayo de este año luego de un acuerdo entre las partes.
La intencionalidad política de la campaña queda estupendamente reflejada con lreacción de uno de los abogados querellantes, Mario Zumelzu, ante el anuncio de las primeras formalizaciones:
«Lo importante es que será formalizada la sociedad Caval y eso toca a Natalia Compagnon. Esto golpea fuertemente a la nuera de la Presidenta».
Lo mismo puede decirse de las declaraciones del deiputado de la UDI, Felipe Ward: .
“Las formalizaciones son una buena noticia dentro del escándalo que implica el caso Caval, pero faltan personas. Este caso tiene que ver directamente con la familia presidencial y nos parece que es necesario que los próximos formalizados sean el hijo y la nuera de la Presidenta. No se entendería, en el caso de Natalia Compagnon, una investigación que afecta a su socio; se formaliza a la empresa, se formaliza a su socio y se le deja fuera a ella. Eso es curioso. Nos parece que aquí hay una formalización velada a la nuera de la Presidenta, dado que se formalizó a su empresa y su socio”.
O sea, cuando las denuncias afectan a la derecha, las responsabilidades son individuales. Y cuando, a la inversa, recaen sobre sus adversarios, estas son colectivas, institucionales y endosables.
A la misma conclusión conduce la manera de presentar la noticia del sistema mediático: en lugar de reestablecer el principio de inocencia, se dedicó a contextualizar las mismas acusaciones, por ahora carentes de fundamento.