Timothy Holroyde, juez del Tribunal Superior de Inglaterra y Gales, aplazó para los días 27 y 28 de octubre la audiencia sobre la apelación contra la negativa de la justicia británica, de extraditar al fundador de WikiLeaks, Julian Assange a Estados Unidos.
De esa guisa, prorroga la prisión de Assange hasta al menos esa fecha, en una prisión de máxima seguridad, sometido a un aislamiento implacable, que ha debilitado notoriamente su salud.
Las dos audiencias serán presenciales, aunque el juez dispensó a los abogados y también a Assange, de asistir a la sede judicial, en el distrito de la City de Londres.
“Puede atender por videoconferencia», dijo el juez al término de una sesión preliminar celebrada este miércoles en la corte para discutir el tema de la extradición.
La extradición fue denegada por la magistrada Vanesa Baraitser en enero pasado. Pese a no desestimar las acusaciones presentadas por Washington para enjuiciar a Assange, alegó que, luego de escuchar el testimonio de psiquiatras y psicólogos, el periodista australiano pudiera suicidarse si resulta preso en una cárcel de máxima seguridad en EE.UU.
Y en esa condición psicológica, se lo sigue manteniendo en un limbo legal, donde el tiempo parece estar suspendido, y los derechos de Assange también, ante la incomprensible impavidez de los medios de comunicación, los gremios periodísticos y las audiencias mundiales, que parecen no comprender la gravedad de lo que está en juego.
El circo debe continuar
El Tribunal Superior británico asentado en Londres aceptó en julio pasado el recurso de apelación presentado por el Departamento de Justicia de EE.UU., que buscará convencer al tribunal que la vida de Assange no corre peligro en su sistema carcelario.
Todas estas argucias legales, que toman el máximo tiempo permitido por la ley, mantienen a Assange privado de libertad desde el 19 de junio de 2012, cuando se asiló en la embajada de Ecuador, en Londres, por una vaga acusación de agresión sexual, presentada por Suecia; que a la postre fue retirada para intercambiarse por cargos de espionaje, extradición denegada en enero pasado, a pesar de lo cual Assange continúa preso en su kafkiano proceso.
Al menos un centenar de personas se congregó a las puertas del Tribunal para defender a Assange. Los manifestantes lanzaron proclamas en contra de la extradición y criticaron al presidente de EE.UU., Joe Biden, por “encarcelar a la libertad de prensa”.
Entre los presentes estaba el ex-líder laborista, Jeremy Corbyn, quien comunicó a los manifestantes su apoyo a Assange y al trabajo que ha hecho “revelando las verdades sobre la prisión de Guantánamo, la guerra de Irak y la toma de decisiones de las fuerzas armadas estadounidenses”
Asimismo, alertó que el premier británico, Boris Johnson debería entender la importancia del caso de Assange, dado que él mismo es periodista, y a quien demandó que debería decirle firmemente a Estados Unidos que retiren los cargos y que lo liberen.
New Watch: Former Labour leader Jeremy Corbyn adds his voice to the ever growing calls for @wikileaks publisher Julian Assange to be freed: "He should be released – he is a man who has done the world a very good service" | @jeremycorbyn #FreeAssangeNOW pic.twitter.com/qETaH4khDl
— Defend Assange Campaign (@DefendAssange) August 11, 2021
Sin embargo, la balanza se ha decantado a favor de la visión norteamericana, ya que el magistrado consideró que era, “como mínimo, justificable” que Baraitser había dado demasiado trascendencia a la opinión del experto forense; y la acusación no perdió la oportunidad de reiterar que la salud mental de Assange no alcanza el mínimo requerido por la ley para impedir la extradición.
a victoria que Assange se anotó hace dos meses ha quedado neutralizada en una vista que debería inquietar al fundador de Wikileaks, puesto que la misma jueza que en junio bloqueaba su extradición había amparado, paralelamente, la opinión de Estados Unidos de que sus actividades iban más allá del mero ejercicio del periodismo. Esta coincidencia de pareceres constituía ya por entonces un arma letal para Assange, ya que cuestionaba el argumento fundamental de sus abogados, que insisten en que está siendo castigado por su labor como periodista.
El «proceso» es el castigo
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La pareja y madre de dos hijos de Assange, Stella Morris, acusó al Gobierno de Estados Unidos de prologar de forma arbitraria el encarcelamiento de su cónyuge:
“El Gobierno estadounidense está explotando los injustos acuerdos de extradición entre EE. UU. y el Reino Unido para prolongar arbitrariamente su encarcelamiento, el encarcelamiento de un hombre inocente acusado de ejercer el periodismo”.
Advirtió que la situación del periodista de 50 años retenido en la cárcel es “cada vez más desesperante”:
“Julian ganó el caso contra el Gobierno de EE. UU. hace siete meses, pero sigue encarcelado en la prisión de Belmarsh: ¿qué es esto si no un castigo?”.
Previo a la audiencia, publicó el siguiente texto en su cuenta de twitter.
Now updated: Read my latest ahead of today's hearing–the US gov is seeking permission to reintroduce 2 arguments that were dismissed by a senior High Court judge. #Assange #Assangecase #AssangeAppeal#FreeAssangeNOW
(Go to 'Updates' tab) pic.twitter.com/EXdIDMbT5r
— Stella Moris #DropTheCharges (@StellaMoris1) August 11, 2021
«Apelo una vez más, en nombre de Julian, por su ayuda para continuar nuestra lucha por la libertad de Julian. El calamitoso tratado de extradición entre Estados Unidos y el Reino Unido, aprobado por Blair, establece que los costos legales del gobierno de los Estados Unidos son pagados en su totalidad por el contribuyente del Reino Unido.
Julian, por otro lado, tiene que reunir el dinero para derrotar el caso de Estados Unidos.
La audiencia del miércoles NO es la apelación principal. Se trata de una audiencia de apelación preliminar, en la que el gobierno de Estados Unidos solicitará permiso a diferentes jueces del Tribunal Superior para volver a presentar los dos motivos que la primera instancia desestimó.
La audiencia del miércoles es importante porque el tribunal superior decidió que la apelación debe ser escuchada sobre bases legales muy estrechas y limitadas. Decidió que no se debería permitir que el gobierno de los EE. UU. cuestionara la decisión del juez anterior sobre los hechos relacionados con las condiciones carcelarias de EE. UU. Y el estado de salud de Julian.
El gobierno de EE. UU. volverá a presentar argumentos que ya han sido resueltos por dos jueces anteriores, incluido un juez de alto rango del Tribunal Superior. Parece poco probable que los jueces el miércoles lleguen a una conclusión diferente.
Es el último movimiento del gobierno de Estados Unidos para tratar de jugar con el sistema legal británico. El manejo del caso por parte del gobierno de los EE.UU. expone la naturaleza subyacente de la acusación contra Julian: tácticas agresivas y subvirtiendo las reglas para que la capacidad de Julian para defenderse se vea obstruida y socavada mientras permanece en prisión durante años y años, sin condena y detenido en forma espuria. cargos. El «proceso» es el castigo.
El contenido real de la apelación se llevará a cabo en la audiencia principal a finales de este año. Pero el alcance de esa audiencia, tres fundamentos (estrechos) o cinco (revisando la evidencia fáctica) se determinarán en la audiencia del miércoles.
Julia Hall, experta de Amnistía Internacional en Lucha contra el Terrorismo, Justicia Penal y Derechos Humanos, comentó que los ‘compromisos’ de Estados Unidos en este caso «no son garantías en absoluto» y agregó que «son inherentemente poco fiables». (https: // www. ilfattoquotidiano.it/in-edicola/articoli/2021 / 07/24 / julia-hall-amnesty-international-expert-on-national-security-assange-should-be-release / 6272346 /)
El panorama general es que cualquier garantía que no sea la de abandonar el caso por completo es totalmente inútil. Julian está siendo castigado por hacer su trabajo. Publicó información veraz que el público tenía derecho a conocer y que revelaba graves irregularidades por parte de los Estados y sus agentes».
En la página habilitada para recaudar fondos para la defensa, Julian Assange’s High Court fight against extradition , Stella Moris entrega todos los antecedentes acerca del estado actual del «proceso» contra Julian Assange, en particular sobre la audiencia de hoy:
Nueva cita de Julián en la Corte, este miércoles
Han pasado siete meses desde que la jueza Vanessa Baraitser bloqueó la extradición de Julian, pero sigue en prisión, sufriendo y aislado, a pesar de no haber cometido ningún delito.
Hoy comienza la siguiente etapa de la batalla legal para liberar a mi compañero, Julian Assange.
Dos días antes de la toma de posesión del nuevo presidente, la administración Trump apeló un fallo que emitió el Tribunal de Magistrados del Reino Unido el 4 de enero. El juez del Reino Unido había decidido bloquear la solicitud de extradición de Julian por parte de Estados Unidos, por motivos médicos. El gobierno de los Estados Unidos ahora busca revocar esa decisión en apelación.
Aunque el juez de distrito rechazó la extradición, ella negó la libertad bajo fianza de Julian. Sigue detenido en la prisión de Belmarsh, como preso no condenado, en condiciones espantosas. Lleva allí casi dos años.
Debido al bloqueo de Covid, no se le permite recibir visitas y no tiene acceso directo a sus abogados.
Los abogados de Julian ya han comenzado a trabajar en su respuesta al gobierno de Estados Unidos y se están preparando para defender la victoria de Julian en el Tribunal Superior. Si vuelven a ganar, quedará libre.
¿Por qué recaudamos fondos?
Dar el siguiente paso en el proceso legal y defender a Julian en el Tribunal Superior será costoso, a pesar de que el equipo legal de Julian sigue trabajando por una baja remuneración y ha contribuido gran parte de su tiempo pro bono. No podemos hacerlo solos y necesitamos su apoyo.
El significado del caso de Julian
Fue la administración Trump quien acusó a Julian bajo la Ley de Espionaje por exponer crímenes de guerra y abusos a los derechos humanos en 2010 y 2011.
La decisión de acusarlo fue un acto político motivado por malicia. Julian expuso la matanza de civiles desarmados y la tortura de personas inocentes.
Por eso, las personas que están impulsando esto quieren enterrar a Julian en el rincón más profundo y oscuro del sistema penitenciario de Estados Unidos por el resto de su vida. Julian enfrenta una posible sentencia de 175 años.
Los grupos de libertad de prensa consideran que la acusación contra Julian es la amenaza más grave a la libertad de prensa en los Estados Unidos, el Reino Unido y Europa, debido a su naturaleza extraterritorial. Es la primera acusación formal de un editor en virtud de la Ley de Espionaje de EE. UU.
Si Julian es extraditado, será juzgado en Alexandria, Virginia, donde no tiene ninguna posibilidad de un juicio justo. Es donde tienen su sede las agencias de inteligencia estadounidenses. El complejo judicial está a 15 millas de la sede de la CIA. El estado está poblado por empleados del propio sector cuyos abusos y crímenes expuso Julián.
La Ley de Espionaje evita que Julian discuta por qué publicó lo que publicó, lo que expuso y el hecho de que no resultó en ningún daño físico.
¿Como puedes ayudar?
Únase a mí en esta lucha épica por la justicia, la libertad de expresión y los derechos de los periodistas y editores de hacer que los gobiernos rindan cuentas sin ser encarcelados y potencialmente perder la vida.
Cualquier donación, por pequeña que sea, marcará una gran diferencia.
En nombre de Julian y nuestra familia, quiero agradecerles por estar con nosotros y ayudarnos a recaudar fondos para esta importante batalla legal.
Es una lucha por nuestra familia, darles a nuestros hijos Max, 2, y Gabriel, 3, el derecho a crecer con su padre.
También es una lucha por la verdad y la justicia, y una lucha por el derecho de todos a vivir en una sociedad libre.