La alcaldesa de Providencia lleva siete meses a la cabeza de la comuna que fue ejemplo del nuevo puzzle electoral gracias a la inscripción automática y al voto voluntario. La “Pepa” explica su triunfo como algo colectivo, en donde la participación ciudadana fue la piedra angular del proyecto que partió en una junta de vecinos. Sigue sin militancia política; dice que la falta de primarias en las parlamentarias fue por culpa de la calculadora y piensa que para reformar la Constitución hay que jugar con las reglas de la democracia.
Josefa Errázuriz Guilisasti tiene 60 años, dos hijos y quedó viuda doce días antes de que fuera elegida la sucesora de Cristián Labbé, el hombre que fuera amo y señor de Providencia por 16 años. Hoy ya está instaladísima y reflexiona cómo la organización de los ciudadanos, el nuevo padrón electoral y el aunar ideas y voluntades, la convirtieron de una dirigente vecinal a una funcionaria del Estado.
¿Qué es para usted la participación ciudadana?
«Es ser parte de un proyecto, es ser parte de una decisión. Y es eso a lo que estamos apuntando en Providencia. Queríamos escuchar la opinión de las vecinas y vecinos, tomarlos en consideración en cada una de las etapas de un proyecto determinado y por supuesto considerar sus opiniones como una opinión más».
¿Qué tan distinto es para una dirigente ciudadana ocupar un rol en el Estado?
«Son dos mundos bien distintos y absolutamente complementarios. Ser dirigente vecinal te obliga a estar muy comprometida con tu territorio. En mi caso, con la Unión Comunal, era estar muy comprometida con lo que queríamos para Providencia, cómo soñábamos Providencia, cuáles eran las cosas distintas que haríamos y eso, obviamente, cuando pasas a ser un servidor público a cargo de una determinada comuna, te da la posibilidad de escuchar a mucha más gente y a tomar en consideración las aspiraciones de los vecinos».
¿Cuál cree qué debiese ser la relación entre ciudadanía y el Estado?
«Debería ser una relación absoluta de corresponsabilidad. Yo como autoridad a cargo de una comuna debo tener primero la capacidad de escuchar, segundo, la capacidad de considerar esas opiniones en las decisiones que se toman. Ser capaz de explicar cuando una decisión se pueda tomar o no, y conducir la comuna de acuerdo a ese programa, proyecto o convenio que hayamos hecho con la autoridad. Por otra parte, los dirigentes vecinales o la “ciudadanía activa”, como a mi me gusta llamarle, tenemos la responsabilidad de ser parte de las decisiones y por lo mismo entregar nuestra opinión, nuestra evaluación, entregar nuestra crítica y también evaluar cómo se están cumpliendo los acuerdos a los cuales hemos llegado».
¿La participación reemplaza la democracia representativa?
«La democracia representativa no es muy participativa. La democracia representativa es, por ejemplo, que te conviden cada cuatro años a votar. Nosotros aspiramos a más: a ser parte de un proyecto, por lo tanto yo aspiro a tener una democracia participativa en Chile».
Si a usted ya la eligieron con un programa, ¿no cree que la gente quiere que llegue a implementarlo?
«El programa nuestro tiene 114 medidas que se van a modificar, y de hecho ya se está modificando. Tiene 11 ejes programáticos y 114 medidas súper claras, en las cuales yo tengo que dar cuenta a la ciudadanía en cada cuenta pública de cómo hemos ido avanzando. Eso si, a nosotros nos faltó en el programa de gobierno haberle puesto más indicadores.
Es decir, cuando yo digo “quiero un tercer consultorio para la comuna” es fácil, porque el indicador es que se construye el consultorio. Pero sin embargo, cuando tu dices “quiero fortalecer la comunidad escolar”, faltó mencionar indicadores concretos de cómo avanzar hacia ese respecto. Pero no fuimos capaces, situación que hoy en día sí tenemos que ser capaces de resolver desde el gobierno municipal.
Ahora, yo debo dar cuenta en cada una de las Cuentas Públicas cómo va el avance del programa. De hecho nosotros tenemos a una persona acá haciendo el seguimiento. Ese programa de gobierno va a tener algunas modificaciones en términos de metas que podamos cumplir, que obviamente no van a estar en el programa, pero que hay que dar cuenta de ello. Son aquellas que surjan del Pladeco (Plan de Desarrollo Comunal).
Éste plan se está haciendo absolutamente de forma participativa, ya tuvimos una primera ronda de ocho Cabildos, sobre cuáles eran los sueños y las propuestas para la comuna. Hoy día estamos en la segunda etapa de los Cabildos, en la cual la autoridades municipales tomaron las propuestas que obtuvimos en más de 206 propuestas que son relativas a los barrios. Y estas propuestas van a modificar nuestro programa en alguna medida. Yo espero algún día tener Ley de Voto Programático que incluya el mandato revocatorio en caso de las autoridades que no cumplen».
¿Cuánta participación es suficiente para no trabar su propio trabajo?
«La participación ciudadana tiene que estar permanentemente presente. Yo no conozco proyecto que pueda ser exitoso que no haya tenido participación ciudadana. Mira el Transantiago, yo sé que no teníamos la Ley de Participación Ciudadana y una serie de condiciones, pero de verdad Transantiago tuvo una serie de dificultades en su implementación porque efectivamente aquí no había ninguna opinión de los usuarios.
En el caso de la construcción de una comuna, yo no puedo plantear que quiero hacer un área verde distinta o que quiero impulsar nuevas actividades con los adultos mayores o quiero fortalecer la comunidad escolar, si no lo hacemos permanentemente con los involucrados. Y eso significa también educar. Eso significa hacer educación cívica, de manera que la participación ciudadana sea realmente efectiva».
¿Cuáles son las claves para generar más participación ciudadana?
«Punto uno: Información. La información constituye poder. Segundo, yo creo que el éxito de esto es capacitación en toda las formas, y sobretodo, capacitación aplicada. Esta educación tiene que incluir las buenas y las malas experiencias».
El triunfo de la serpiente del paraíso
¿Cuáles cree usted que fueron las razones por las que ganó la elección en Providencia?
«Porque creo que tenemos un plan de gobierno construido participativamente. Fuimos super pragmáticos en términos de decir “acá después de 16 años de una administración, hay que enfrentarlo con una candidatura única” y eso lo pudimos levantar con nuestros propios recursos, organizando una primaria. Yo creo que también es importante que efectivamente hubo un trabajo de los ciudadanos no militantes de partidos, y una generosidad enorme de los partidos políticos, que yo no me canso de agradecer. Fueron capaces de decir “vamos a una primaria ampliada” y la verdad es que en ese momento nosotros planteamos que acá la única alternativa era una candidatura única.
El otro tema fue hablar a los ojos. Las redes sociales son muy importantes, pero como dijo el propio Cristóbal (Bellolio) al momento de perder la primaria: “No basta con tuitear, la Pepa me lo planteó muchas veces y acá está la prueba”.
Y también es yendo a buscar a los vecinos a su casa. No es el puerta a puerta. No es que yo vaya y deje un papelito bajo la puerta; es buscar al vecino, es hablarle, es darle el tiempo, es escuchar. Y yo creo que el haber tenido programa, el haber hecho ese trabajo persona a persona, vecino a vecino y el haber barrido completamente la comuna con voluntarios que estaban dispuestos a jugarse porque había una propuesta programática que podían defender y que no era un cheque en blanco. Yo aquí no puedo decir gané la alcaldía y ahora hago lo que yo quiero. Acá hay un programa, y un programa al cual yo debo dar una adecuada cuenta cada año».
Luego de la aprobación del voto voluntario y la inscripción automática, ¿se siente usted un ícono de este nuevo proceso en la política chilena?
«No me siento un ícono, pero yo creo que tuvimos la suerte de no tener esa traba que significaba ir a hacer el trámite de inscribirse. Voy a ser súper honesta. Yo, a penas cumplí 18 años, corrí a inscribirme y tengo la suerte que mis hijos hicieron lo mismo. Pero eso no es lo que pasa con los jóvenes y yo no creo que sea que ellos “no están ni ahí”. Yo creo que se limpió una traba que era el trámite físico de ir a inscribirse.
Los jóvenes que se cambiaron a Providencia a votar fue que se sintieron convocados por las propuestas de un programa. El no tener la traba de la inscripción nos permitió que los jóvenes de mi comuna tuvieran la libertad de ir a votar si tú tenías la suficiente capacidad para convocarlos. Y yo creo que ahí es responsabilidad de las candidatas y candidatos de tener propuestas concretas, categóricas, ser muy claros en cómo vas a cumplir y dar cuenta a la ciudadanía. La transparencia es fundamental para que los jóvenes que hoy día no tienen la barrera para inscribirse e ir a votar, voten».
Cuando Michelle Bachelet la llamó para felicitarla por su triunfo, usted le dijo “Presidenta, la forma de hacer política cambió” ¿En qué cambió?
«En que hay un voto voluntario, en que ya nadie está dispuesto a dar cheques en blanco, en que efectivamente se quieren conocer programas y programas hechos de forma participativa, programas que tengan indicadores o metas muy claras para ser medidos por los fríos números, donde los independientes cumplan un rol.
Acá no hay una decisión que las cúpulas políticas puedan tomar entre cuatro paredes, si no que hay una ciudadanía que llegó para quedarse y hay una ciudadanía que quiere ser considerada. Yo creo que es muy importante el rol que cumplen los independientes ya que, efectivamente, con el binominal la situación es muy difícil de revertir».
Usted dijo que a la Concertación no le queda otra que abrir espacios a los independientes, ¿cuál es su evaluación hasta el momento en vista a la elección parlamentaria?
«Es lamentable que no hayamos tenido primarias, mi gran candidato hoy día son las primarias. En este distrito en particular existía la voluntad absoluta, por lo menos del Partido Socialista, de llamar a una primaria en el distrito y no se dio. No hay que tenerle miedo a la competencia ni a la democracia y la verdad es que los independientes nos hemos dado cuenta que tenemos que cumplir un rol.
El tema municipal tiene que ser un tema que esté en la discusión política en un año electoral como este. No queda otra que hacer la buena política. Yo soy política, hago política todos los días porque estoy preocupada de la polis, que es mi ciudad. Que no milite en un partido político no tiene nada que ver. Acá hay que fortalecer, reivindicar y estrechar las nuevas formas de hacer política, dar espacios y no tener miedo a la competencia, la competencia es sana».
Finalmente no hubo primarias nacionales para la designación de candidatos al Parlamento y solo habrá en casos puntuales, ¿qué cree que faltó?
«Porque yo creo que hay gente que toma las decisiones con calculadora en mano».
¿Cómo cree usted que se conjuga el rol de la sociedad civil con el de los partidos políticos?
«Los militantes de los partidos son ciudadanos como todos. Lo que tienen que hacer es abrir las orejas y escuchar las demandas que se están haciendo. Acá tiene que haber una alianza estratégica de ganancia para ambos lados. En la medida que tú fomentas la asociatividad en los vecinos o en la sociedad civil y eres capaz de dar respuesta a eso, tiene que haber gente que se va a interesar en los partidos.
Lo que ha ocurrido aquí es que los partidos políticos están aislados de la ciudadanía, son como seres antagónicos, no puede ser. Si los militantes de los partidos son vecinos y vecinas de todas las comunas, ellos deberían ser los primeros interesados en que se escuche la voz de los vecinos, se escuchen las demandas y que realmente se elaboren programas conforme a eso».
¿Nos puede explicar en qué consiste Piensa Providencia?
«Piensa Providencia fue el programa creado para formular el nuevo plan de desarrollo comunal. Nosotros convocamos a los vecinos a una etapa en que pensaran su comuna, les preguntamos qué es lo que querían, cuáles eran sus sueños, y así fue la manera como construimos el programa. Luego a esos sueños les íbamos poniendo forma, qué se puede cumplir, qué no, cómo cumplirlos, cómo vamos a implementar condiciones para que se cumplan y, por supuesto, dando cuenta a la ciudadanía.
La verdad es que la idea es decir: pensémoslo juntos, hagámoslo juntos, seamos corresponsables en esta creación. Yo pongo mi rol y mi deber es hacer que esto se cumpla pero la responsabilidad de los vecinos es contarme lo que necesitan y luego lo resolvemos juntos».
Hasta el momento, ¿cómo ha sido la recepción de los vecinos? ¿cuál ha sido el resultado? ¿Qué dificultades han experimentado?
«Realmente excepcional y muy motivadora. Las propuestas han sido súper aterrizadas y súper concretas, muy en línea con el programa de gobierno que nosotros creamos y además con mucho compromiso – uno les está pidiendo cinco horas de un sábado en la mañana y no pocos sábados – ya que a cada barrio los vamos a citar tres veces. Y para los más flojos también haremos una consulta para que ellos entreguen su opinión».
¿Qué opina acerca de la asamblea constituyente? ¿Lo ve como una posibilidad?
«Yo quiero que discutamos seriamente qué sociedad queremos y creo que debería haber un cambio de Constitución sí o sí. Ahora, mi tema es: en la Asamblea Constituyente ¿esos representantes van a estar debidamente validados o debidamente empoderados para ser mi representante? o ¿Hay algún otro mecanismo donde yo pueda recoger primero qué tipo de sociedad queremos?
Porque la Constitución que nos demos tiene que dar respuesta a esa sociedad que mayoritariamente queremos; habrán unos que no están en esas, pero aquí tenemos que jugar con las reglas de la democracia y llegar al mecanismo que nos permita dar respuestas a esa sociedad que queremos. Yo llamaría a grandes cabildos primero para discutir cuál es la sociedad que pretendemos».
Fuente: Sentidos Comunes