El día 15 de septiembre de 1973, detenido y golpeado en el Estadio Chile, Víctor Jara escribió en dos hojas sueltas su último poema. Es un legado que sobrevivió a la tragedia, la mirada sensible del cantor ante el espanto. Sus ideas y su canto valiente siguen presentes, siempre será canción nueva. Este poema, denominado “Somos cinco mil” o bien “Estadio Chile”, o también “Canto que mal me sales”, fue escrito por el cantor estando detenido en el Estadio Chile, el 15 de septiembre de 1973, pocas horas antes de ser asesinado.
Boris Navia, abogado y militante comunista, fue quien compartió con Víctor Jara las hojas en las que escribió su último poema. El cantor anotó cuánto brotó de su mente ese momento, hasta que se vio obligado a entregar, apurado y en secreto, los papeles de vuelta a Boris, quién los escondió en su libreta.
Dos soldados se llevaron a Víctor a la fuerza.
Boris no abrió su libreta hasta llegar al Estadio Nacional, donde lo trasladaron esa noche junto a otros detenidos. Allí entendió la relevancia del escrito y compartió con otros el texto, que fue copiado en dos cajetillas de cigarro, entregadas a compañeros que pronto saldrían en libertad.
Había que rescatar el legado de Víctor. Boris, por su parte, guardó las hojas de papel en la suela derecha de sus zapatos.
Lamentablemente, el plan de Boris fue descubierto, al encontrar los militares una de las cajetillas de cigarrillos con el poema escrito en manos de un detenido.
Entonces, como el mismo Boris relatara al periodista español Mario Amorós para “La Clave”:
“Me condujeron al velódromo, donde dos oficiales de la Fuerza Aérea abrieron mi zapato derecho y descubrieron las hojas. Me interrogaron y me torturaron y pensé que mientras más soportara la tortura, más posibilidades habría de que la segunda copia saliera del Estadio. No lograron arrancarme ninguna palabra sobre ella y así el poema de Víctor salió libre del Estadio Nacional, venció al fascismo y ganó la libertad. El militar que le asesinó creyó que mataría su voz, pero Víctor no murió, murió para vivir, vivirá para siempre en el corazón de los pueblos“.
El último poema de Víctor Jara: Somos cinco mil
Somos cinco mil
en esta pequeña parte de la ciudad.
Somos cinco mil
¿Cuántos seremos en total
en las ciudades y en todo el país?
Solo aquí
diez mil manos siembran
y hacen andar las fábricas.
¡Cuánta humanidad
con hambre, frio, pánico, dolor,
presión moral, terror y locura!
Seis de los nuestros se perdieron
en el espacio de las estrellas.
Un muerto, un golpeado como jamás creí
se podría golpear a un ser humano.
Los otros cuatro quisieron quitarse todos los temores
uno saltó al vacío,
otro golpeándose la cabeza contra el muro,
pero todos con la mirada fija de la muerte.
¡Qué espanto causa el rostro del fascismo!
Llevan a cabo sus planes con precisión artera
Sin importarles nada.
La sangre para ellos son medallas.
La matanza es acto de heroísmo
¿Es este el mundo que creaste, dios mío?
¿Para esto tus siete días de asombro y trabajo?
En estas cuatro murallas solo existe un número
que no progresa,
que lentamente querrá más muerte.
Pero de pronto me golpea la conciencia
y veo esta marea sin latido,
pero con el pulso de las máquinas
y los militares mostrando su rostro de matrona
llena de dulzura.
¿Y México, Cuba y el mundo?
¡Que griten esta ignominia!
Somos diez mil manos menos
que no producen.
¿Cuántos somos en toda la Patria?
La sangre del compañero Presidente
golpea más fuerte que bombas y metrallas
Así golpeará nuestro puño nuevamente
¡Canto que mal me sales
Cuando tengo que cantar espanto!
Espanto como el que vivo
como el que muero, espanto.
De verme entre tanto y tantos
momentos del infinito
en que el silencio y el grito
son las metas de este canto.
Lo que veo nunca vi,
lo que he sentido y que siento
hará brotar el momento…
Fuente: Terminal
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Interpretación de Angel Parra.