viernes, noviembre 22, 2024
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Informe Especial: el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba

Aunque el debate de las Comisiones se había pautado para iniciar a las tres de la tarde, media hora antes todos los delegados e invitados ya habían ocupado asiento para el debate de la “Conceptualización del Modelo económico y social cubano de desarrollo socialista”. La sala 4 del Palacio de las Convenciones, con 393 asientos, está tan llena, que ha necesitado un “acomodador”, un funcionario que se encarga de buscar plaza disponible en las áreas laterales para aquellos que van llegando últimos.

Aunque no es el foro más nutrido esta tarde –la Comisión que debate los Lineamientos reúne más delegados-, este es quizás el más singular. El Primer Secretario Raúl Castro había anunciado en la mañana que el “Modelo”, como todos le dicen, intenta ser una “guía teórica” que explique con claridad las características principales del mapa económico y social cubano de desarrollo socialista en esta etapa, su estructuración y finalidades estratégicas.

Ningún otro Congreso partidista ha hecho este ejercicio, ni se dará por terminado aquí. Será discutido posteriormente por todos los militantes, tanto de la Unión de Jóvenes Comunistas y como del PCC, además de amplios sectores de la sociedad, y solo después de ese debate, llegará a la máxima dirección, el Comité Central, que validará la propuesta colectiva. El final del camino será la Asamblea Nacional, como ocurrió con los Lineamientos.

El “Modelo” deberá explicar en concreto la visión o idea de país, un estado deseado que se quiere alcanzar y que obviamente parte de circunstancias iniciales concretas, en una trama de relaciones económicas, políticas y sociales, culturales, ambientales e institucionales. Miguel Díaz-Canel Bermúdez, miembro del Buró Político del Partido y Primer Vicepresidente del país, que dirige la discusión, una y otra vez llama a la prudencia: se corre el riesgo de, en los intentos de elaborar un documento perfecto, complicar los conceptos o irse por las ramas.

La Comisión abre las sesiones con la presencia de 287, de los 290 delegados que se esperaban, y más de 70 invitados. La primera intervención es de Leonardo Andollo, segundo jefe de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo, quien comparte una información que están recibiendo ahora mismo todos los delegados en las otras salas.

Andollo presenta una valoración general sobre el trabajo previo del debate de todos los documentos que se discuten en el Congreso, al que se incorporaron el 88% de las 841 opiniones aportadas por los delegados. Hubo 104 propuestas no aceptadas, que serán analizadas, una a una, en cada Comisión del VII Congreso.

Los documentos se analizaron inicialmente, a principios de marzo, en comisiones en provincia donde participaron 3 551 personas, de las cuales 756 eran delegados al Congreso y otros 2795 invitados locales, afirma el segundo jefe de la Comisión de Implementación. Posteriormente, esos proyectos se presentaron en plenarias a las que asistieron más de 4 500 personas. Con profusión de datos, Andollo habla de 5 379 intervenciones en todo el proceso de consulta, el 60% concentradas en la provincia de La Habana, Guantánamo, Cienfuegos, Mayabeque, Villa Clara y Sancti Spíritus.

Los temas en los que se concentraron las mayores preocupaciones y propuestas de los participantes fueron:

–    La propiedad privada, su regulación y control;

–    Relaciones entre la planificación y el mercado, además de los precios;

–    Preservación y desarrollo de las conquistas sociales, además de resolver los problemas que impactan en la calidad de los servicios que se ofrecen a la población;

–    La emigración y su impacto negativo en el potencial humano, así como su relación con las condiciones de trabajo, salario, pensiones y subsidios;

–    La necesidad de que el Turismo aporte mayores ingresos al país;

–    Mayor participación de los trabajadores y la población en general en los procesos de decisiones. Asegurar el desarrollo de la comunicación social y en particular los medios de comunicación;

–    Potenciar el papel que debe jugar la juventud y la necesidad de alcanzar una efectiva influencia;

–    Importancia de fortalecer el trabajo político-ideológico, así como la preparación y capacitación de los cuadros y funcionarios, restablecer valores y consolidar el enfrentamiento a la corrupción, la actividad delictiva y las indisciplinas sociales.

No es casual que el régimen de propiedad sea el tema que movilizó las opiniones en todos los foros. El Modelo plantea como “imprescindible” que se consolide la propiedad socialista de todo el pueblo, como principal, coexistiendo con otras formas, y reconoce que hay diversos modelos de socialismo, dada las peculiaridades de cada nación.

A continuación, Rubén Toledo describe específicamente las consultas vinculadas al Modelo, donde participaron 270 delegados y 888 invitados -1158 en total. Asegura que en este debate en particular se realizaron 1555 intervenciones y se produjeron 373 propuestas, de las cuales se aprobaron 255.

El resultado de este proceso fue que se modificaron las dos terceras partes del documento analizado en las consultas territoriales, y los temas más debatidos fueron:

–    El período histórico de la construcción del socialismo;

–    Los problemas que se agudizaron durante el período especial;

–    El papel del mercado y la necesidad de que sea reconocido y regulado;

–    La existencia de medios fundamentales de producción de propiedad no estatal;

–    El reconocimiento de la propiedad privada, en especial de cubanos;

–    Factores que conforman la prosperidad en nuestro socialismo;

–    El papel protagónico de la juventud.

Díaz-Canel subraya el dato del ajuste tan amplio que sufrió el proyecto original del Modelo, sometido a los delegados e invitados: “Las dos terceras partes de los párrafos se modificaron, y hay coincidencia en que de ahí ha resultado un documento robusto, integrador, bien conceptualizado, que ahora volvemos a someter a la consideración de ustedes”.
Introducción

El Modelo tiene una introducción que reseña el contexto del cual parte y explica por qué es posible e imprescindible actualizar la concepción de país que aspiran los cubanos, pensado desde sus fortalezas y potencialidades y fundamentado en principios. La primera propuesta, del director del diario Granma Pelayo Terry, no es aprobada por los delegados, y muestra el talente democrático de esta discusión, y la decisión de no incorporar más ramas al árbol, sino dejar en la nuez los conceptos para hacerlos más comprensibles.

Pelayo propone especificar qué limitaciones, internas o externas, persisten para la satisfacción de múltiples necesidades, uno de los argumentos que aparece entre los párrafos introductorios donde se habla de los problemas heredados del Período Especial. Pero el párrafo no se puede ver de manera independiente de los anteriores, y los delegados optan por mantener la formulación previa.

Entre otros argumentos, el documento refiere que “persisten limitaciones para la satisfacción de múltiples necesidades, lo que unido al impacto de la dualidad monetaria y cambiaria sobre el poder adquisitivo, ha incrementado diferencias económicas y sociales no provenientes del trabajo aportado, que además no es adecuadamente retribuido”.

Otros añadidos sí obtienen consenso. En el capítulo de los principios que sustentan el Modelo, por ejemplo, Aracelys González, delegada por La Habana, pide incluir la salud pública como una de las dimensiones decisivas en el desarrollo de la sociedad, junto a la educación, la ciencia, la tecnología e innovación, la cultura y la comunicación. También se aprueba incluir el antimperialismo como uno de los valores esenciales del pueblo cubano, una acotación de Abel Fundora, de La Habana.

La prueba de que los delegados se han leído con lupa el documento es la intervención de otro delegado que asegura que hay cuatro referencias a los jóvenes en el documento, mientras el General de Ejército Raúl Castro los menciona en su Informe Central más diez de veces. Propone que se incorpore un principio que deje claro que la atención a la niñez y la juventud es esencial en esta definición teórica del país al que aspiran los cubanos.

Aquí el debate transita por la definición de “principio”. Un principio es un valor que no cambia, apunta Díaz-Canel, que entiende la preocupación del delegado porque los jóvenes puedan no reconocerse como actores del Modelo. Pero el término “principios” designa fundamentos, tanto de carácter general, como otros de orden concreto que ayudan a definir la naturaleza de las relaciones en la sociedad. Son la columna vertebral del documento y, obviamente, como afirma Díaz Canel, son permanentes, y recomienda ser más explícito sobre el tema de la niñez y la juventud en la definición de las políticas sociales (sobre la relación de las nuevas generaciones con las tecnologías, el vínculo con el trabajo, la demografía, por ejemplo).

No se trata de incorporar referencia a los jóvenes de modo paternalista. La votación se divide entonces entre evaluar si es necesario que en las políticas sociales se fortalezca la presencia de los jóvenes, o incorporar el asunto como un principio. Solo 22 personas apoyaron esta última formulación. La intención de favorecer las políticas sociales para los jóvenes queda como la opción apoyada por mayoría, aunque Díaz-Canel recordó que en este foro “solo vamos a aprobar un proyecto para una discusión más amplia. En los próximos debates con toda la militancia, las organizaciones de base y los sectores sociales se podrá mejorar o no la formulación final del Modelo en este tema”.
Principios, columna vertebral

El escritor Abel Prieto también interviene en la discusión de los principios del Modelo, para acotar que cuando se habla de la democracia socialista, generalmente se reduce a las funciones del gobierno. “Pero en Cuba tenemos un tipo de democracia único, que tiene que ver con la sociedad civil revolucionaria. Un ministro cubano está obligado a presentarse ante las organizaciones y rendir cuenta de su trabajo. Tenemos una fórmula extremadamente democrática donde las políticas son sometidas a debate por nuestro pueblo organizado, de forma no gubernamental, que no quiere decir no revolucionaria”, recuerda.

Abel siente que esto no está suficientemente explícito en los principios que reseña el documento. “Este tipo de democracia es un rasgo de nuestro modelo que le da derecho a la gente, a la vez que habla muy alto de nuestro modelo participativo, democrático”, añade. “Has lanzado una gran idea, pero no lo has concretado”, bromeó el Presidente de la Comisión, quien recordó que el concepto de sociedad civil lo han manipulado mucho, han presentado la sociedad civil como oposición a la sociedad política.

Intervienen los delegados Bruno Rodríguez, Ana María Mari Machado, Homero Acosta y Darío Delgado. La redacción del principio queda, finalmente, sin cambios sustanciales: “La democracia socialista sobre la base del poder soberano del pueblo, del que dimana todo el poder del Estado socialista, ejercido directamente o por medio de las asambleas del Poder Popular y demás órganos del Estado que de ella se derivan, en la forma y según las normas fijadas por la Constitución y las leyes”.

Un debate similar se produce tras la intervención de Alejandro Castro Espín, quien consideró que, como principio, el que tiene que ver con la defensa del país quedaría con mucha más fuerza de la manera en que esta mañana lo expresó el General de Ejército, Raúl Castro, al presentar el Informe Central del Congreso. En el Modelo aparece: “La defensa y la seguridad nacional constituyen objetivos esenciales para garantizar la preservación del sistema político, económico y social cubano, principio que de olvidarse, no se sobreviviría al error, como ha demostrado la historia.”

Raúl lo expuso de la siguiente manera, recordando una frase de Fidel: “Mientras exista el imperialismo, el Partido, el Estado y el pueblo les prestarán a los servicios de la defensa la máxima atención. La guardia revolucionaria no se descuidará jamás. La historia enseña con demasiada elocuencia que los que olvidan este principio no sobreviven al error.” El acuerdo es mejorar la redacción de este principio en particular, y someterlo nuevamente a la Comisión, que seguirá sesionando mañana.

Otra precisión, esta vez de Homero Acosta: el reconocimiento moral y jurídico de la igualdad de derechos y deberes no basta, afirma. Propone incorporar la idea de que la sociedad cubana ofrece garantías para acceder a esos derechos. Lo que les da valor no es solo reconocerlos, sino hacerlos efectivos.

Relacionado con esto, Miguel Barnet propone incluir, entre las formas de discriminación que enfrenta la sociedad cubana, no discriminar ninguna nacionalidad ni ninguna etnia, dos conceptos diferentes.

Mariela Castro reconoce que “hemos dado un paso tremendo al lograr un documento como este”, e interviene para comentar el enunciado que “rechaza la discriminación por color de la piel, género, identidad de género, orientación sexual, discapacidad, origen territorial (Barnet propone incluir también nacionalidad), creencia religiosa, edad y cualquier otra lesiva a la dignidad humana”, pero recuerda que a las personas no solo se les discrimina por color de la piel, sino también por otros “rasgos antropomorfos”, concepto que tal vez engloba mejor lo que se está diciendo. Pero lo más importante, añade, “esta es una oportunidad de aprendizaje, de apropiarnos de conceptos”.

Parte del aprendizaje es la prudencia, dice Díaz-Canel. “Es la primera vez que se trae a un Congreso la conceptualización del Modelo. Lo que queremos es que no haya discriminación. No se pueden listar todas las formas en que esto se expresa, pero en la manera en que está formulado queda abierta la posibilidad de atajar esas otras formas de atentar contra la dignidad de las personas. No se excluye que pueda incorporarse la descripción de esas ‘otras formas’ en el futuro”, añade.
Límite a la concentración de riquezas

Al precisar sobre una propuesta de incluir el concepto de nación o Estado de derecho en el documento, se concluye que ese tema es más bien propio de la prevista reforma constitucional, y no de la visión que se propone un documento como este.

Otra recomendación de modificación, de un delegado de Santiago de Cuba, se refiere a enfocar de manera positiva la formulación de un párrafo de los principios del Modelo, que explícitamente señala que no se permite la concentración de la propiedad y la riqueza en personas naturales o jurídicas no estatales, conforme a lo legislado.

Desde la presidencia de la comisión se aclara que ese párrafo fue precisamente un añadido al documento originado por la preocupación de muchos, en los debates previos, respecto a posible concentración de propiedad y enriquecimiento de unos pocos. Por mayoría se decide mantener la misma formulación del texto.

“La realidad es esa, que puede crearse un nuevo tipo de ricos en el país”, dice un delegado cuentapropista de Granma, a lo que Miguel Díaz-Canel agrega que el sector no estatal, en nuestro socialismo, es reconocido como complemento de la economía estatal; no para que se oponga al socialismo, sino para que contribuya a su desarrollo.

También hubo propuestas, ratificadas, en relación con los cuadros del Gobierno y del Estado, en especial las cualidades éticas, políticas y morales que deben tener; la vigencia en Cuba de la tutela judicial, que ampara a personas e instituciones en el ejercicio de sus derechos, y la necesidad tanto de la participación como del debate, acordes con la política y la ley, en la comunicación social.

Pelayo Terry Cuervo nuevamente pide la palabra y comparte con los participantes sus valoraciones sobre el acápite dedicado a la comunicación social como recurso estratégico. No debe limitarse el servicio de la participación pública sin que aparezca ex­plícito el debate, pues no siempre que se participa en un espacio se aporta a las discusiones e intercambios. Sugiere prever en el documento las posibilidad de establecer nor­mas jurídicas que influyan en el fu­turo en las disposiciones inherentes a la política tra­zada para los medios de prensa y la ac­tividad comunicacional en general, como una po­sible Ley de Comunicación que ya se estu­dia. La propuesta fue aprobada por unanimidad.

En el capítulo 2, referido a la propiedad socialista sobre los medios de producción, hay propuestas como la del delegado Homero Acosta, de Mayabeque, quien reclamó precisar que la definición de tierras bajo ese no son todas, y deben excluirse las de propiedad de los agricultores pequeños y cooperativas de producción agropecuaria.

Homero interviene específicamente sobre las diversas formas de propiedad, en particular sobre la privada. “Se reconoce la propiedad privada cuyos titulares son personas naturales o jurídicas –tanto cubanas como totalmente extranjeras-, en determinadas actividades”, dice el documento. El delegado recomienda no ver este asunto en abstracto: requiere acotarse. La esencia de su propuesta fue agregar “de acuerdo a su función social”, para asegurar que prevalezcan los intereses de la sociedad y que el Estado pueda accionar cuando no se cumpla con esa función social.

Modesto Gómez, delegado por La Habana, expresa preocupación en cuanto al enfoque del tema de los ingresos, en particular en el sector presupuestado. Se conviene en perfilar mejor el enfoque y enfatizar en la idea de la “remuneración adecuada” en dicho sector.

El tema motiva varias intervenciones, incluida la de Gricel Tristá, de la Comisión de Implementación de los Lineamientos, quien hace aclaraciones sobre el salario en el sector empresarial, el pago por resultados y los estímulos.

En el capítulo tres, sobre la dirección planificada de la economía, a partir del análisis de uno de los párrafos que plantea la prioridad de la ciencia, la tecnología y la innovación, otro delegado propuso incorporar la formación de recursos humanos, como elemento de igual valor. Se acepta la sugerencia, considerada válida para el documento en su conjunto.

El delegado pinareño Yorki Mayor planteó la necesidad de dejar bien claro, en la conceptualización del Modelo, el concepto de prosperidad en una sociedad como la nuestra, similar a como sucede con el de sostenibilidad o sustentabilidad, bastante discutido, y todos importantes en documentos como este. Su recomendación fue votada favorablemente por la comisión.

La discusión más prolongada, probablemente, fue la que se suscitó alrededor de un párrafo referido al esparcimiento y la recreación, en el capítulo cuatro, acerca de la política social.

En esencia, se debatió sobre el derecho de los ciudadanos y el deber del Estado de proporcionar opciones en ambos sentidos, teniendo en cuenta la diversidad de intereses y condiciones económicas de las personas.

Intervinieron, entre otros, Marta Martínez, delegada por Granma; Abel Prieto; Joel García y Miguel Barnet. El consenso es ofrecer opciones valiosas, de calidad, formadoras del mejor gusto para todos. Ofrecer la más alta calidad para toda la población, como dice Barnet.
Conclusiones

La Actualización del Modelo, dicen las conclusiones, “se desarrolla bajo las fuertes restricciones que imponen el bloqueo, la persistencia de la intención por subvertir nuestro socialismo…” Alejandro Castro Espín propone que esto no solo quede en la “intención”. Están todavía presentes las “acciones” por subvertir el socialismo. Su propuesta es apoyada por unanimidad.

En las consideraciones finales, se modifica, por unanimidad, el párrafo que afirma: “El Partido Comunista de Cuba controla, impulsa y exige la actualización del Modelo en correspondencia con la presente conceptualización, en cualquier lugar que se actúe…” Mariela Castro propone añadir: “…y el desarrollo de estrategias de formación político-ideológica de manera creativa, atractiva y efectiva”. Es un reto que tenemos en este momento, añade. La propuesta se aprueba por mayoría.

“Hemos tenido una intensa jornada de debate, aportadora y democrática”, concluyó Díaz-Canel al filo de las siete de la noche, cuatro horas después de iniciarse. Reconoce que ha sido un proceso de aprendizaje que muestra la calidad y el compromiso con que se ha debatido. “Quiero destacar la preparación de los delegados. No habríamos llegado a este nivel de democracia y de calidad del debate, si no hubiera existido una preparación de todos nosotros”, añadió.

En la sesión de la mañana de este domingo, los delegados intercambiarán sobre el Informe Central al Congreso, y por la tarde se presentará la nueva redacción del Modelo con los aportes de la sesión que acaba de concluir. Antes de apagarse la sala es este el último recordatorio a delegados e invitados de la Comisión, que se extendió mucho más que las otras y que virtualmente cierra las puertas del Palacio de las Convenciones en esta primera jornada del VII Congreso.

Fuente: Cubadebate

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