lunes, diciembre 23, 2024
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La Trastienda del Decepcionante Acuerdo que puso Fin a la Huelga de Sodimac

Este lunes los trabajadores llegaron a un acuerdo con la empresa del grupo Solari, donde aceptaron un 2% de ajuste sobre IPC, además de un bono de 200 mil pesos, muy lejos del 5% más IPC y un bono de hasta 500 mil pesos ofrecido en el periodo de buenos oficios previo a la huelga.

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Este martes los trabajadores del sindicato privado más grande del país, con casi 8.700 mil trabajadores, volvieron a sus puestos después de mantener en vilo la operación de las tiendas de Homecenter Sodimac por 26 días.

Tras ellos quedó una dura huelga que tuvo campañas de la empresa e hilarantes contracampañas de los trabajadores por redes sociales, una huelga de hambre seca y trabajadores que se mantuvieron firmes ante sus demandas, dejando una marca no tan solo por el resultado final –que terminó siendo decepcionante para los trabajadores–, sino también porque puso en jaque a los medios de comunicación por cómo cubren (o ignoran) las huelgas.

El lunes finalmente el sindicato notificó que aceptó la última propuesta presentada por la empresa el día 29 de noviembre y que consideraba un reajuste salarial de 2% por sobre el IPC y un bono de término de conflicto de $200.000 por trabajador.

Sumaron, además, un permiso administrativo por 10 horas para los trabajadores de más de 30 horas y 5 horas para los de 20 horas.

Señalaron, asimismo, que los trabajadores podrán acceder a un adelanto de 15 días de sueldo, que se descontará en 5 meses, para paliar los 26 días por los cuales no recibirán sueldo.

Dicho contrato colectivo está muy lejos de la oferta de 5% por sobre el IPC, además de un incremento en beneficios y un bono de término de negociación de entre $360 mil y $500 mil, según la antigüedad del trabajador, realizada el 7 de noviembre pasado, cuando se decidió ir a huelga.

¿Pero por qué la directiva del sindicato terminó por aceptar una oferta que ni siquiera llegaba a la mitad de la anterior?

Las razones de una sinrazón

La empresa ya había reconocido la rebaja paulatina en sus ofertas hace algunas semanas a El Mostrador, indicando que “la huelga ha significado costos de toda índole para la empresa y la última propuesta ofrecida el 16 de noviembre reflejaba en parte dichos costos. Tenemos la obligación de ser responsables con las más de 17 mil personas que conforman la compañía”.

Cabe destacar que la Fundación Sol calculó que Homecenter tiene una ganancia operacional diaria de $396.210.000, por lo que los ofrecimientos habrían castigado finalmente el largo tiempo de huelga, de casi un mes, que mantuvo a duras penas el funcionamiento de algunas tiendas, mientras que otras permanecieron cerradas.

Sin embargo, no es primera vez que un sindicato acepta una oferta inferior

Pese a lo inaudito que suena que un sindicato acepte una oferta menor a la ofrecida en primera instancia, ya ha habido casos así en la historia reciente del país, como lo sucedido en 2014 en Walmart, donde se terminó desactivando un conflicto con una oferta inferior a la realizada inicialmente.

Caso similar también ocurrió en 2011 en Banco de Chile, donde tras una huelga de 16 días finalmente el sindicato de la parte Citigroup de la entidad debió deponer su movilización ante una oferta por debajo de la inicial.

Fuentes conocedoras del mundo sindical señalan que el hecho de que la dirigencia terminara aceptando una oferta menor era absolutamente esperable, remarcando que la huelga duró demasiado, sobre todo luego de que los incrementos de sueldo que se pagan en el retail bordean un 4%, bajo la oferta previa a la huelga.

La larga duración de la misma, además, puso la presión de un eventual masivo descuelgue del cese de actividades por parte de trabajadores, que difícilmente podrían aguantar más tiempo sin recibir su sueldo.

En su sitio web, el sindicato comunicó los detalles del fin de la huelga:

“Nos enfrentamos a una empresa indolente que ante las necesidades de sus trabajadores no fue capaz de cumplir con lo solicitado, sino por el contrario, cada vez bajó más la oferta, a pesar del esfuerzo realizado por el directorio de exigir dignidad para los trabajadores”.

Tras ser contactados por este medio, la firma reconoció que “quedó con una sensación muy amarga. Hubiéramos querido que la negociación concluyera positivamente con la propuesta de la compañía del 7 de noviembre”, añadiendo que «en ese momento dijimos de manera transparente a los dirigentes que era la mejor oferta que podíamos responsablemente presentar”.

Apuntan, en tal sentido, a que dentro de la directiva se generó una sobreexpectativa con los trabajadores:

“Creemos que dadas las expectativas que habían generado los mismos dirigentes, incluso si hubiéramos podido ofrecer el doble, esto igual hubiera sido rechazado”.

Mea culpa

Por primera vez en 64 años Sodimac enfrentaba una huelga de sus trabajadores, por lo que no había precedentes de cómo podría terminar aquello. Aunque, pese al enardecimiento del conflicto, en el mundo empresarial el caso de Homecenter Sodimac era reconocido por llevar décadas con negociaciones “amigables”, no obstante tener el sindicato de trabajadores privado más grande del país, con unos 8.700 socios, más del 50% del total de los trabajadores de planta de la firma.

Si bien esto podría verse como una fortaleza, al final terminó siendo un arma de doble filo, pero precisamente este statu quo pudo haber sido lo que gatilló esta olla a presión que reventó este año.

Un asesor del mundo sindical señaló a El Mostrador que esta es más bien una crisis de un sindicato fomentado por la empresa, una “crisis del sindicalismo amarillo”, que no había tenido negociación colectiva reglada y que por 10 años firmó contratos con bajos beneficios, pero sin conflictos. Una taza de leche.

Quien había encabezado esta maquinaria para mantener a los trabajadores en paz es José Luis Ortega, presidente del sindicato desde hace más de 22 años.

Hace algunas semanas, Ortega indicó a El Mostrador, en medio de la movilización:

“Entendemos que ir por primera vez a huelga tiene que ver con un cambio social, las bases imponen sus condiciones y entienden que, si la empresa obtiene ganancias sustanciales, ellos deben ser partícipes de este ingreso”.

Tras el acuerdo alcanzado por la directiva, todos los dardos de los trabajadores movilizados apuntan a Ortega, a quien han sindicado en redes sociales como el responsable de aceptar la última oferta.

Una imagen compartida por varios miles de usuarios y trabajadores del Sodimac, quienes –atendiendo a los flujos de dinero que recibe el sindicato de forma anual por cuotas de los socios (unos 600 millones de pesos) y por medio del hashtag #VamosPorTi– ponían en duda la intencionalidad de Ortega, demostrando el descontento del gremio.

De hecho, y como se puede revisar en el Facebook del sindicato, muchos trabajadores reclaman porque el administrador de la fanpage está eliminando comentarios de los molestos usuarios.

Cabe destacar que José Luis Ortega es militante de la Democracia Cristiana, fue director de la Caja de Compensación Los Andes, y lleva 22 años como presidente del sindicato Sodimac. Ha sido Consejero de la CUT y fue candidato a concejal el 2012 por la comuna de Lo Barnechea, donde no resultó electo.

Tras la malograda negociación, Óscar Castillo, secretario del sindicato, señaló:

“El mea culpa, yo creo, es la comunicación que los delegados no entregaron a sus bases adecuadamente. Esa es una de las críticas que nos hicimos ayer con los delegados. No supieron explicar a la gente, en el momento, lo que era bueno y lo que era malo. Como directores no fuimos lo suficientemente categóricos en decir esto o llegamos a las últimas consecuencias».

Silenciosa Teletón

Uno de los muchos hechos que llamó la atención durante la huelga fue la noticia de que los hijos de los trabajadores de Homecenter no estarían invitados a la fiesta de Navidad de la empresa.

El gerente de comunicaciones de la compañía, Alejandro Hormann, confirmó el hecho tras señalar que la situación es «muy triste», pero que se debía a la suspensión de la relación laboral por la huelga:
«Aunque nos duela mucho, y créanme que nos duele, la normativa general de Chile inhabilita a Sodimac para otorgar beneficios a trabajadores en huelga. Estas fiestas estaban ya programadas hace varios meses», señaló a Radio Bío Bío. Pese a esto, la situación ocurrió hasta el momento solo con los trabajadores de la sucursal de Valdivia, por lo que tras el fin de la huelga los demás trabajadores no deberían correr dicha suerte.

La misma tensión que se generó con la movilización despertó otro hecho llamativo: Sodimac fue la única empresa, dentro de los auspiciadores oficiales de la Teletón, que no realizó su aporte frente a las cámaras.

Desde la compañía señalaron que “el aporte de Sodimac (de la empresa y el reunido en las distintas actividades realizadas por los trabajadores a beneficio de la Teletón) fue depositado el sábado en la cuenta de esa fundación. Se optó por una entrega acorde a la situación que estábamos viviendo”, puntualizaron.

Fuente: El Mostrador

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N. de la R:

Sin desconocer los motivos que menciona el artículo, no son, ni con mucho, los de línea principal.

la razón real y de fondo del fracaso de la huelga de Sodimac, y en realidad, de la mayoría de las huelgas legales en el país, es la legislación laboral heredada de la dictadura.

Mientras se mantenga tal asimetría en las relaciones laborales, tropezones como el de la huelga de Sodimac son perfectamente posibles, por más absurdo que parezca.

La posibilidad que abre la ley, o más bien que incita, al descuelgue masivo al cumplirse el trigésimo día de huelga, es uno de los mejores ejemplos de una legislación hipócrita, que consagra en teoría el derecho a huelga, y que en virtud del exceso de regulaciones, que protegen la empresa y perjudican a los trabajadores, en la práctica lo niega.

El Gobierno intentó una reforma, que mejoraba parcialmente la posición negociadora de los trabajadores.

Pero en virtud del lobby de los poderes reales, que alcanza a sectores de la Nueva Mayoría, y fundamentalmente, la legislación de la dicrtadura, en este caso los altos quorum y el Tribunal Constitucional, dejó las coas más o menos donde mismo.

Una reforma real al Código Laboral es una de las tareas que queda pendiente, y que debe ser abordada con fuerza y unidad.

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