por Francisco Herreros.
De manera sigilosa y reptante, impulsada por un calculado diseño comunicacional, avanza casi sin oposición, ante la general ignorancia, un opaco proyecto de neoliberalismo estratégico, enfilado a machacar las precarias estructuras sobrevivientes de salud pública, y transferir cuantiosos recursos públicos a los agentes privados.
El «tapado» se descubrió el 17 de octubre de 2018, en el seminario “La Salud del Futuro: Tecnologías y Desafíos del Hospital Digital”, organizado por la Universidad Andrés Bello y Deloitte.
En aquella oportunidad, el ministro de Salud, Emilio Santalices, desgranó el típico discurso piñerista, de abundar en generalidades que ocultan la letra chica:
“El tema del Hospital Digital es apasionante y desafiante, y junto al equipo del Minsal que me acompaña, tenemos la convicción de que vamos a cambiarle la cara a la salud pública del país. El reto que nos puso el Presidente Sebastián Piñera es llegar a un desarrollo inclusivo y sustentable, para que nadie se quede atrás. Y para no esperar mucho tiempo, hay que dar un salto basado en lo digital, no en el incrementalismo, que es la manera ocupada hasta ahora y que no da resultados, porque crece el presupuesto y se mantienen la lista de espera y la insatisfacción de los pacientes. O sea, el avance hay que darlo gracias a la tecnología y cambiando la manera de pensar”.
Como es habitual, el hechizo del discurso evade la más elemental información acerca del costo, el financiamiento y las empresas involucradas en el proyecto. Antes bien, el ministro prosiguió su imperturbable soliloquio:
“La salud que reciben los chilenos debe ser oportuna, y gracias a esta iniciativa romperemos las barreras geográficas y también temporales, pues el Hospital Digital es 24/7. Llevaremos las especialidades a lugares en los que hoy no están. También influiremos en la red física, ayudaremos a rebajar las listas de espera, habrá un control transparente de las acciones, e igualaremos el nivel de información entre el paciente y el médico, gracias a su carácter democrático, pues todos tendrán acceso. Todo esto puede sonar a fantasía o ciencia ficción, pero Chile cuenta con las herramientas necesarias para concretar esta iniciativa a contar del año que viene”.
Esa es, hasta la fecha, la información que ha entregado el ministerio de Salud sobre el fantasmal Hospital Digital.
El resto, ha sido filtrado a través de una coordinada pauta mediática. A modo de ejemplo, el diario gratuito Publimetro, presenta un escenario punto menos que ciencia ficción, bajo el título Hospital Digital llevará especialistas a todo el país gracias a la tecnología:
«Desde el Hospital Digital, distintos especialistas trabajan para los servicios de salud a lo largo de todo el país. Un refuerzo activo 24 horas, todos los días. Es un sistema instalado junto al sistema físico, donde el paciente está en el centro y la tecnología acompaña a este paciente. El hospital tiene una ubicación física, pero no es un hospital como tal. Se asimila más a un centro de logística. Ahí, la información se recibe y esto permite que especialistas como radiólogos (que no hay en todo el país) puedan atender a personas, leer sus exámenes y dar recomendaciones a través de los médicos generales que se encuentran con el paciente in situ».
Como no podía ser menos. El Mercurio aportó al consabido «especialista», para repasar y refrendar las generalidades del ministro, en este caso, Cristián García, gerente de Operaciones e Infraestructura TI de Rayen Salud, que opinó tan campante:
«La propuesta del ministro permite que los pacientes se puedan acercar a la atención de salud de manera virtual, como cuando nos conectamos por skype o pedimos un servicio por internet, lo cual facilitaría la atención de los pacientes».
El lema es: «acercar la salud a la gente». Así de simple. Por tanto, García agrega que los hospitales digitales permitirán que el paciente ya no tenga que trasladarse a un lugar físico o hacer una fila en la que no sabe si lo van a atender o no. Así de fácil.
Cuanto menos, reconoce necesidades de aprendizaje, porque «es una tecnología nueva y hay que tener mayor conectividad, sobre todo en regiones más extremas o lugares más apartados».
En esta instalación mediática, García abunda en lugares comunes:
«Además de la infraestructura tecnológica física, se necesitan sistemas y personas, que puedan dar soporte a esta estrategia y a esta solución».
Concluye:
«El modelo de Hospital Digital podría resolver virtualmente las necesidades de los pacientes en su origen, por medio de plataformas tecnológicas, donde las personas podrán hacer consultas sobre sus dolencias y contarán con una serie de servicios asociados e información de sus patologías o autocuidado. De esta forma, apoyará a la Atención Primaria, como un segundo hospital donde derivar a los pacientes, que contará con atenciones de telemedicina».
El papel aguanta todo
Pocos medios alternativos han puesto atención a esta nueva estafa privatizadora en desarrollo. Entre ellos, la página web de la Confederación Nacional de Salud Municipal.
Su Presidenta, Gabriela Flores, explica:
«La estrategia ministerial ha consistido en hacer anuncios y luego guardar silencio, sin entregar documentación ni profundizar al respecto. En esa condición están Fonasa Plus, el Hospital Digital y la priorización de APS, temas apenas delineados durante el año y sin un mayor desarrollo».
En la nota, Salud Pública: Huele a Peligro, se lee:
«Una de las joyitas del ministerio de Salud, es el proyecto de hospital digital. La promesa es que reducirá listas de espera, modernizará el modelo de atención y entregará mayor resolutividad a los centros de atención primaria. Tanta maravilla aún no está clara cómo se materializará, aunque en el proyecto de ley de presupuesto se afirma que partirá el próximo año con 9 especialidades, brindando entre 1,6 y 1.8 millones de atenciones en horario 24×7, sin restricciones geográficas y en forma descentralizada. Su costo para 2019 asciende a 31 mil millones de pesos».
En el mismo artículo, el economista David Debrott, califica el anuncio como muy característico de esta gestión:
«Mucha parafernalia al difundir iniciativas aparentando que son novedosas. Nadie puede estar en contra de utilizar tecnología para abordar la falta de especialistas, pero otra cosa es decir que se hará por primera vez, o no decir que el monto destinado al proyecto es muy bajo».
En el reportaje Hospital Digital: Negocios Versus Gestión, de Crónica Digital, el analista Francisco González Lozada, entrega datos de extraordinario interés para entender hacia mdónde va la movida.
Así, el 21 de agosto de 2018, Santelices, viajó a los Estados Unidos, a un costo de $ 4.470.232 por concepto de pasajes; y $ 2.164.545 pesos en viáticos, suma que multiplica por dos, dado que fue acompañado de su jefe de gabinete, Pablo Pizarro Giadach.
Para efectos legales, el ministro viajó a cumplir una agenda cuyo detalle se encuentra reflejado en el portal de la ley del lobby del ministerio de salud.
Sin embargo, consigna González, en el mismo vuelo viajaba el representante de Microsoft en Chile, Sergio Rademacher, quien, previamente, habría sostenido reiteradas reuniones en el Ministerio con Santelices.
Durante los últimos siete años, Rademacher se desempeñó en Sonda, en diferentes posiciones, la más reciente de las cuales, como Gerente Corporativo de Servicios de Datacenter y Cloud, donde creó la unidad de Cloud Computing y lideró el negocio de servicios administrados en Latinoamérica.
El vínculo Microsoft-Sonda es una cuestión de fondo en la trama tras el proyecto de Hospital Digital, tanto más crucial, cuanto que Emilio Santalices fue accionista de Sonda hasta julio de 2018.
Como es apenas natural en esta administración de plutócratas, Santalices no solo rehuyó responsabilidad, sino se asiló en la ignorancia:
“Las acciones corresponden al 0.00039 de lo que significa esa propiedad, Sonda, y fueron compradas en julio de 2017 por la corredora y cuando me entero de esta situación, ahora hace dos días, hice que se vendieran el mismo día de ayer y por consiguiente no existe no existe ningún conflicto de interés”.
Como fuere, Gonzalez, en la crónica reseñada, sostiene que Santelices se reunió con dirigentes de Microsoft y que luego de esas conversaciones se estructuró el acuerdo que asignó a Microsoft la implementación del Hospital Digital.
Dicho acuerdo desestimó la oferta de WPS Office, competencia de Microsoft, un 60% más baja, no sin antes una una repentina vuelta de carnero, que González consigna así:
«En octubre de 2018, inmediatamente después que el Minsal había firmado el convenio con la empresa Microsoft, el jefe del departamento de gestión sectorial TIC del Ministerio de Salud, Marco Antonio Navarrete, el mismo que en agosto había recomendado optar por WPS, informa que en el marco del acuerdo firmado con Microsoft, no se incluirá la ofimática WPS, debido a que presenta “problemas de seguridad”.
Problemas que –por supuesto- no da a conocer.
Agrega González:
«Esto se realiza sin licitaciones de por medio y en más absoluto sigilo como todas y cada una de las decisiones que suponen ser parte del Proyecto Hospital Digital. Más aún, según se comenta insistentemente la «familia fuentes», las razones por las cual el Ministro despide al Jefe de Gabinete del Subsecretario, son básicamente dos: lo acusa de filtrar información a la prensa y de dilaciones en el cumplimiento de ciertas obligaciones administrativas que tienen que ver con proveedores ligados al Hospital Digital.
Entre esas cuestiones, se supone que estarían las facturas N° 13106 del 31 de Agosto de 2018 por un monto total de $ 1.098,396,537 (mil noventa y ocho millones trescientos noventa y seis mil quinientos treinta y siete pesos) y la factura N° 13107 de la misma fecha por un monto total de $ 1.159,762,536 (mil ciento cincuenta y nueve millones setecientos sesenta y dos mil quinientos treinta y seis pesos).
Ambas emitidas por la empresa Intesis y ambas con la misma glosa: “Servicio de arriendo de computadores” cuotas desde la 25 a la 31. Sólo un dato a modo de complementar información: el atraso en el pago de estas facturas (ambas están en dólares americanos) se debió a la espera de que el dólar subiera de tal manera de pagar un sobreprecio que fue aproximadamente 110 millones de pesos».
Y prosigue:
«La pelea permanente entre el Ministro Santelices y el Subsecretario Castillo, lo único que ha generado es un verdadero caos administrativo cuya manifestación última es la no transferencia a los municipios del dinero necesario para el pago del per-capita, lo que significó que el Alcalde UDI de La Florida presentara una demanda contra el Ministro, toda vez que este atraso significó que no se les pudo pagar a tiempo a los trabajadores. Más aun, para evitar una paralización anunciada por la CONFUSAM, hubo que recurrir a un mecanismo de traspaso de fondos cuya legalidad es –por lo menos- seriamente cuestionable y en cuyo proceso se obligó a ser parte de eso a todos y cada uno de los Directores de Servicio».
En opinión de este autor, la suerte de Luis Castillo, subsecretario de redes asistenciales, está virtualmente echada:
«Ahora bien, quien debe responder por estos hechos es –legalmente- el Subsecretario, pero cuando esta autoridad está arrinconada por un lado por su propio Ministro y por otro por un partido político (DC) que , a pesar de lo que dictamina un fallo judicial- insiste en cuestionarlo y exige al gobierno su dimisión».
Añade González:
«Seguramente y más allá de las declaraciones de manual del Ministro del Interior, en los próximos días tendremos novedades y el Gobierno solicitará la renuncia a Castillo, eso me atrevería a garantizarlo dada la previsible lógica de las autoridades de palacio. El argumento que el nunca bien ponderado Ministro de Interior entregará al presidente, es el mismo que Renovación Nacional ya dio a conocer a través de la segunda dama, la diputada Paulina Núñez: la situación con Castillo es irresistible y tamaño gesto debería ser bien compensado por la DC, la cual sin duda dará sus votos ante cuestiones de orden legislativo que hoy están paralizadas. Más aun, no faltan los buzos que miran bajo el agua y ven en esta “Solidaridad” de Renovación Nacional con la causa DC, los primeros aprontes de un futuro pacto electoral. En otras palabras y en vocabulario ajedrecístico, peón por Reina».
La razón de fondo, según el autor, será la misma de siempre: los negocios son más importantes que la gestión sanitaria, cuestión que Castillo se resiste a entender.
Luego, plantea por qué tanto interés. La respuesta es simple:
Los actores involucrados, directa o indirectamente, son Microsoft, Intesis, Intersystem, Techwave y Senior Connect.
Microsoft proveerá las licencias, Intersystem y Techwave los software, Intesis los computadores y Senior Connect será el paraguas desde el cual se convocará a jóvenes emprendedores y profesionales a desarrollar herramientas tecnológicas las cuales luego serán utilizadas por las gigantes mencionadas para dar “vida” al Hospital Digital.
En próximos días estaremos en condiciones de entregar antecedentes de la participación de Sonda en el proyecto, o de desmentirlo.
Historia en desarrollo.