El ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones a los derechos humanos de la Corte de Apelaciones de Santiago, Mario Carroza, dictó acusación en contra del mayor en retiro del Ejército Carlos Herrera Jiménez, por su responsabilidad en los homicidios calificados de siete detenidos en el campo de prisioneros políticos de Pisagua, en enero de 1974. Herrera Jiménez, uno de los sicarios más connotados de la dictadura, purga cadena perpetua por el asesinato de Tucapel Jiménez, además de otras numerosas condenas.
En la resolución, el ministro Carroza encausó a Herrera Jiménez en calidad de autor de los homicidios de Orlando Cabello Cabello, Nicolás Chanez Chanez, Juan Mamani García, Luis Manríquez Wilden, Hugo Martínez Guillén, Juan Rojas Osega y Nelson Márquez Aburto.
En la etapa investigativa, el ministro de fuero logró acreditar que Cabello, Chanez, Mamani, Manríquez, Martínez y Rojas fueron detenidos en noviembre de 1973 y ejecutados en un día indeterminado de enero de 1974, en el campo de prisioneros de Pisagua.
En tanto, respecto de la séptima víctima se logró determinar que Nelson Márquez Aburto fue ejecutado el 18 de enero de 1974, al margen de todo proceso legal y como una forma de escarmiento para evitar fugas de prisioneros. Además, el detenido fue sometido a reiteradas torturas durante su periodo de reclusión, tratos crueles que se vieron incrementados, después de que denunciara la situación al general de Ejército Óscar Bonilla cuando visitó el campamento.
Los cuerpos fueron inhumados ilegalmente en una fosa que fue descubierta en 1990, por lo que resultó falsa la versión oficial entregada en la época de los hechos, que sostenía que los prisioneros habían sido puestos en libertad el 29 de enero de 1974.