La asistencia de la familia Morales Balcázar al Lef Xawun de Temucuicui, donde sostuvieron un diálogo abierto con el padre de Camilo Catrillanca, marca precedentes en varias dimensiones.
En la más inmediata, pone de relieve la responsabilidad real de los trágicos sucesos del 7 de enero en Temucuicui, que recae en las autoridades que planificaron y ordenaron el insensato operativo, con un pretexto muy vago y torpe, que no tenía otro destino que terminar en desastre.
Una operación de guerra, a propósito de una escucha telefónica que configura tráfico de marihuana, donde ochocientos cincuenta efectivos de la PDI, reclutados de Arica a Magallanes, por una denuncia de tráfico menor que cualquier población de Santiago, el día en que se leería la sentencia del asesinato de Camilo Catrillanca.
Ergo, una nueva provocación en gran escala contra la autonomía mapuche. Un campo minado que estallaría a la primera oportunidad, como sucedió.
La primera responsabilidad es del Fisca Regional, Cristián Paredes, que ordenó un operativo así de ancho, fundado en un delito así de angosto. Lo sigue el opaco director de la PDI, Héctor Espinoza, por facilitar la parafernalia y hacer el ridículo en su justificación. Enseguida, se alinean as responsabilidades políticas: del ministro del Interior, por avalar semejante disparate, y del intendente, por no prevenirlo del error.
La visita de la madre y hermano de Luis Morales Balcázar al consejo mapuche que se desarrollaba en Temucuicui muestra que una parte de la sociedad civil chilena no acepta la versión maniquea que reduce la legítima e histórica reivindicación del pueblo mapuche sobre su cultura y territorio, a terrorismo y violencia, pretexto que oculta la violencia estructural y secular del Estado de Chile hacia el pueblo mapuche, desde su supuesta «pacificación».
En la particular tensión en el territorio mapuche y la común condición de familiares de víctimas de ese conflicto, el gesto acrecienta su valor.
Es un un avance incipiente, pero avance al fin, en la comprensión de que la única solución de un conflicto secular es el diálogo intercultural a partir del reconocimiento de las legítimas demandas del pueblo mapuche.
El pueblo chileno es mucho más sabio que la caricatura que lo estigmatiza en los medios.
Así como en su momento voceó espontánea la imperecedera consigna ‘mar para Bolivia’, en toda marcha de la revuelta flamean airosas la Wenüfoye, bandera del pueblo mapuche, y la Wiphala, estandarte de los pueblos originarios, enarboladas por winkas populáricos.
El día en que los pueblos decidan, se acabó el conflicto.
“Nos sentimos honrados”:
Hermano de PDI fallecido en Temucuicui relató cómo se concretó el encuentro con el padre de Camilo Catrillanca
En conversación con Ciudadano ADN, Ramón Morales declaró que su hermano “más que una víctima de un hecho puntal, es una víctima de un problema que es histórico”.
El pasado 7 de enero el inspector de la Policía de Investigaciones (PDI), Luis Morales Balcázar falleció en medio de un intenso operativo policial realizado al interior de la comunidad mapuche de Temucuicui. El procedimiento, que ha sido ampliamente criticado por el momento y la forma en que se realizó, fue el mismo día en que el tribunal oral de Angol leía el veredicto condenatorio contra los excarabineros involucrados en el homicidio de Camilo Catrillanca, miembro de la comunidad allanada.
A pocos días del hecho, la madre y el hermano del funcionario de la policía civil, visitaron la comunidad siendo recibidos en el lugar por Marcelo Catrillanca, padre del fallecido comunero, instancia en la que ambas familias mantuvieron un diálogo centrado en la búsqueda de justicia.
La historia de este encuentro fue narrada la mañana de este martes en Ciudadano ADN por Ramón Morales, hermano del funcionario de la PDI, quien comentó que “nosotros fuimos contactados por el huerquén de la comunidad de Temucuicui, lo conversé con mi madre y ella me pidió que continuara las conversaciones y le hizo sentido a ella y al resto de la familia escuchar a las comunidad y también de alguna forma establecer algún dialogo y solidarizar con lo que está pasando Temucuicui”.
A esto agregó que “las circunstancias en que se dieron los hechos nos llamaron la atención inmediatamente y nosotros pensamos que era lo más pertinente acudir a recibir de buena forma esta invitación, y creo que fue lo correcto, porque nos sentimos muy honrados de la invitación que nos hizo“.
Durante el encuentro, Marcelo y Ramón se dieron un emotivo abrazo, entregándose unas palabras que no se lograron distinguir, y que Morales no encuentra “necesario reproducir”. “Me dio a entender que la comunidad y el pueblo mapuche están con nosotros y la familia, nos traspasan sus fuerzas y eso lo acogí de todo corazón y creo que así va a ser”, indicó.
La vida de Luis
Ramón, también contó como era su hermano Luis en el día a día, explicando que “nosotros teníamos muchas diferencias de carácter y no éramos muy cercanos de hecho, yo siempre vi con mucha distancia la vocación que él tenía, bueno yo veo las cosas de otra forma, pero en lo que él se dedicaba y que de alguna manera siempre me tuvo tranquilo, es que era contra el narcotráfico y el crimen organizado, que es una labor que es indiscutiblemente necesaria”.
A pesar de aquello, un hecho que le llamó la atención, “fue ver las circunstancias o las razones por la que supuestamente se había trasladado, pero también fue darme cuenta que el resto de la familia tampoco sabía nada y eso me extrañó, pero me extrañó más ver el compromiso que el tenía con esta institución, institución que depende del Estado”.
Así, su labor “lo llevó hasta las últimas consecuencias y más allá de las diferencia que pudiéramos haber tenido me hace pensar que el hecho de que haya perdido la vida no puede ser en vano, no puede ser una muerte más de una persona que esta actuando por mandato directo de su institución”.
El mismo día del veredicto
Ramón Morales también se refirió al momento en el que se produjo el operativo, calificando el hecho de que hubiese sido el mismo día en que se leyó el veredicto del homicidio de Catrillanca como “muy confuso”.
“Se estaba conociendo el veredicto del caso Catrillanca, y sabemos bien en qué circunstancias se dio, sabemos que fue un montaje, entonces a mi me pareció que todo era muy confuso, que no se condecía el operativo, con los objetivos que se entregó o las justificaciones que se entregaron para que se realizara de esa forma en el lugar que se realizó, el momento que se realizó, que tuvo declaraciones contradictorias de un fiscal que decía que tenía conocimiento de que no coincidían las fechas y las horas”.
Y después agregó que “no me corresponde hacer acusaciones a las instituciones, porque también tenemos que decir como familia, y mi madre me lo ha dicho muchas veces, que los funcionarios de la PDI y la gente que conocía a Luis fueron muy atentos y el reconocimiento que se le hizo en la institución de cierta manera nos entrego un cierto grado de satisfacción”, aseguró Ramón.
A raíz de lo anterior, el hermano del funcionario analizó al rol del gobierno, declarando que “más que una víctima de un hecho puntal, es una víctima de un problema que es histórico, que no está resuelto en este país, y que este gobierno ha decidido conducir de una manera particular, con la que muchos y muchas no concordamos, pero que en este caso se llegó a esto”.
Así, puntualizó que “no basta en buscar al culpable del disparo, el problema no se agota ahí para nadie si el gobierno insiste en valorar los resultados del operativo y reducir este problema en la búsqueda del autor. Me parece que no está entendiendo la magnitud del error del problema“.
Fuente: ADN Radio