por Nicolás Romero (*).
Guillermo Teillier, Presidente del Partido Comunista de Chile, es un protagonista de la historia de las izquierdas en el Siglo XX.
En 1985, como Jefe de la Comisión Militar del PC, participó en el proceso de internación de armas a través de la localidad de Carrizal como preparación de la política de “Rebelión Popular de Masas”, iniciativa con la que se buscaba la caída del tirano Pinochet.
En una amena conversación, recorrimos pasajes claves de nuestra historia, para desde allí, reflexionar sobre la revuelta en curso y sobre sus implicancias en el momento político regional.
No ja muerto lo que sembró Allende
– ¿Qué sentiste al volver a escuchar el pueblo unido?
«Fue impresionante. No sé si alguna vez tanta gente la cantó junta. Recordé cuando ganó Allende y las últimas actividades de masas en que se reunieron cerca de un millón de personas en Santiago. Daba para pensar que no se iba a producir el golpe con tanta gente en la calle defendiendo el proceso. Pero sin armas, era imposible enfrentar a un ejército coludido para hacer el golpe.
Escucharlo te dice que no ha muerto lo que sembró Allende, que no es el mismo Chile pero que mucho de lo que quedó allí está ahora presente y eso me alegra muchísimo».
– ¿Qué rol asumió el proyecto constituyente en el proceso de la Unidad Popular?
«El presidente Allende iba a anunciar un plebiscito el 11 de Septiembre del 73 en la Universidad Técnica; esa es una de las razones por las que se adelantó el golpe. Allí comunicaría que si ganaba llevaría adelante un proceso constituyente y que si perdía, renunciaba a la presidencia.
Aunque si hubiera renunciado hubiese sido una derrota pero en ningún caso equivalente a la que ocurrió con el golpe de estado. Era reversible en un corto plazo».
– ¿Cómo relacionarlo con el presente?
«En tiempos de dictadura los temas constituyentes fueron relevantes y a la salida de esta, fue uno de los que quedó pendiente.
Se ha querido decir que el PC, está promoviendo el derrocamiento del gobierno de Piñera, lo que no es efectivo. Nos hemos mantenido dentro de los márgenes de la Constitución y de la institucionalidad.
En la época de la UP existió un proceso golpista en marcha, no como ahora que ha sido el pueblo movilizado el que ha impugnado a Piñera.
Espero que el proceso constituyente continúe, existe un rechazo de importantes sectores de la derecha. Estamos hablando que la UDI, e incluso más de la mitad de RN ya está en contra.
Hemos vivido todos estos años dependiendo del quórum de los 2/3, por eso no se ha podido cambiar la constitución y apenas se pudieron realizar reformas menores.
El núcleo central de la Constitución sigue intacto. Me temo que con ese quórum logren que ese núcleo duro se traspase a la nueva constitución».
– La derecha chilena a nivel regional, ha mantenido altos niveles de unidad a diferencia de otras derechas. ¿Cómo contribuir a la fractura de las derechas en el actual escenario?
«La derecha ha sido muy hábil para mantener la hegemonía cultural en la sociedad y el poder. Recuerdo que casi desapareció del mapa cuando Jorge Alessandri fue presidente.
Estaba la posibilidad de un triunfo de Allende, estuvo muy cerca el 58 y el año 64 la derecha no tenía candidato y estaba derrotada, prefirió no llevar uno de sus filas y votó por Frei.
No es que Frei haya gobernado con la derecha pero les dio un respiro ya que ellos perseguían evitar que Allende ganara.
El golpe de estado fue promovido por sectores neoliberales que ya a partir de los 70 empezaban a delinear una nueva instalación del capitalismo a nivel global y lo comenzaron a implementar en Chile.
Ellos necesitaban darle una base institucional al modelo, eso es la constitución del 80, la institucionalización del neoliberalismo en Chile. Ojo que la dictadura no fue derrotada dado que se mantuvo la constitución y la “política de los consensos”.
Ninguna de las promesas de la “Campaña del No” se realizó, al contrario, se desarrolló mucho más el capitalismo. La economía empezó “a funcionar” y a resolver problemas no de la gente pero si de la macroeconomía. Hubo desarrollo de infraestructura, empieza la subscripción de Tratados Internacionales y Chile se insertó en la lógica de las “ventajas comparativas”. Se generó un tipo de desarrollo pero no se resolvieron los problemas más sentidos de nuestro pueblo.
La derecha tuvo la habilidad, saliendo de la dictadura, de llegar a acuerdos, soltar cosas como los senadores designados, cuando ya no la favorecían, pero mantuvo el modelo, los pactos de impunidad, logró que no se investigara el proceso de desmantelamiento del estado. Han sido muy firmes en saber mantenerse unidos.
Lo que ocurre hoy es que están asombrados porque Piñera ganó la presidencia con una mayoría contundente y ahora se les dio vuelta rápidamente. Se empiezan a dar cuenta que su fórmula ya no es la que sirve para responder a la situación del Chile de hoy.
Así buscó una fórmula de salida, “El Acuerdo por la Paz”, que de “paz social” no dice nada y más bien apunta a sostener el gobierno en estos dos años que le queda del período. Pero ven que este proceso se les puede escapar de las manos.
Yo no digo que la constitución vaya a cambiar el modelo, pero puede producir transformaciones institucionales que podrían dar paso a generar cambios en temas como el rol del estado, los derechos de las personas, temas ambientales, soberanía sobre el agua, el estado plurinacional, entre otros.
Todo eso espanta a la derecha y por eso una parte importante se niega al proceso. Eso genera división en ellos, la extrema derecha tipo Kast dice que esa no es la manera. Y entre RN y la UDI hay una división clarísima, RN está dividida y Evópoli está ahí entre dos aguas. ¿Se podrá producir una escisión de la derecha? Puede ser.
Pero en mi experiencia cuando se trata de defender sus intereses se unen, al contrario de los partidos de oposición y de izquierda.
En la oposición hay sectores que tienen iguales intereses que la derecha por lo que es complejo una unidad más clara en torno a objetivos comunes. Espero que se dé la unidad de fuerzas que estén dispuestas por lo menos a integrar todas las materias que la población demanda se incorporen en la nueva constitución».
Proceso Constituyente y nuevo modelo de desarrollo
– ¿Qué ámbitos de la economía consideras prioritarios entrar a disputar en el proceso constituyente en curso? ¿Cómo dialogar con las experiencias económicas existentes que han avanzado en una dirección distinta al neoliberalismo?
«Modelo alternativo al neoliberalismo en Chile no existe. Podría decir “el socialismo”, pero los socialismos que conocemos como China o Vietnam, que son procesos que van al socialismo, que han adoptado el libre comercio, le han dado mucha importancia al mercado, cosa que nunca ha negado el marxismo, Marx no dijo que el mercado era malo o bueno. Pero dejar todo en manos del mercado ha producido profundas distorsiones en Chile.
El problema en América Latina es que somos países dependientes de los bienes comunes naturales. Vino la crisis económica que echó por el piso precio de estos y se afectó gravemente las economías regionales.
Creemos prioritario hablar del papel rector del Estado y de un nuevo proyecto de desarrollo, por ejemplo en China hay un estado poderosísimo. Se rige centralizadamente la economía a pesar de que el sector privado goza de gran preponderancia.
El estado ha estado ausente y todo ha quedado en manos de los privados. La constitución los privilegia. Así se han hecho las estrategias de desarrollo sin mayor interés en el conjunto de la sociedad.
Cuando participamos en el gobierno de Michelle Bachelet había un límite. La regla fiscal que prohíbe pasarse de los gastos desde cierta línea y no le da al estado ninguna otra prorrogativa que ser subsidiario y el de hacer proyectos de infraestructura o de vivienda para de alguna manera tratar de salvar la economía cuando se producen los hoyos en el sistema.
Pero el estado no se ha puesto a pensar cómo tiene que ser un nuevo proyecto de desarrollo para Chile. Está bien, que existan empresas privadas que explotan riquezas básicas, pero con un royalty más alto o una nueva reforma tributaria para cubrir necesidades del país. Una reforma tributaria que agregue unos 3 o 4 puntos del PIB para inversión social, así acercarnos al promedio de la OCDE en el cobro de impuestos.
El agua debe ser un bien común, como los servicios de utilidad pública. La salud es otro elemento prioritario como lo señala la consulta realizada por las municipalidades. Quedan claritos los temas prioritarios; en Chile podemos hacer un nuevo proyecto de desarrollo.
No quiero decir a priori estos son los temas esenciales, porque necesitamos construir un proyecto. Se habla poco de desarrollo en ciencia y tecnología. ¿Cómo competir con otros países? No tenemos nada. Bolivia nos dio un buen ejemplo, llegaron a acuerdo con grandes empresas, dijeron que tenían que recaudar más para el estado. Así tuvieron el mayor crecimiento en la región durante varios años».
-¿Cómo imaginas en este nuevo estado el rol de los gobiernos locales?
«Hay que llevar adelante la regionalización. Con gobernador por elección popular y con los Cores que van a ser pequeños parlamentos regionales y propender a su propio desarrollo. Existen regiones con ventajas comparativas muy grandes sobre toda las que tiene recursos minerales, pesca y forestales. Los municipios tienen que jugar un rol distinto.
Debe modificarse el rol de los alcaldes, tienen demasiado poder, no hay un poder colegiado. Los municipios debieran transformarse en gobiernos municipales.
Debieran propender a atender los problemas fundamentales de la calidad de vida de las personas. En algunas comunas no hay agua, áreas verdes, condiciones sanitarias, por ahí tiene que producirse un cambio.
Hay muchas personas sin vivienda, las municipalidades debieran poder construir viviendas.
Las farmacias populares han producido un cambio en relación a la venta de los remedios en Chile. Hoy hay una ley y CENABAST le va a empezar a vender a las farmacias. Así es el estado y no el mercado el que regula los precios de los remedios, lo que constituye una derrota para los neoliberales.
Lo que ha hecho el Alcalde de la Ligua de instalar una desaladora de agua de mar y que lo ha llevado a cabo con recursos propios, ¿Cómo sería si el estado central los ayudara?».
El papel del imperialismo hoy
-¿Cuál es la posición de EEUU y como interviene en la situación chilena?
«De manera parecida a la que operó en los 80 para la salida de Pinochet. Ellos sabían que no podían mantener una dictadura sangrienta como esa y vieron el peligro de la salida que estábamos propiciando nosotros.
Aunque hubo fracasos como la internación de armas y en el atentado, quedó de manifiesto la debilidad del régimen, que podía sucumbir por un levantamiento popular.
Ante ello EEUU empezó a trabajar por una salida consensuada que implicaba dejar fuera a los comunistas, lo que la Concertación cumplió rigurosamente durante 20 años o más.
Así EEUU logró su propósito.
En la actualidad creo que es lo mismo, con esta asonada vieron el peligro de que esto se fuera para otro lado y llegaron a la conclusión de fortalecer una concesión para empezar a discutir una nueva constitución. ¿Cuánto pone en peligro eso al sistema neoliberal? Eso está por verse, va a depender mucho de que sigan las fuerzas ciudadanas presionando a las élites políticas».
– Existen más de 230 casos de lesiones oculares graves. Se ha planteado que el proceder de carabineros es muy similar al practicado por el estado de Israel en la Franja de Gaza.
«El Mossad (Servicio de Inteligencia del estado de Israel) está actuando acá. El gobierno llamó a colaborar con carabineros, el único país que se negó fue Francia y seguramente hay un asesoramiento y van misiones de militares y carabineros a esos países, al igual que a EEUU.
Hay denuncias de los propios carabineros, hemos recogido algunas que dicen que el cuerpo de carabineros en general no está por la represión. Los carabineros que les toca lidiar con la gente en las poblaciones, se han visto sobrepasados y algunos han manifestado que hay grupos especiales de carabineros a los que se les cambió el nombre que son los que actúan con el máximo de rudeza.
Aparecen en los lugares donde hay que reprimir y ordenan disparar los perdigones de frente, sin observar los reglamentos y es lo que ha causado las lesiones y mutilaciones oculares. Causar la perdida de la visión busca instalar el miedo en la población.
Otra sorpresa para la derecha, fue la de sacar a los militares a la calle y que la gente no se haya replegado a sus casas. Las nuevas generaciones salieron bajo toque de queda, lo que era inusual en tiempos de la dictadura, entonces mataban a mucha más gente, por decenas.
Pero es la misma técnica, implantar el terror, que hoy no les dio resultado. Por eso la derecha ha ido entregando concesiones, pero busca la manera de mantener sus prerrogativas con su discurso contra la violencia para justificar su incapacidad de atender las demandas y las violaciones a los derechos humanos.
En el cuerpo de Carabineros hay un gran descontento porque sienten que quienes los mandan a reprimir son los mismos que se han robado las platas reservadas. Está demostrada la corrupción por casi 30 mil millones de pesos, suma similar a lo que dicen son los costos generados por las movilizaciones que alcanzarían los 27 mil millones de pesos.
El ejército si bien salió a la calle y existen violaciones a los DDHH, tiene muy presente que ha estado corroído por la corrupción y mantiene la mancha de ser los grandes violadores de los DDHH del pueblo de Chile. Hay un sector, al parecer mayoritario, que se está cuidando de no caer en lo mismo. Otros si se sumarían a una salida golpista que buscan sectores de la ultra derecha».
– A propósito del imperialismo norteamericano y sus diferencias internas ¿Cómo se relaciona con la política impulsada por Sebastián Piñera en su segundo mandato?
«No vislumbro con claridad las diferencias al interior del llamado Imperialismo Norteamericano. Algunos son más agresivos, otros más nacionalistas, otros son más partidarios de la libertad de comercio, otros negacionistas climáticos, anti feministas.
Es verdad que Trump ha dicho que quiere retirarse de algunos conflictos, pero mantiene una gran agresividad con Irán y varios países de Latinoamérica.
Él ha impulsado un “renacer económico en EEUU” y pronto se verá enfrentado a elecciones y no trepidará en provocaciones muy agresivas a fin de lograrlo.
Ahora Piñera en este cuadro da la impresión que buscó parecerse a Trump y hacerse del liderazgo de la derecha en la región, que la disputaba de alguna manera con Macri, pero Macri no fue tan agresivo. Ese viaje que hizo a Cúcuta, Colombia, en febrero del 2019 lo marcó, pero para mal. Es un hecho inédito en la diplomacia chilena, él quería marcar algo a lo Trump, sentándose en la diplomacia.
Trump se retira de algunos conflictos, sin embargo se propuso mantenerse firme en todo “el patio trasero”. En un contexto de hegemonías múltiple de países EEUU va quedando en desventaja y le queda apertrecharse acá y América Latina es un botín grande.
No dudó en dar el golpe de estado en Bolivia, le pagaron a las FFAA y a la policía, lo que también hicieron cuando dieron el golpe de Chile, cuando compraron a partidos políticos, militares y medios, pero no era tan burdo como lo que ocurrió en Bolivia.
Pero es una forma clásica que no les ha resultado en Venezuela, donde las FFAA dirigen y son parte del proceso bolivariano. Tendría que ser una invasión de tal magnitud que podría significar altos costos, similar a lo de Vietnam, no creo que EEUU como nación esté dispuesto a eso, lo veo difícil.
Pero Piñera se metió en todo esto, es como cuando se mete el perro chico en pelea de perros grandes. Cuando lo vi pensé «como se le ocurre” si era tan burda la maniobra de Guaidó, si tenían como 200 supuestos soldados en la frontera que los iba a hacer añicos en un par de minutos. Con este desatino, se ha visto que Chile ha perdido toda credibilidad, lo que se extendió a la COP. También Piñera aprobó que Chile ingresara en el Grupo de Lima. Esa es la mano de EEUU en nuestro país».
– ¿Están dispuestas las derechas regionales y EEUU a llevar adelante un nuevo ciclo autoritario?
«Para el 73 inventaron lo del Libro Blanco, el Plan Z, decían que los guerrilleros querían pasar por las armar a los oficiales del ejército. Hoy están buscando un enemigo interno, para aplicar la Doctrina de Seguridad Interior del Estado y han hecho varios intentos. Esto de andar buscando los nexos con Venezuela por ejemplo.
Florencia Lagos a principio del 2019 estuvo en Chile buscando firmas de solidaridad contra la intervención de EEUU en Venezuela, la cual subscribí. La prensa de derecha reprodujo que Florencia Lagos reveló la lista de los funcionarios pagados por Venezuela para dar un golpe de Estado en Chile. Yo encabezaba la lista.
El montaje les ha fracasado hasta ahora por que no ha tenido ninguna credibilidad. Al parecer el Ejército no se ha sumado y la Fiscalía ha declarado en varias instancias que no existe antecedente alguno de injerencia de gobiernos extranjeros. El Director de Investigaciones en entrevista dijo que hasta ahora no había nada. Después sacan la publicación del big data que ha sido el máximo del ridículo.
En una encuesta un 54% cree que lo de la intervención extranjera es mentira. ¿Significa que el resto si lo cree? Eso es peligroso. Yo pienso que es difícil ahora una salida autoritaria, más por la ausencia de condiciones internas que por los deseos de EEUU.
Pero no debemos olvidar que estamos frente a una derecha golpista que volvió a sacar los militares a la calle y violó masivamente los DDHH. En un acto de desesperación si lo podrían hacer. Dentro del ejército hay sectores que estarían por algo así, son minoritarios pero estarían por algo así. ¿Se les van a dar la conjunción de factores necesarios para ello? No lo sé, es difícil, espero que no».
– En la coyuntura de los 80 el Acuerdo Nacional impulsó una salida pactada que excluyó a los comunistas y a buena parte de las fuerzas democráticas que estaban por la caída del dictador. ¿Es comparable al cuadro político que se abre con el impulso del Acuerdo por La Paz?
«Creo hay una diferencia. En los 80 habían dos posibilidades de salida. Una preconiza la caída de un régimen y la instalación de un sistema democrático con una nueva constitución, con una renovación de las FFAA, la otra una salida pactada.
Llegamos a la conclusión de que ninguna de las dos era posible si no hacíamos lo posible por que se impusiera la nuestra, por eso decidimos empujar la Política de Rebelión Popular que impulsamos entre el 85 y el 87 cuando ya sabíamos que venía este posible acuerdo.
Ya con el PS que habíamos estado muy unidos existían distancias, cuestión que ocurre cuando Clodomiro Almeyda empieza a perder la dirección del partido. A inicios del 80 preconizamos mucho la unidad de todas las fuerzas para dar salida a la dictadura, pero ya en esos años la DC no estaba dispuesta.
Lo que era la UP se empezó a dividir y debilitar, no existió mucho más después del golpe. Y cuando concluimos que estaba el acuerdo hecho y que EEUU estaba metiendo sus manos, a fines de los 80, estaba claro que la salida nuestra no era la más probable. Y empezamos a discutir que hacer.
Nos acusan que nos demoramos en participar en el plebiscito, pero eso tenía una causa, nosotros éramos un partido que estábamos por la política de la Rebelión Popular, por la caída de la dictadura. Sin embargo dijimos, se abre la posibilidad de que se termine la dictadura, teníamos que decidir.
¿Seguíamos adelante con la política de rebelión o nos sumábamos con nuestra propia impronta a la posibilidad que se abría de la salida de Pinochet?
Nos movió el sentimiento mayoritario del pueblo que quería se terminara la dictadura. Fue complejo recorrer el país, de forma clandestina e ilegal, aún perseguidos, con detenidos desaparecidos a fines del 87. Ir organización por organización cuando todavía nos perseguía la dictadura. Había una persecución brutal a los compañeros del Frente Patriótico, que ya se habían escindido.
En el partido fue preponderante la posición de inscribirse y participar del plebiscito y apoyar el No, hasta vencer, porque manteníamos la sospecha de que Pinochet podría amañar el plebiscito, inventar cualquier cosa y mantenerse en el poder. Y sabíamos que si ganaba el Sí, Pinochet iba a ser presidente por 8 años más.
No quería decir, entonces que al participar desechábamos nuestra política de Rebelión, la mantuvimos hasta el final, hasta que triunfó el No y se consolidó la salida de Pinochet, que pretendió desconocer su derrota. Era difícil para el partido hacer otra cosa en ese momento.
Pero hoy el Acuerdo por la Paz fue subscrito por que de alguna manera se inventó que si no se firmaba podía haber un golpe de estado. Si ve las declaraciones de alguno que los firmaron, dijeron que habían recibido llamado de militares. El temor obnubila. El acuerdo se firma en un momento de suma debilidad al gobierno, hacerle cualquier concesión era salvarlo.
Si bien algunos firmaron por un posible golpe, otros firmaron convencidos de que había que salvar la democracia. Nos dicen que atentamos contra la democracia por no firmarlo. Pensar diferente no es antidemocrático. Espero equivocarme y que los 2/3 no impidan tener realmente una nueva constitución.
Nos dicen que atentamos contra la democracia por hacer propiciar la acusación constitucional contra Piñera, que fue apoyada por 74 diputados. Es que no podemos aceptar una violación a las DDHH como las que él promovió y que quede de nuevo la impunidad asentada en nuestro país, aunque perdimos en la cámara perdimos por pocos votos.
Hay partidos que están pagando un costo por firmar el acuerdo como lo firmaron, podrían haber exigido quórum de 3/5, paridad y escaños reservados para pueblos indígenas. Hay una diferencia porque en el 80 nosotros estábamos derrotados por la salida pactada y se impuso un acuerdo para favorecer a los responsables y ejecutores del golpe. Ahora no, el pueblo está en las calles exigiendo más. En ese momento el pueblo pedía que terminara la dictadura, hoy el pueblo pide más conquistas y reformas estructurales.
La posibilidad de que caiga o se debilite mucho el proceso constituyente pasa por qué no se apruebe la paridad ni los escaños reservados en el Senado».
Participación en proceso constituyente
– ¿Cómo enfrentarán el proceso constitucional en curso?
«Mantenemos nuestras críticas al proceso y a lo que está aprobado hasta ahora. Creemos hay que acercar lo más posible la convención a lo que es una Asamblea Constituyente y para eso es vital la aprobación de los escaños reservados y la paridad de género. Lo del quórum sigue siendo un peligro muy grande.
Pero no se puede sólo plantear expectativa en el quórum o sea los que no quieren cambiar, sino en el pueblo que está en la calle y con convicción de que tiene que hacer una nueva constitución y que eso pueda forzar algunos avances.
La derecha dice que van a pelear por el 35% de rechazo. Por eso no entiendo a aquellos constitucionalistas que dicen que el quórum no importa porque ahora en el mundo anglosajón las constituciones son minimalistas.
Hemos estado dependiendo de los quórum calificados y hemos podido cambiar muy poco, por ejemplo el sistema binominal. Lo que pasó en el Senado, que rechazó que el agua sea considerada un bien de uso público, a causa del quórum, es un ejemplo, 12 votos fueron más que 24».
– ¿Qué posibilidades abre el proceso constituyente para cambio en las FFAA y carabineros de Chile?
«Ese es el problema de los 2/3. Nos gustarían fuerzas de orden comprometidas con el sistema democrático. Pero hoy no es así, pasaron por sobre la constitución, siempre han sido las fuerzas represivas del estado versus la movilización social.
Hace poco fue el aniversario de la Matanza de Santa María, cuando mataron a miles. En Chile no ha sido posible un diálogo abierto de la sociedad con las FFAA. Nos estamos adentrando últimamente en el control de los gastos reservados y los dineros que van a dicha institución, a raíz de toda la corrupción que se ha descubierto.
El General en Jefe del Ejército dijo que están revisando la historia en los últimos 50 años y quieren liberarse de dos manchas, violaciones a DDHH y corrupción.
Pero si no hay un gobierno que lo acompañe, es difícil. No sé cuánto vamos a avanzar en eso, pero claro que hay que proponerse avanzar. Es un diálogo difícil por la mácula de la violación a los DDHH, hay una herida abierta y no han ayudado en todo lo necesario a resolver el tema. ¿Cuánto se ha depurado las FFAA con las nuevas generaciones de oficiales? No hay claridad. Sé que hay sectores que creen en la democracia y que se opondrían a un golpe.
Carabineros está muy cuestionado, una reforma profunda viene de cajón, hasta la propia derecha lo está planteando».
– ¿Qué lecciones sacan a propósito de las formas de lucha que se expanden en la revuelta?
«Desde hace mucho tiempo estamos claro que no pueden haber cambios sin el desarrollo de la movilización social. Mientras más coordinada mejor, no sólo
los bloques sindicales sino también las otras organizaciones que existen. Hoy existe la Mesa de Unidad Social donde existe un bloque social sólido y más de 200 organizaciones. Ese puede ser uno de los entes de dirección de las luchas, cuando ese bloque sindical participó con paros y huelgas, puso en jaque al gobierno.
La espontaneidad siempre te dice algo, porque la dirección no se da solo porque alguien da una orden, hay dirección por qué se va dando un proceso de cambio cultural en las personas y en la sociedad.
Se dice que es espontáneo y es verdad, pero los jóvenes que saltaron los torniquetes estaban organizados. No es la primera vez que inicia un proceso de masas en Chile por la irrupción de los estudiantes secundarios.
Hace poco habíamos tenido un Pleno del Comité Central y discutimos sobre nuestro Congreso.
Allí reflexionamos sobre la necesidad de elevar el papel del movimiento social. Sin eso no hay posibilidad de romper el estatus quo para echar por tierra el programa neoliberal de Piñera. Lo que no previmos es que podía producirse un estallido, pero no lo podía prever nadie, son procesos independientes de nuestra voluntad.
El problema es que no había una dirección política alineada con el sentido de la gente. Fuimos de los pocos partidos, pero no teníamos la fuerza ni pretendemos ser los conductores pero sí tenemos convicción de que podemos aprovechar la crisis al máximo y ponernos al servicio de esas demandas.
Es muy grave que partidos de oposición hayan apoyado las propuestas de gobierno como la reforma tributaria, aprobarles en primera instancia el proyecto de pensiones, que era una miseria y mantenía las AFP igual, es una irresponsabilidad brutal de partidos que se dicen de oposición.
Nos juntamos todos los partidos de oposición para hacer un análisis y ver cómo actuar, acordamos jugarnos por una asamblea constituyente, pero a los dos días se echó por tierra esta posibilidad cuando algunos subscribieron el “Acuerdo por la Paz”.
El parlamento como institución no ha estado respondiendo a las expectativas de la gente.
A lo mejor surgen liderazgos de otro carácter de este estallido social, quien sabe todavía se están forjando, como ocurrió con los liderazgos estudiantiles post 2011».
– Para finalizar: ¿Qué piensas sobre la Primera Línea?
«Tengo bastante admiración por la primera línea por la valentía que tienen, me acuerdo de los años 80 donde hubo gente que estuvo en la primera línea. Criminalizarlos es errado, no estoy de acuerdo con que se les postergue más de lo que ya lo han sido en sus vidas, esta postura represiva del gobierno no es la salida».
(*) Músico, abogado y defrentista.
Fuente: Revista De Frente