Pablo Fernando González,
La industria del salmón hasta ahora ha sido exitosa en desplegar cuantiosos recursos económicos para instalar en los medios de comunicación a través de “expertos” y sus agrupaciones empresariales el que ellos no tienen responsabilidad alguna en la muerte de los más de 30 millones de salmones que los afecta y que lo anterior es culpa del fenómeno de ” El Niño “.
Lo que olvidan de informar todos los anteriores incluyendo a las autoridades del Sector Público comprometidas en la Salmonicultura que se han plegado a igual justificación – Ministro de Economía, Subpesca, Sernapesca, SEIA, Ministerio Medio Ambiente, CORFO – es que durante el último siglo el fenómeno de El Niño que tiene su epicentro en Perú se ha repetido en múltiples ocasiones y el actual del año 2015 – 2016 está lejos de ser el que más los ha afectado en los últimos años, lo que es muy relevante ya que ellos están en el lugar de mayor abundancia de riqueza marina natural del planeta.
Por lo mismo la teoría de los Salmoneros de acusar a El Niño 2015 – 2016 de ser el principal responsable de la muerte de millones de salmones no es creíble.
Cristián Haag, oceonógrafo físico sostiene una de las hipótesis más razonables hasta ahora “las observaciones desde satélite llevadas a cabo por Mariscope demuestran en varias áreas una baja en las temperaturas. Y esto sí es coherente, porque temperaturas más bajas demuestran que hay aportes de masas de agua de otro origen que traen nutrientes. Este es el motivo por el cual las algas han podido florecer de modo explosivo en verano”.
Sin embargo ésta explicación del rol jugado por El Niño 2015 – 2016 es del todo insuficiente para explicarse que el desastre ambiental esté acotado solo a la Patagonia Norte y que el mismo no se haya extendido a los centros de engorda de salmones que se encuentran localizados al sur de Chiloé y hasta Tierra del Fuego.
De allí que resulta más confiable la hipótesis que sostiene que la causa principal de tener como epicentro la Patagonia Norte son los muchos nutrientes que por décadas ha depositado allí la Salmonicultura y que los que habrían aportado las masas de agua arrastradas por El Niño solo tienen una responsabilidad secundaria pero que encontró el caldo de cultivo para dar origen a la tormenta perfecta y gatillar este desastre ambiental de dimensión dantesca, que esa industria calcula le costará sobre 500 millones de dólares mientras que a Chiloé en muerte de vida marina no salmón le costara varias veces esa cifra y que sería del todo justo que las poblaciones que habitan este territorio reclamen ante la Justicia para que se les indemnice.
A medida que pasan los días a los Salmoneros les resulta más difícil negar la autoría que los compromete en la eutrofización de la Patagonia Norte – falta de oxigeno – y que guarda muchas similitudes a la que está destruyendo la vida marina del Mar Báltico, que identifica a ecosistemas que son atacados por Bloom de Algas como resultado de una anormal abundancia de nutrientes.
El origen del fenómeno en el Báltico según Jacob Carstensen, del departamento de Biociencias de la Universidad de Aarhus (Dinamarca), explica que después de analizar los datos de temperatura del agua, contenido de oxígeno y de salinidad remontándose a 115 años atrás «podemos determinar que los muchos nutrientes procedentes de tierra son la causa principal de la falta de oxígeno generalizada» pasando a un plano secundario el problema del calentamiento global.
Algo muy similar a lo que sería la causa principal del desastre ambiental en la Patagonia Norte donde la Salmonicultura ha concentrado por décadas su producción de más de 800 mil toneladas de salmones por año y es autora de lanzar a sus aguas miles de kilos de nutrientes – como restos de alimentos y fecas de salmón -, a lo que han sumado más de 500 mil kilos de antibióticos por año y otros miles de kilos de químicos usados en labores diversas.
Es razonable que los salmoneros desplieguen todos sus esfuerzo en culpar a El Niño 2015- 2016, aunque el mismo sea inocente, ya que de esta manera pueden recurrir a los Seguros contratados acusando desastre natural, ya que de reconocer la verdad que este fenómeno se debe a laeutrofización del mar de la Patagonia Norte el problema recae en ellos y las Compañías de Seguros y Reaseguradoras estarían en todo su derecho de tomar la decisión de no pago y de aumentar fuertemente las primas o retirarse del negocio salmonero por su alto riesgo.
Mientras que en los mercados finales podría empezar un rechazo masivo al salmón de origen chileno al ser engordado en medio de la muerte de buena parte de la vida marina y del Mar de la Patagonia la que se pretende extender por esa industria hasta Tierra del Fuego. Lo anterior acarrearía a una retirada masiva de inversionistas y que la caída de las acciones de las salmoneras arrastre a muchos a la ruina o a tener que reconocer pérdidas siderales, entre ellos muchos Bancos.
La corrupción en Chile puede movilizar a muchos personajes que ocupan importantes posiciones de poder pero no a la naturaleza, por ello la crisis salmonera no encuentra salida entre sus expertos que la dirigen los que hasta hace apenas un par de meses con el apoyo de CORFO prometían en medio de la euforia la sustentabilidad de la misma y su ceguera los hacía afirmar que la misma tenía un liderazgo de innovación de categoría mundial.
Peor aún, la miopía de nuestras élites políticas parte de los últimos gobiernos y en forma transversal han negado por décadas el financiamiento para que surja una ciencia independiente de intereses empresariales y políticos, entre otros objetivos para proteger con rigor científico el medio ambiente y nuestros invaluables ecosistemas marinos de la Patagonia – como en el caso del Mar Báltico lo están haciendo en estos momentos países como Dinamarca, Alemania, Suecia y otros -, por lo mismo nuestro país a diferencia de los anteriores está en el desamparo y no tiene estrategias ni a quien echar mano para remontar esta catástrofe medio ambiental.
Fuente: Ecocéanos
