sábado, noviembre 23, 2024
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¿Es Roger Federer el Mejor Tenista de la Historia?

Al ganar su 18º título de Grand Slam en Australia Roger Federer probablemente despejará durante algún tiempo la eterna discusión. Al menos por ahora, tiene el mejor palmarés de la historia: nadie ha ganado tantos títulos como él.

El elegante suizo es el mejor jugador de la historia, el tenista “perfecto”, según su mítico rival Rafael Nadal, al que batió este domingo. Por lo pronto, es el primero, y por ahora el único, en ganar 18 títulos de los cuatro mayores torneos del circuito.

Algunos sugieren a Rod Laver, que acumuló 11 grandes en una época completamente distinta, también aparece en el debate el sueco Bjorn Borg, que se retiró a los 25 años con los mismos trofeos mayores. Sin olvidar a los grandes nombres de la actual época dorada, Rafael Nadal, que tiene 14 a los 30 años, y Novak Djokovic, que suma 12 a los 29.

Pero por el momento la vitrina de Federer no admite comparación: 7 Wimbledon, 5 US Open, 5 Abierto de Australia, 1 Roland Garros, 6 Masters, 1 Copa Davis y un título olímpico en dobles: 89 torneos ganados y 302 semanas en el número 1 mundial a sus 35 años.

Y con esta edad el suizo amenaza también los récords de longevidad. Este domingo se convirtió en el segundo ganador de Grand Slam “más viejo” tras el australiano Ken Rosewall.

Para tener el palmarés perfecto solo le faltaría la medalla de oro olímpica en individuales y haber logrado el “verdadero” Grand Slam, ganar los cuatro grandes el mismo año, como Laver en 1962 y 1969.

La gloria de Federer no es únicamente un aluvión de cifras, es también un estilo, el más bello posible: ofensivo, inspirado, elegante, aéreo, preciso, arriesgado.

Se acaban los adjetivos para dibujar el tenis de este hombre que juega en cualquier pista del mundo como si lo hiciera en su casa, por el apoyo que siempre recibe de los aficionados.

Para su legendario rival Nadal una palabra define a la perfección el tenis de Federer: Perfecto. “Tiene un servicio perfecto, una volea perfecta, un golpe de derecha más que perfecto, un revés perfecto y es muy rápido, todo es perfecto en él”, le describió el español.

Además cuenta con otra ventaja, casi no ha sufrido lesiones en su carrera, a diferencia de Nadal. Se sometió a la primera operación de su vida en 2016, por una lesión en la rodilla… Después de hacerse daño bañando a sus hijas (tiene cuatro, una pareja de gemelas y otra de gemelos).

Pero Federer, nacido en Basilea en 1981, no siempre fue un admirado caballero. En sus inicios, cuando era “un diamante bruto por pulir”, según sus propias palabras, tenía tendencia a perder el control y a romper la raqueta cuando las cosas no le salían bien.

Es por esto que, a diferencia de otros astros como Borg, Jimmy Connors, Pete Sampras o Nadal, tuvo que esperar hasta su sexto año en el circuito para levantar su primer trofeo mayor, en 2003 en Wimbledon, con casi 23 años.

La épica victoria de Federer en el Abierto de Australia

Roger Federer, de 35 años, se ha impuesto sobre Rafa Nadal 6-4, 3-6, 6-1, 3-6 y 6-3 en la final del Abierto de Australia y ha conquistado el 18.º Grand Slam de su carrera. En un tenso duelo, el tenista suizo ha conseguido su primera victoria grande desde Wimbledon de 2012.

El suizo Roger Federer conquistó su quinto título del Abierto de Australia, el 18 Grand Slam de su carrera, al vencer por fin en este grande al español Rafael Nadal, su histórico rival por 6-4, 3-6, 6-1, 3-6 y 6-3.

En el cuarto duelo entre estos dos jugadores en el primer grande de la temporada, Federer se tomó su desquite y ganó por primera vez a Nadal, su verdugo en la final del 2009, y en las semifinales de 2012 y 2014, en tres horas y 36 minutos en su partido 100 en Melbourne Park.

También cerró una página negra, pues el suizo no ganaba a Nadal en partidos de Grand Slam desde hace diez años, desde la final de Wimbledon de 2007.

Fue un partido intenso, tenso e incierto hasta el final, porque Nadal estuvo muy cerca de la victoria, pues tras quebrar a su rival en el primer juego del quinto set, dispuso de una ventaja de 3-1 e incluso una oportunidad para marcar el 4-2 con su saque, pero en vez de machacar a Federer al revés con su derecha ‘liftada’, cambió de opinión y la envió al otro lado, fallando.

Nadal salvó luego cinco bolas de rotura en el octavo juego, donde hubo un fabuloso intercambio de 26 golpes, pero Federer le robó su servicio y al final acabó ganando los cinco últimos cinco juegos, con un final novelesco, con intriga, pues se tuvo que recurrir al Ojo de Halcón para descifrar si el 20 ‘ace’ de Fededer era bueno, y para triunfar por fin en Melbourne, después de siete años.

Con este triunfo, Federer regresará este lunes al ‘top-ten’ situándose décimo, mientras que Nadal ocupará el sexto. El quinto Abierto de Australia es el 61 torneo en pista rápida en el palmarés de Federer, y el 89 de su currículo.

Su ídolo Rod Laver entregó la copa a Federer, después de una épica victoria. Pero antes el suizo había observado lo sencillo que es para Nadal regresar. “Es impresionante lo fácil que lo hace”, había dicho, y este domingo su frase le dio la razón sobradamente, porque estuvo a punto de la derrota, pero resurgió con un gran final.

Nadal empezó bien el primer set, ganando dos servicios en blanco, pero se enfrió después y en el séptimo cedió su saque, y entre ese y los dos siguientes juegos, solo pudo ganar un punto.

Federer lanzado, con un tenis muy directo y veloz se apuntó el parcial en 34 minutos, con dos saques directos en el décimo juego. El suizo ganó 14 de los 15 puntos de su primer servicio, un 93 por ciento, más un 67 por ciento con el segundo saque, y sumó 13 golpes ganadores.

La derecha enroscada, alta y viva de Nadal al revés de Federer apareció entonces como en los viejos tiempos, cuando resquebrajaba su moral hasta desquiciarle, y Nadal, fenomenal al resto, quebró dos veces, 2-0 y 4-0, y aunque luego entregó su saque en el quinto (4-1) se mantuvo firme para hacerse con este segundo parcial en 42 minutos con solo cuatro errores no forzados.

En el tercero, Federer tuvo que recurrir a tres saques directos para salvar tres puntos de rotura en el juego inicial. Tomó aire y quebró a continuación gracias a dos formidables derechazos, y a partir de ahí se creció.

A base de “aces” Federer tomó ventaja 3-0 en el siguiente, y puso en liza todo su armamento. Fueron los momentos más brillantes del suizo, que recobró su velocidad de pegada, mientras que Nadal parecía notar las cinco horas de su partido contra Grigor Dimitrov y el día menos de descanso.

El de Basilea volvió a quebrar a Nadal (5-1) y cerró la manga con una delicada volea de revés en 41 minutos. Tomaba ventaja, pero no se sentía seguro, porque conoce de sobra a Nadal.

Un minuto menos duró el cuarto set, con un Federer más lento y con más fallos y un Nadal que no desesperó y que aseguró su saque sin pasar más apuros. Roger perdió el suyo en el 3-1, y eso bastó al español para nivelar el encuentro después de dos horas y 37 minutos.

Federer abandonó la pista para recibir tratamiento médico inmediatamente después. Su muslo derecho le dolía. Y cedió de entrada su saque, el peor error que podría cometer. No obstante, no bajó los brazos y remontó un 3-1.

Nadal dispuso de una ventaja para ponerse por delante 4-2 con su saque, pero en vez de seguir con su derecha al revés del suizo, abrió, y su golpe salió fuera. Ahí perdió su gran oportunidad después de un esfuerzo descomunal, porque al final, al sexto punto de rotura de este parcial, entregó su servicio (3-3).

Federer acabó ganando los últimos cinco juegos, salvando el pellejo con destreza, y con una resistencia que solo Nadal puede exhibir. Al final, sus lágrimas aparecieron, como suele suceder en él mejor jugador de la historia, cuando la emoción le embarga.

Después del partido, el ganador de un premio de 2.600.000 euros animó a su histórico rival y le pidió que siguiera jugando. “El tenis te necesita”, afirmó Federer. Con la derrota de una estrella y el triunfo de otra en un espectacular partido, este domingo ha ganado el tenis.

Hace mucho tiempo que la rivalidad Roger Federer y Rafael Nadal trasciende las fronteras del tenis. Sin ninguna duda, los enfrentamientos entre ambos ya son patrimonio de la historia del deporte mundial. Y ayer nuevamente quedó de manifiesto en el cemento de Melbourne.

Después de seis años se volvían a encontrar en una final de Grand Slam. En 2011, Rafa estiraba su racha venciendo en Roland Garros, en un duelo que se definió en cuatro sets. Sin embargo, uno de los recuerdos más dolorosos de Federer ocurrió en Australia 2009, donde el manacorí lo venció en cinco parciales. En ese momento, el helvético acumulaba en su palmarés 13 majors y buscaba alcanzar los 14 que ganó Pete Sampras.

La frustración fue tal en él que no pudo contener las lágrimas durante la premiación. “¡Dios, esto me está matando!”, exclamó el suizo, mientras intentaba continuar con sus palabras.

No era la primera vez que Nadal le arruinaba la posibilidad de aumentar su palmarés. Lo venía haciendo desde 2005, año en que comenzaron a encontrarse en grand slams. En este tipo de torneos, el manacorí ganó en nueve ocasiones y apenas había perdido en dos. Sin embargo, ayer su rival consiguió su tercera victoria y rompió una sequía de 10 años.

“Rafa tiene un lugar particular en mi carrera. Me ha empujado a ser mejor. Su juego es complicado para mí. Es mi mayor desafío jugar contra él, por lo que es muy especial ganarle. Además, no le había ganado en una final de Grand Slam desde hace mucho tiempo, desde 2007”, comentó un satisfecho Roger, luego de su triunfo a 13 años de su primer enfrentamiento en el circuito, el que ganó Nadal, de 17 años, por 6-3 y 6-3, en el Masters 1000 de Miami.

Precisamente, en Wimbledon, que es donde Federer mejor se siente, se produjo ese último triunfo. Fue en cinco sets para conseguir su quinta corona (de siete) en el All England.

El otro extremo se produce en Roland Garros, donde Nadal se siente a sus anchas, ya que en su carrera apenas ha perdido dos encuentros versus 72 triunfos, lo que significa un 97% de rendimiento.

Precisamente, la primera vez que el balear perdió en la arcilla parisina, el suizo lo aprovechó para conquistar el único Grand Slam que le faltaba.

A pesar de la derrota en Melbourne, Rafa se muestra optimista, pues su gran objetivo para la temporada es alcanzar su décimo Roland Garros, un triunfo que le permitiría despegarse de Sampras y quedar a tres majores de FedEx. “Si mi cuerpo me sigue puedo hacer un gran año. He jugado muy bien al tenis desde hace un mes. Esto es una gran noticia para mí. Si continúo jugando así, puedo hacer grandes cosas, especialmente sobre tierra batida”.

También guardó palabras de admiración para Federer, quien hace menos de tres meses lo acompañó en la inauguración de su academia en Mallorca: “Roger tiene un servicio perfecto, una volea perfecta, un golpe de derecha más que perfecto, un revés perfecto y es muy rápido”.

Sólo el físico de ambos jugadores sabrá hasta cuándo llegará esta rivalidad, que se ha transformado en uno de los grandes clásicos del deporte mundial.

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