Esta semana, Chile Vamos anunció su dura política anti-inmigrante que contempla entre sus propuestas exigir contratos de trabajo a los extranjeros antes de llegar a Chile y agilizar las expulsiones de quienes cometan delitos.
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La vía chilena al trumpismo -bien podría bautizarse así- fue respaldada por el principal pre candidato del conglomerado, Sebastián Piñera, quien llamó a crear una nueva ley que facilite las deportaciones.
Es por ello que, a partir de datos fidedignos sobre inmigración, te presentamos tres falacias que fundamentan buena parte del duro discurso de la derecha chilena.
1. Los inmigrantes no aportan al país
El perfil migratorio de Chile, publicado por la Organización Internacional para las Migraciones, develó una desconocida realidad para la mayoría de la población del país: los inmigrantes tienen más años de escolaridad que los chilenos.
La población inmigrante en su conjunto, incluyendo población de diversos países de Latinoamérica y el mundo, promedia 13 años de escolaridad, mientras que la población chilena 10.
Los datos son esclarecedores. La población ecuatoriana y la argentina en el país son las que tienen más años de estudio: según los últimos datos señalados en el estudio, del año 2009, los ecuatorianos tienen en promedio 13 años mientras que los argentinos llegan a 12.
Respecto al mismo índice pero con datos de 2006, la población colombiana figura con 17 años de escolaridad.
Según plantea el documento, “esta información confirma lo planteado por diversos estudios respecto de que la población emigrante tiene un importante capital social que muchas veces permanece inactivo en las sociedades de destino”.
2. Los “altos” índices de delincuencia en la población inmigrante
Según datos del año 2015, de las 42 mil personas imputadas y condenadas en el país, sólo 2 mil eran extranjeros. Este cifra equivale a un 0,36% de los extranjeros en el país.
Dentro de esos 2.000, el 21% no son inmigrantes, sino que burreros: personas que ingresan al país con el objeto de entrar droga y después volver a su país de origen, según datos del Servicio Jesuita a Migrantes.
Por otro lado, buena parte de los inmigrantes y extranjeros que figuran en el sistema penal chileno figuran como víctimas (54%).
3. Estamos llenos de inmigrantes
A pesar de la escandalera de Chile Vamos y su nuevo plan anti-inmigrantes, las cifras muestran que la población migrante en Chile está bajo el promedio del mundo.
Si bien ha aumentado en los últimos años el porcentaje llega al 2,7% de la población en el territorio, bajo el 3,1% del promedio mundial y mucho menor que el 10% y más de los países de la OCDE.
Fuente: El Desconcierto
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Felipe Berríos: Muestra de la estupidez del chileno
“Muchas de las bandas de delincuentes en Chile son de extranjeros”, fueron los dichos de Sebastián Piñera que generaron gran debate entre los posibles presidenciables y a nivel nacional.
Felipe Berríos, sacerdote jesuita que trabaja con inmigrantes en el campamento La Chimba de Antofagasta, fue enfático en negar estas acusaciones en base a su experiencia:
“Yo no soy experto en las leyes sobre inmigración, yo vivo con inmigrantes y comparto con ellos diariamente, me parece que es un tema bastante delicado, sobre todo el momento que está viviendo el mundo de globalización, nacionalismo. Es un tema muy fácil de explotar en campañas políticas pero también muy peligroso, porque uno puede crear un cierto prejuicio, mirar con sospecha a los inmigrantes y sobre todo cuando son latinoamericanos, yo creo que eso no se debe aceptar, porque es algo que no solo no es verdadero sino que además muy peligroso”.
En cuanto a los dichos de Piñera, Berríos sostuvo:
“No es así, las estadísticas lo demuestran yo he conversado con Carabineros acá en Antofagasta, con Investigaciones y no es así, no son más la cantidad de delincuentes, ni siquiera proporcionalmente comparados con chilenos, en cifras no es así. Lo que pasa que cuando hay un migrante involucrado en algún delito, suele ponerse primero el apellido: peruano hizo tal cosa, colombiano… entonces se va creando una atmósfera”
Ante esto, dijo que es bastante complicado, porque despierta prejuicios y miedos “que uno no saben dónde pueden parar”. Además, sostuvo que la dificultad que se les pone a los extranjeros para que regularicen su situación esto da pie para que ” se les de el control a las mafias”.
“De alguna manera estás presionando para que la gente entre a la mala o para que se activen y crezcan estas mafias que arriendan contratos ficticios o cartas de invitación, etc., que es lo que ha ido pasando, entonces es gente que viene engañada al país y son tomadas por estas mafias abusadas y explotadas por ellos, mafias donde muchas veces hay chilenos detrás”. agregó.
“Entonces nosotros tenemos que combatir esas mafias, y la manera es dando visas de trabajo a la gente, porque además, tu así tienes un control sobre eso, si no son personas que nunca sabes que han entrado al país ni dónde están”, indicó.
Es lo mismo le ocurre a los chilenos cuanto son catalogados de “lanzas”, lo que para él son prejuicios “que se van armando que pueden partir de ciertos hechos pero que crean una conciencia colectiva que es falsa”.
Destacó además, las dificultades y también el esfuerzo que tienen los extranjeros una vez instalados en Chile:
“Yo vivo aquí en un campamento donde el 97% son todos migrantes y se levantan temprano a trabajar y trabajan muchos de ellos sin contrato, se sacan la mugre trabajando, porque tienen que mandar plata a su casa, porque el arriendo todo les sale más caro al ser extranjeros, no tienen redes de contactos, es gente trabajadora, pagan las imposiciones mucho más en proporción que los chilenos”.
“Acá tenemos un centro de formación donde viene gente a aprender a leer y a escribir, aprender un oficio y vienen todos los días, tenemos un 86% de permanencia, es gente que ha venido todos los días. Por eso me irrita cuando se empieza asociar al extranjero con la delincuencia, al colombiano con la droga o al peruano, o a la mujer colombiana con la prostitución, o creo que eso te muestra una estupidez del chileno tremenda”.
En este contexto, relacionó la diferencia que se hace entre los extranjeros latinoamericanos y los europeos:
“Si el extranjero que viene es europeo le abrimos las puertas totalmente, tenemos un prejuicio un clasismo, que muestra una ignorancia de nuestra parte tremenda”.
Fuente: Radio Bío Bío