El fracasado programa de gobierno que José Antonio Kast intentó imponer en 2021 se reconfigura con su candidatura para 2026, articulando una arquitectura de control autoritario.
Kast no aceptó que Chile no quiere un régimen autoritario, como el que ha venido proponiendo durante décadas y que significó su gran fracaso en el segundo plebiscito.
Hoy ha aprendido a guardar silencio y a omitir partes que siempre han sido pilares de su programa de gobierno.
Su estrategia es muy similar a la aplicada por distintos regímenes autoritarios: desde los históricos Hitler y Mussolini hasta líderes contemporáneos como Viktor Orbán, Trump, Milei, entre otros.
El esquema es el mismo:
1.- Expande la excepcionalidad (Estado de Emergencia) como forma normal de gobernar.
2.- Construye un enemigo interno (“izquierda radical”) para justificar la represión.
3.- Plantea vigilancia interna y refuerzo de aparatos policiales y militares sin suficientes contrapesos.
4.- Relega derechos civiles
5.- Debilita mecanismos de control judicial e institucional.
Vamos a los datos y pruebas concretas: en el programa de 2021 se evidencia un plan articulado de control que debilita y/o acaba el Estado de Derecho.
Poder ampliado y limitación de garantías básicas en un Estado de Derecho
“Reforzar el Estado de Excepción” (p. 17 y 36): se plantea normalizar su uso como herramienta de gobierno, facilitando la intervención de las FF.AA.
En 2026 Kast dice que cuando el sea presidente Chile va vivir en Estado de Emergencia.
Creación de “Fiscalías militares” para delitos cometidos por militares y policías, con la promesa de “blindarlos” frente a la justicia civil.
Lo cual resulta llamativo teniendo como antecedentes los casos de tráfico y vulneración de derechos humanos de los últimos años.
Concentración de poder en la figura presidencial
Fortalecimiento del “Estado fuerte” (p. 36): facultades excepcionales para enfrentar conflictos de orden público.
Uso extendido de “Decretos de Urgencia” para saltarse el Congreso cuando se evalúe un “riesgo para la seguridad interna”.
P. 39: Reestructuración del Tribunal Constitucional para “despolitizarlo”, pero sin mecanismos claros de independencia.
Vigilancia ciudadana y delación
Propuestas claves:
P. 22: propone incentivar “redes de vecinos” para vigilar delitos y reportar “conductas sospechosas”.
Promueve la figura de “colaboradores civiles” premiados por informar delitos.
