Los 2.500 trabajadores del yacimiento de cobre Escondida, el más grande del mundo, esperan que la empresa se pronuncie a favor de sus demandas antes de iniciar una huelga este 9 de febrero, la que fue aprobada por amplia mayoría.
“Si la respuesta es negativa, cumpliremos con lo que dicta la ley y el jueves haremos efectiva la huelga”, afirmó el vocero del sindicato, Patricio Toro, respecto al plazo que estipula la Dirección del Trabajo para establecer una mesa de conversación entre las partes en conflicto, previo a una huelga.
El pasado viernes el sindicato comenzó a través del Gobierno una medicación con la compañía, que contempla cinco días hábiles de entendimiento y diálogo antes de dar paso a la paralización de funciones anunciada para este 9 de febrero y de extensión indefinida.
Los mineros exigen beneficios equitativos para todos los colaboradores, además de un bono de 25 millones de pesos (unos 38,5 mil dólares) y un alza del 7% a sus salarios.
En tanto, los directivos ofrecen a sus trabajadores sólo un bono de ocho millones de pesos (unos 12 mil dólares) para poner fin al conflicto, sin derecho a optar por un reajuste salarial.
La posible detención de las operaciones en la minera Escondida, ubicada al norte del país, podría tener mayores efectos en el crecimiento de la actividad económica de Chile que la catástrofe derivada de los incendios forestales que afectan a la zona centro sur, apuntó el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, en rueda de prensa.
Valdés hizo estas declaraciones en referencia a que Escondida concentra un 18% de la producción del metal rojo a nivel nacional.
El yacimiento, controlado mayoritariamente por la multinacional BHP Billiton, registró al tercer trimestre de 2016 un producción de cobre de 762.384 toneladas métricas, 18% menos que en igual período de 2015, debido entre otros factores a una menor concentración de este mineral en las rocas.