En la siguiente entrevista, habla el médico Lautaro Ferrada Parraguez, chileno que realizó sus estudios en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), en Cuba, quién presentó la primera demanda civil por discriminación en contra de la Asociación de Facultades de Medicina de Chile y el Examen Único Nacional de Conocimiento De Medicina (EUNACOM), en febrero de este año.
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– ¿Cuándo regresaste a Chile y cuáles fueron los motivos?
Regresé en 2012 definitivamente, aunque ya en 2011 había trabajado en Chile con el fin de acercarme al escenario laboral. Ya había egresado de la especialidad de oftalmología y solo me restaba la defensa de tesis y los exámenes estatales práctico, quirúrgico, además el teórico. Regresé porque culminé mi beca en Cuba y porque acá esta mi familia.
– ¿Cuántos años estuviste en Cuba?
Doce años, donde realicé los estudios en medicina general, primero dos años en la casa matriz de la ELAM y el resto en facultades de La Habana y Habana Campo, me especialicé en medicina general integral (Medicina Familiar), junto con una maestría en urgencias y diplomado en epidemiología, para concluir con la especialidad en oftalmología en el Hospital General Calixto García Iñiguez.
– ¿Tuviste que pagar por esos estudios realizados?
No, ni un peso, en Cuba se entregan becas para que jóvenes de diversos países que no poseen los recursos para poder estudiar en su país la carrera de Medicina, lo pueden hacer. La ELAM ya graduó en 11 años cerca de 25 mil médicos de al menos 84 países, de muy buen nivel, lo que es reconocido por la Organización Mundial y Panamericana de la Salud, y recientemente por la Organización de Naciones Unidas. Es más que sabido que la educación y la salud son gratuitos en Cuba, así que no me explayaré en eso.
– ¿Señalabas que desde el 2011 estuviste trabajando como médico en Chile, que nos puedes contar sobre eso?
Sí, desde 2011 trabajo para poder financiarme en Chile y así poder pagar los exámenes de revalidación (EUNACOM), que es un proceso largo y costoso. Presté servicios como médico general en varias comunas, como Placilla, San Fernando, Peumo, Pelequén y en la comuna costera de Navidad, también en la sexta región. Luego permanecí cerca de dos años trabajando en Ancud, en Chiloé, y actualmente llevo cerca de un año en el Hospital de la Calera, esta vez como oftalmólogo.
– ¿Cómo ha sido tu experiencia al trabajar en Chile, después de tantos años de conocer y palpar el sistema de salud de Cuba?
– Ha sido una experiencia enriquecedora, sobre todo por el grupo humano, mis compañeros de labores; no obstante, falta mucho por hacer para tener una salud pública fortalecida. La salud familiar si bien tiene avances falta llegar a organizar cuales son las principales necesidades de salud en la población, se necesitan muchos médicos y equipos multidisciplinarios alcanzar un nivel óptimo en medicina familiar.
En oftalmología atendí una lista de espera de mil 700 pacientes, y ha sido gratificante poder llegar a tiempo al tratamiento de enfermedades como glaucoma y solucionar algunas urgencias.
– ¿Por qué decidiste demandar a EUNACOM-ASOFAMECH y que nos puedes contar de los resultados de la demanda?
Desde mi perspectiva, EUNACOM es un pésimo sistema de evaluación, que no logra medir competencias en un médico general que se desenvolverá en la atención pública y primaria de salud, además de ser poco transparente y de tener un negocio asociado terrible. ¿Cómo va a ser transparente si jamás te dejan ver los resultados de tu evaluación? Hay empresas de preparación que cobran cerca de dos millones de pesos para hacer un repaso que ya todos sabemos, que en lo absoluto lo preguntarán en ese examen teórico.
En mi caso, y lógicamente porque las leyes me obligan, rendí los exámenes prácticos y teórico, ya que es un requisito de los empleadores, así que estudiaba y trabajaba, revisaba los cursos y viajaba a las ciudades donde debía rendir las rotaciones y evaluaciones prácticas, costeando todo esto. Me presenté para rendir el examen teórico en 2012 y terminé la parte práctica en 2014. Al solicitar los resultados me dijeron que estaba fuera de fecha y que el examen 2012 ya no era vigente, y me obligaron a inscribirme nuevamente. Luego me enteré que esa aprobación era vigente ya que a una doctora chilena graduada en Argentina la habían aprobado teniendo similar situación a la mía.
– Entonces… ¿La ley no es pareja?
No, la ley asociada al EUNACOM no habla de tiempos acotados de aprobación, sino que señala que deben aprobarse las dos secciones, teórica y práctica, cosa que ya había logrado. Por otra parte, en 2012 se les aprobó a todos los chilenos con vigencia indefinida en ese resultado, y hasta donde yo sé, según mi acta nací en Santiago de Chile.
Yo demandé por Ley Antidiscriminación, y ASOFAMECH contestó que lo hice fuera de plazo, que mi demanda no tiene validez ya que me volví a inscribir en el examen, cosa que su propia normativa lo permite, ya que reconoce el mejor de sus resultados. Terrible e impresentable situación ya que su mismo reglamento dice que una vez aprobada la sección teórica y práctica en el transcurso de dos años, ellos emitirán el certificado.
– ¿Qué piensas hacer?
ASOFAMECH solicitó invalidar el recurso que llevamos en su contra y mantiene una posición discriminatoria, algo que no niegan. Incluso tanto personeros del Colegio Médico de Chile y algunas destacadas figuras de la medicina nacional, su Premio Nacional para ser más exacto, manifiestan comentarios chauvinistas y discriminatorios en contra de los médicos que provenimos del extranjero seamos chilenos o de otras nacionalidades. Con esto, creo, buscan invalidar el proceso, y se mantienen en esas absurdas posiciones descalificadoras, así que habrá que esperar la audiencia de juicio y que determine la justicia la entrega de mis documentos de aprobación.
– ¿Qué esperas de la justicia Chilena?
Uno recurre a ella esperando que sea justa, yo pienso que acá no está en juego lo relacionado con mi persona como profesional de la medicina, sino que se está cuestionando un sistema de evaluación que no solo me llevo a mí a recurrir a la justicia, sino a seis colegas más. Y hay otro grupo no precisado de médicos que saben muy bien lo que estamos exponiendo a la opinión pública nacional.
– ¿Cómo ves que, recientemente, senadores de todas las bancadas soliciten a la Presidenta la revisión del EUNACOM?
Me parece espectacular, ya que podría cambiar el escenario para miles de médicos que tienen pendiente su aprobación hasta fines de este año, que son entre mil 500 a dos mil profesionales. Según lo que pude revisar del acuerdo, se solicita eliminar el EUNACOM para los médicos especialistas y que se les exija el del Consejo Nacional de Acreditación de Especialidades Médicas (CONACEM). Además, se ampliarían los plazos para que el resto pueda aprobar el EUNACOM en cinco años más. Por otra, parte no refieren que CONACEM, ASOFAMECH y Colegio Médico de Chile son socios, incluso radican en el mismo sitio, o sea la misma entidad privada a la que hemos demandado.
– ¿Qué solución ves para el tema de déficit de médicos generales y especialistas en el país?
Unos tres mil médicos generales y dos mil especialistas y sub especialistas… desde mi perspectiva, hay solo dos aspectos que debieran ser exigidos a los médicos que provienen del extranjero, lo primero el tema epidemiológico, que es lo más frecuente de atender en Chile, y lo segundo es el tema normativo. Hemos planteado a las autoridades desarrollar un programa de acompañamiento de dos años con tutor y evaluación teórica y práctica, en las áreas donde estos médicos se van a desenvolver y que está enfocado al área publica de salud. No es necesario, por tanto, que sean privados -y con métodos estandarizados- los encargados de determinar qué médicos quedan habilitados y cuáles no, ya que eso deja entrever otros intereses, de hecho, mercantiles.
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– El senador Alejandro Navarro calificó de “cartel” al Colegio Médico de Chile…
Yo poco puedo decir del Colegio Médico, ya que aunque si me quisiera colegiar, no podría hacerlo, si no estoy con la revalidación del título por parte de EUNACOM. No soy actualmente parte de su gremio y sé que gozan de muchos privilegios. Estoy de acuerdo con el senador Navarro, ya que da en el clavo pues el COLMED defiende intereses corporativos, y de hecho intenta regular el mercado de la salud, eso ya no es un misterio para ningún chileno. Es cosa de ver las diferencias entre las clínicas privadas y los hospitales públicos, y el tema de compra de servicios de públicos a entes privados, es simple de explicar: si usted no puede operar una apendicitis en el hospital público por falta de pabellón, deberá solicitar uno a un privado que cobrará cinco veces el costo de lo que usted pudo pagar en el sistema público, solo que esto lo pagaremos todos los chilenos y el privado crecerá y el público cada día empeorará.