Como ha quedado sufiecientemente en evidencia, la expedición de los camioneros de Temuco a la capital, formó parte de una escalada general de la oposición política, que sin objetivo definido, buscaba socavar, desprestigiar y desautorizar al Gobierno, Que lo haya logrado o no, es harina de otro costal, y responde a evaluaciones polarizadas. Pero lo cierto es que en la calle, el movimiento sedicioso no se la llevó pelada. En la mañana, militantes de organizaciones pro mapuche y de expresiones políticas radicales, le pegaron a Luschinger y compañía, en La Moneda. En la tarde, durante la ya famosa marcha de los seis camiones quemados, los volvieron a repasar, lo que dió pábulo a cierta retórica de la victimización entre los camioneros. Enfin, este es el balance del encuentro callejero antre ambos bandos. En las tarjetas, ganó el púgil de la esquina roja.
Manifestaciones contra la acción de los camioneros
Nelly Carrasco
El jueves al atardecer, cuando unos camiones autorizados por el Ministerio del Interior y Carabineros para pasar por La Moneda, se congregaron en la Alameda, entre Nataniel y Zenteno, grupos de estudiantes, trabajadores, ciudadanos y de las Juventudes Comunistas (JJCC) para rechazar la presencia de los transportistas y protestar porque pasaran frente a La Moneda. Hubo incidentes por lanzamiento de piedras, botellas y una bomba “molotov” en contra de los camiones, obligándolos a avanzar rápido. Eso impidió que los vehículos pesados se pudieran parar frente a La Moneda.
Cuando estaba en desarrollo la manifestación de los transportistas, los presidentes de los partidos de la Nueva Mayoría (NM) reiteraron su respaldo al gobierno “en su decisión de no aceptar que se quebrante la ley ni el estado de derecho por parte de cualquier asociación o gremio”.
Agregaron en una declaración pública que “nos parece altamente incoherente e inconsecuente que una asociación gremial que exige cumplimiento de las leyes en materia de seguridad, realice acciones que atentan contra el orden público y contra el estado de derecho. Por ese camino, lo único que se consigue es un circuito de violencia que no va al tema de fondo”.
A la denuncia de la Confederación de Transportistas de Carga (CNTC) y de parlamentarios de derecha que acusaron “despreocupación del gobierno” por lo que ocurre en la zona de La Araucanía, la NM recordó que “el trabajo coordinado ha permitido desde el gobierno, a través de las policías, realizar 60 diligencias policiales desde el 10 de diciembre a la fecha, en el marco de la investigación de diferentes delitos asociados al transporte de carga en todo el país (receptación, hurto, robo con intimidación, asociación ilícita, entre otros)”.
“Respecto a La Araucanía, durante 2015 -añadió la declaración- se han registrado 9 acciones incendiarias, en donde el Gobierno se ha hecho parte querellante en cada una de ellas, de manera de poder ser parte activa en las investigaciones que realiza el Ministerio Público”.
Se recordó que “el gobierno comprometió además, un seguro para pequeños empresarios, que estará disponible a partir de diciembre y; 26 nuevas cámaras de seguridad para la ruta 5 Sur en La Araucanía”.
El rechazo de los trabajadores.
Desde el mundo de los trabajadores y respaldando las declaraciones de Bárbara Figueroa, presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), quien señaló que “la movilización de los dueños de camiones es una suerte de extorsión o chantaje que se estaría haciendo sobre el Ejecutivo”, la directiva de la multisindical emitió una declaración rechazando la de empresarios dueños de camiones del el jueves 27 de agosto.
Se expresó que la manifestación de camioneros “la calificamos de prepotente y desafiante; conductas que los grandes empresarios han venido ejerciendo para oponerse a las reformas estructurales que el país necesita”.
La CUT planteó el rechazo la quema de camiones en el sur, pero aseveró que tras esta movilización de camioneros “se esconde una acción política que busca desestabilizar al gobierno y a la débil democracia”
La Central llamó en su comunicado “a no dejarse engañar, ni amedrentarse por maniobras de la derecha que lo único que pretende es que no se concreten las reformas”.
Comunidades mapuches se manifiestan.
En tanto, el mismo jueves a partir de las 19 horas, comunidades mapuches se reunieron en Plaza Italia para realizar un “Banderazo” en oposición a la acción de los empresarios de camiones. Sus dirigentes sostuvieron que la acción de los camioneros fue una forma de presión para tener más facultades y ejercer libremente la violencia.
La iniciativa, convocada por organizaciones, familias y diversas comunidades mapuche, buscó también exigir el cumplimiento de sus demandas, dentro de las que destaca la desmilitarización y devolución del territorio ancestral. Petición que fue entregada en La Moneda por medio de una carta.
La Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech) respaldó el “Banderazo” que debió terminar por intervención de Fuerzas Especiales de Carabineros que arremetió contra indígenas, estudiantes y ciudadanos en general. Varios jóvenes fueron detenidos y golpeados.
José Figueroa, encargado de los asuntos agrarios e indígenas de la CUT, dijo que “ésta es una movilización de un grupo de camioneros de un sector de La Araucanía que busca crear una imagen de victimización y de paso estigmatiza al pueblo mapuche cuyas reivindicaciones son legitimas”.
Desde la Cámara de Diputados, el diputado socialista Leonardo Soto, presidente de la Comisión de Constitución y Legislación, en conversación con Radio Nuevo Mundo, indicó que “es lamentable que un grupo menor del gremio de empresarios del transporte se crea con el derecho de paralizar la principal carretera del país”.
Añadió que “ellos equivocan enormemente su análisis si creen que pueden tener derecho a paralizar a todo un país. Chile no avanza en solucionar sus problemas con estas conductas y actitudes y las rechazo tajantemente”.
Nueva Mayoría de Chiloé.
Los partidos de la Nueva Mayoría del Archipiélago de Chiloé, también reaccionaron enérgicamente al bloqueo de la carretera 5 Sur. En su declaración pública señalaron que “rechazamos rotundamente estas maniobras de la derecha más recalcitrante, que lo único que pretende es generar un ambiente de desestabilización, tal cual lo hicieran hace más de 40 años, lo cual es refrendado por las palabras de quien se ha erigido como el dirigente de este acto sedicioso, José Egido, el que planteara literalmente que lo que buscan es liberar a Chile, tal cual lo hicieran los camioneros el año 73”.
Manifestaron su apoyo a todas las acciones que realice el Gobierno, tanto legales como disuasivas, que impliquen el desbloqueo de las rutas, que impiden el libre tránsito en nuestras carreteras.
Culminaron su declaración con un llamado a las comunidades indígenas a no dejarse engañar ni amedrentar por maniobras de la derecha “que lo único que pretende es que no se concreten las reformas” para los derechos de los trabajadores.
Una asonada violentista.
Para el periodista y analista Juan Andrés Lagos, lo ocurrido con la acción de los dueños de camiones del sur, corresponde a “una asonada violentista con claridad política explícita y abierta que deja en evidencia que en Chile hay un sector de la derecha que está manipulando situaciones para generar una desestabilización”.
Indicó que “lo que se hizo fue un boicot, una suerte de sabotaje que duró horas, donde se trató de paralizar la Región Metropolitana y en buena parte del país. Se bloquearon rutas, se golpeó a mucha gente como choferes que no estaban de acuerdo con la protesta”.
Para Juan Andrés Lagos, los medios de comunicación jugaron un rol “haciéndose eco de manera impresionante del mensaje de desestabilización y generaron un clima con la imagen de un gobierno intransigente. La construcción mediática apuntó a demostrar que esa intransigencia fue derrotada por los camioneros y ocultaron el sabotaje hecho. El paseo entre La Moneda y la Intendencia de los dirigentes UDI es parte de la presión. Hernán Larraín (presidente de ese partido) amenazó con desabastecimiento, todo fue muy bien fraguado”.
Fuente: El Siglo
Un día de confrontaciones
Organizaciones mapuche de Santiago convocaron a concentraciones y “banderazos”. Con una fuerte declaración, expresaron que la marcha de los patrones “es signo elocuente de una casta que se niega con garras, dientes y balas a perder lo que han ganado mediante el despojo, la muerte y la sangre. Ellos, los históricamente violentos, los que han conquistado riquezas por medio de ríos de sangre, desde la ‘Pacificación de la Araucanía’ hasta la dictadura cívico-militar, hoy pretenden ser presentados como pobres víctimas. Su hipocresía no tiene límites”.
En la concentración frente a La Moneda, con organizaciones de izquierda como el Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR), por la mañana, se encontraron con la provocadora concentración de grupos de derecha liderados por Jorge Luchsinger Mackay. Hubo roces y escaramuzas. Gritos cruzados.
La CONFECH convocó a una movilización que reunió a 80.000 en Santiago, con marchas también en Valparaíso, Concepción y Puerto Montt, entre otras.
Organizaciones sindicales manifestaron su repudio. La presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa, manifestó que se trató de una acción violentista el intento de ingresar los 13 camiones quemados a Santiago.
Los trabajadores del transporte agrupados en la FENASICOCH, en una Conferencia de Prensa con la presencia de la directiva de la CUT Bárbara Figueroa, Arturo Martínez y Nolberto Días, declararon que «los trabajadores del transporte vamos a defender la Democracia, no los intereses de las empresas».
El presidente de la Federación Nacional de Sindicatos de Transporte Forestal Heriberto López, expresó que «quienes hoy avanzan hacia Santiago son gente que está de alguna manera orquestada por la derecha, porque es cosa de ver no más las fotografías por dónde pasan, quién los recibe: no es el pueblo, sino son los terratenientes de las zonas donde ellos van transitando».
Agregó que “entre Mulchén y un poco más allá de Temuco están concentradas, al menos por parte de Forestal Mininco, miles de hectáreas que todos sabemos que se hicieron parte de esta compañía de CMPC en la dictadura . Hay muchos juicios, traspasos de terreno que no están muy claros y eso las comunidades lo han hecho saber”.
Por su parte, el presidente de la Federación de Trabajadores del Cobre, Raimundo Espinoza, respaldó la posición de la CUT, señalando que esta situación “nos recuerda momentos amargos y tristes que ha vivido nuestro país con este mismo sector. Hoy somos testigos de la inestabilidad que se está produciendo en Chile. No podemos permitir que Santiago esté bloqueado en todas sus vías de acceso. Tenemos la capacidad de defender la democracia en nuestro país y no vamos a aceptar que un sector golpista como lo fue en el pasado, logre desestabilizarla”.
Los estudiantes, trabajadores y mapuche, no descansarían. Se concentraron en el “banderazo” de la tarde en Plaza Italia, y en la concentración en La Moneda para repudiar la entrada de los dueños de camiones. Levantaron barricadas, apedrearon la llegada de los camiones, se enfrentaron a los grupos de derecha presentes.
Las verdaderas intenciones de la ofensiva de los empresarios y la derecha, en una jornada de polarización política y social, y una situación política inestable.
La derecha ya cantaba temprano “Chi chi chi, le, le, le, que se vaya Bachelet”. Revelaron así las verdaderas intenciones de la ofensiva derechista.
Agregaban otros cantos más como “Bachelet, Bachelet, terrorista de la UP”.
No buscaban nada. Entregaron una carta para decir “que se aplique la ley anti-terrorista”. ¿Entonces? Se trató de generar un hecho político para hacer girar toda la situación a la derecha.
¿Lo lograron? No. La jornada fue de polarización.
Por la noche, se repetiría el canto, y se agudizaría. Los grupos derechistas de apoyo a los dueños de camiones lanzaron gritos pidiendo la renuncia de Bachelet. También “marxistas son los terroristas”.
La respuesta fue “La UDI fascista son los terroristas”.
Se recordó repetidas veces los ’70, que en esos años fueron los dueños de camiones actores principales en la conspiración golpista. Se los acusó de ladrones, explotadores, abusadores. De que ya les conocían ese historial.
Una historia de enfrentamientos políticos y de clase, que no ceden su lugar. Guardados en la historia política de Chile, se activan.
Lejos se está de aquel entonces. La burguesía tiene una relación de fuerzas favorable, aunque cuestionada. Las grandes organizaciones sindicales, sociales y políticas de los trabajadores y el pueblo, están debilitadas. Pero, ninguno de los grandes problemas y contradicciones han sido resueltos. Y peor aún, han sido agravados. La herencia de la Dictadura pena sobre un sistema político debilitado y deslegitimado.
La activación de aquellos años de choques entre las clases, no es mero ritual, ni mero resabio. Una situación política inestable, los actualiza. Y nuevas dinámicas y fenómenos políticos y de la lucha de clases, se están gestando con la apertura de un nuevo ciclo político y un nuevo ciclo de la lucha de clases desde el 2011.
La jornada de ayer, no fue de confrontación en la lucha de clases, sino que política. No fue un tropiezo en el escenario político. No fue un problema de “errores” del Gobierno, al impedir el acceso de la marcha de los dueños de camiones a Santiago. Fue el signo de una situación política inestable.
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Estudiantes ocupan la UDI y entregan “camiones de la sedición”
Esta mañana estudiantes de diversas organizaciones ocuparon pacíficamente la sede de la UDI para entregar los “camiones de la sedición”, en protesta por la movilización de los camiones de la Araucanía que ayer pasaron frente a La Moneda, acción que fue respaldada por el partido de la Alianza.
En la funa, la vicepresidenta de la Fech, Javiera Reyes, expresó que “hoy vinimos a entregar los camiones de la sedición a la UDI para pararle la mano a los dueños de Chile, para que los beneficiados de la desigualdad se hagan cargo de lo que provocaron: una tremenda cortina de humo que desvía la atención de lo que verdaderamente necesita el pueblo de Chile para tener justicia: cambios sustanciales en educación, Salud, Previsión, Trabajo y Constitución. No deja de ser curioso que el gran empresariado y los dirigentes de la UDI y RN, sean opositores a todos estos cambios, pero de la noche a la mañana se tomen carreteras para cuidar lo suyo, dañando a otros vehículos e impidiendo el paso a niños enfermos. Esto es digno de una escena de sedición de lo peor que hemos visto en Latinoamérica”.
Por su parte, Ricardo Paredes, vocero de la Cones, manifestó que «la pataleta del poder económico ha llegado a niveles pocas veces visto desde el regreso a la democracia. Para colmo, los movimientos sociales debemos soportar la impresentable actuación del ministro Jorge Burgos, quien se ha convertido en un verdadero buzón de los mensajes y estrategias del empresariado para torpedear los cambios. Es triste comprobar que el movimiento estudiantil, que lleva décadas marchando, no ha recibido ni un saludo de Burgos; mientras que los gremios respaldados por la UDI, con un show de 6 camiones, son recibidos con las puertas abiertas en La Moneda. Tienen línea directa parece»
En tanto Diego Martínez, consejero superior de la Usach, expresó que “no puede ser que el gran empresariado, los mismos que se han beneficiado por décadas de un modelo económico hecho a su medida, recurran hasta lo impensable para mantenerse como una casta privilegiada. Lo que vimos ayer fue un verdadero ejercicio de enlace, como no lo veíamos hace 20 años, en el que los empresarios del transporte de nuestro país, amparados en partidos de derecha, avisaron que son capaces de llegar a lo último con tal de que no los toquen. Chile necesita cambios, necesita que el cobre sea para el pueblo, necesita que los ricos paguen los impuestos que deben pagar y no necesita cortinas de humo que cambien el rumbo de la agenda”.