Los resultados electorales del FA están muy por debajo de sus propias expectativas. Se posiciona en un espacio que siempre ha existido sin agregar un plus. Sus dos líderes significativos han tenido un modestísimo desempeño en sus respectivos distritos y el mejor recaudo electoral en la Región Metropolitana lo han tenido en Ñuñoa, Providencia y La Reina. En las zonas más pobres del país sus recaudos son paupérrimos.
Se dice que es una fuerza nueva y emergente; como marca FA, esto es verdad. Pero sus conocidos dirigentes están en el Parlamento hace casi cuatro años y organizaciones como Revolución Democrática han estado
masivamente en el Gobierno y en ministerios tan claves como Educación.
El rudimentario Ossandón es electoralmente más que las 12 organizaciones del FA juntas.
La fórmula FA se ha planteado en el momento de mayor debilidad del duopolio que gobierna a Chile en los últimos 27 años y que domina la política en los últimos 30 (desde la disolución del MDP). Hay una situación de
corrupción generalizada y la escasez de trabajo se nota en la cotidianeidad de tantos vendedores ambulantes en el Metro y un precio del cobre muy deteriorado.
¿A qué se debe este pobre resultado electoral, cuando las condiciones objetivas estaban dadas, como nunca?
1.- Los dos candidatos del FA eran débiles, independientemente de su propia percepción de sí mismos, carecían de carisma, trayectoria y arraigo en una zona o actividad determinada de la vida nacional. Ossandón era fuerte
en Puente Alto, los frenteamplistas no tienen un plus propio.
La periodista Sánchez cometió errores de aficionado en sus presentaciones públicas y terminó dando disculpas por escrito cuando, faltando a la verdad histórica, señaló al Gobierno del Dr. Allende como totalitario, cosa que no
había hecho ni el conservadurismo más recalcitrante.
Edad ya tienen, Allende antes de los 30 era ministro y diputado influyente. Miguel Enríquez era un líder cautivante con la edad de los actuales dirigentes.
2.- Su percepción mesiánica de sí mismos los condujo a errores graves.
a.- Fueron sistemáticos en despreciar y agredir ora a Salvador Allende, ora a Fidel Castro, ora a la Revolución cubana. Un Mayol, que no ha ganado nunca una batalla política, tratando a Allende de ingenuo, fue patético. Eso fue
peor que un error. Si no les gustaban, era mejor que se quedaran callados, París bien vale una misa. Todo proyecto político reivindica una parte del pasado; reivindicarse a sí mismos como fundadores de la historia conduce a
los peores desastres y no es propio de personas inteligentes.
b.- Elevaron las expectativas electorales al cielo. Ahora, vueltos a la realidad, eso hace de la percepción algo desastroso. Hablaron de disputar el poder ahora, en esta elección. Después de escuchados los resultados, la Sra.
Sánchez lo reiteró, Napoléon ya lo había dicho, la separación entre lo sublime y lo ridículo puede ser tenue.
c.- Rechazaron de manera excluyente todo ofrecimiento de apoyo. Incluso cuando los candidatos estaban nombrados. Se quedaron en solitario con su mesianismo. Un proyecto político de alcance nacional necesita de
nombres, caras, trayectorias que digan algo a la opinión pública nacional. La vieja izquierda que escuchó a Allende y resistió a la dictadura, incluso con los fusiles en la mano, no debió ni merecía ser despreciada por quienes
tuvieron como acto fundacional marchas por la Alameda autorizadas por la Intendencia metropolitana.
d.- Es una ley de la política que el mesianismo lleva al autoritarismo. El proceso de construcción del zonal del FA se inició vía Internet, se eligieron candidatos por votación de Internet. La política es cosa de seres humanos, que
viven y sienten. Toda revolución tiene una dosis de “locura” que es el resultado de un enamoramiento con una idea. Para ello hay que ver, escuchar, sentir.
e.- Cometieron errores graves con una política mesiánica y excluyente. Les cerraron la puerta en la cara a grandes y chicos. Solo ellos y sus doce organizaciones, algunas de las cuales sacaron 3.000 votos en la última elección
municipal en el país.
Excluir al senador Alejandro Navarro fue un error político monumental. Habría aportado 200 mil votos a la primaria FA, no habría ganado y el resultado sería exitoso. Se optó por excluirlo y no darle un tratamiento político al
problema político. Eso no fue inteligente.
Echar de mala manera a Mariano Rendón y sus ecologistas solo tenía los rasgos de la prepotencia y el ajuste de cuentas personal.
3.- Todo lo anterior se sintetizó en la opinión ciudadana de que no están preparados para gobernar y no solo por una cuestión generacional. Los votantes descartan a quienes no son capaces de mostrar gobernabilidad.
Más sabe el diablo por viejo que por diablo.