Hoy la sociedad humana sufre los embates de una economía de mercado, donde el modelo del neoliberalismo aplica políticas de ajustes financiero. En la últimas décadas del Siglo XX, el Fondo Monetario Internacional (FMI), logró aplicar a través de dictaduras militares, el control de las economías de América Latina, con políticas recesivas y de gran impacto en los sectores sociales.
Durante el siglo XX, las economías de América Latina mostraron una especial vulnerabilidad ante los choques desencadenados por las variaciones de precios de los productos básicos, los movimientos de las tasas de interés internacionales y las fluctuaciones del volumen y la dirección de las corrientes de capital.
Estos factores han obrado recíprocamente y agudizado los cambios en la política económica interna, lo que se ha traducido en una alta volatilidad de los indicadores económicos claves como las tasas de consumo e inversión, el tipo de cambio real, la inflación, los equilibrios fiscales y externos y el ritmo de crecimiento del PIB.
En toda esta etapa de inserción de modelo neoliberales, se pudo comprobar la vulnerabilidad permanente de América Latina a los choques externos en la nueva era de la economía de mercado. Lo que hace recordar la opinión del economista Raúl Prebisch, en un trabajo para la CEPAL de que, al formular la política económica interna, deben considerarse especialmente las fuerzas económicas internacionales.
Por una parte, las recomendaciones originales de política de Prebisch, con la necesidad del proteccionismo comercial, las fueron abandonadas en favor de los esfuerzos de reforma del mercado en curso en América Latina.
Por otra parte, las viejas preocupaciones relativas a la vulnerabilidad externa han vuelto demostrarse en los años 90, especialmente luego de las crisis mexicana y asiática. El nuevo desafío es descubrir cómo América Latina y otras regiones emergentes pueden enfrentar los choques externos en el marco de una economía de mercado global.
Estas precisiones de la CEPAL de la apertura del mercado, marco a fines del siglo la conformación de la Asociación de Libre Comercio de América (ALCA), la cual intento asociar a los países latinoamericanos, a los Tratado de Libre Comercio (TLC), para fortalecer sus acuerdos neoliberales, logrados en los golpes militares.
Esta nueva penetración de capitales y de privatización las empresas estadales, como de los servicios luz, agua, entre otros entes estatales.
Varios países del Continente le pusieron un freno al ALCA
Surgen nuevos aires de cambio en nuestra Latinoamérica, la presencia y las propuestas del presidente comandante, Hugo Chávez Frías, junto a Fidel Castro de Cuba, el fallecido presidente Néstor Kirchner, de Argentina, lograron frenar una nueva oleada de neoliberalismo, en la cita de Mar del Plata, Argentina.
Luego con el triunfo de Evo Morales, en Bolivia, Rafael Correa, Ecuador, Daniel Ortega, Nicaragua, junto a los presidentes de la cita de Argentina, con las propuestas del presidente Chávez, armaron una nueva geopolítica regional.
El fortalecimiento del Mercosur, la ALBA como un mecanismo entre naciones más de izquierda, con una visión más cooperativista y amplia en el comercio, UNASUR mecanismo de defensa de Suramérica, entre los países y presidentes, que aglutino a las naciones de esta área, posteriormente la CELAC se convirtió en un mecanismo de debate y alianzas, abarcando a todas América Latina y El Caribe, como un espacio más amplio que la OEA y sin la presencia de EEUU y Canadá.
El promisorio siglo XXI dio una década y media de avances boicoteados por EEUU
Todos estos avances en el siglo XXI hoy son saboteados por EEUU, como sus trasnacionales, como las ambiciones del presidente Barak Obama, de aplicar su libre comercio en los gobiernos progresistas o de tendencias socialistas, los distintos planes, desde intentos de golpe en Venezuela, Ecuador, Brasil, presiones a Bolivia.
El decreto Obama surge como un freno al gobierno del presidente Nicolás Maduro, pero también un mensaje a otras naciones de la región, la maniobras con los países del Caricom, eran para aislar a Venezuela y obligar a estas naciones, a salirse de los acuerdos con los acuerdos petroleros de Petrocaribe, como posteriormente surge una nueva conspiración, el uso de Guyana, para generar una crisis con Venezuela, a través de la Exxon Mobil, en la explotación de aguas territoriales en litigio con Venezuela.
Todas estas estrategias no son nuevas, son parte de las campañas desestabilizadoras de la CIA, USAID y el Departamento de Estado, que buscan controlar los mercados, desde el petróleo, gas, agua, oro, hasta la venta de drogas en el mercado más grande de consumo, que son los ciudadanos estadounidenses.
Todas estas acciones de darle al FMI, el papel de un mecanismo de chantaje, hasta de acciones militares, como fueron en el siglo pasado, no le alcanza a este organismo trasnacional, similar a los controles de España en la conquista de América, hasta parece una imitación del imperio romano, que devastaban a otros pueblos y le cobraban impuestos.
Como dicen los viejos adagios “cuando vea las barbas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo”, en referencia a la crisis de Europa, donde el FMI y la Troika, han devastado a España, Portugal, y ahora han llevado al borde del suicidio al gobierno griego.
Esta realidad es el nuevo sueño americano, llevar a nuestro continente a seguir siendo el patio trasero, para seguir explotando y vaciar nuestras riquezas.
Fuente: Barómetro Internacional