sábado, septiembre 28, 2024
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Ediciones Vigía: El Arte de Crear Libros Humanos

Estela Ación mira a cualquier lugar. La gente, a su alrededor, parece únicamente obsesionada con la estética de los tumultos. Estela Ación quizás lleve tres días anclada al mismo sitio. Sin moverse. Impávida si se quiere.

Le preguntamos por Ediciones Vigía, el lugar donde trabaja desde hace varios años, y sonríe. Acepta, temerosa, a conversar. Habla despacio, con una cadencia leve que lo condiciona todo.

Refiere que en sus inicios, la editorial surge con el objetivo de publicar a escritores que no tenían un espacio. Posteriormente, le abrieron las puertas a varios escritores nacionales y a los clásicos de la literatura universal.

“Una, además de editora, tiene que ser artesana, si no los libros no salen. Son hechos a manos. Se hacen doscientas copias de cada volumen. Tiene que haber mucha paciencia. Si todos no nos incorporamos a la artesanía, incluyendo a la directora, los libros no salen”, menciona.

Nos dice que para el diseño se utiliza cualquier tipo de material. Tela, arena, cáscara de huevo, tul, alambre. El producto final es una amalgama de piezas, una construcción sui géneris.

Muchas personas pasan. Toman fotos. Muchas personas tocan poco los libros de Vigía. Señalan con los dedos. Algo les llama la atención pero no tocan, no preguntan, no interrumpen.

“A la vez que llega a la editorial un texto y se decide que va a ser publicado, se le entrega al diseñador; éste hace un prototipo y lo envía a la editorial. Después se reproduce doscientas veces cada cosa que el artista pensó. Cada elemento que estará en el libro hay que confeccionarlo de manera independiente y después, en busca del producto final, se arma”. Estela reitera en ocasiones, regresa sobre la marcha, resume.

Nos dice que les cuesta bastante trabajo confeccionar el papel. “Perdemos mucho tiempo en ello, por eso trabajamos fundamentalmente con papel reciclado del bagazo de la caña de azúcar. Pasamos mucho trabajo con los materiales. No obstante, recibimos muchas donaciones del extranjero de parte de amigos que nos mandan el papel, el acrílico, pinceles”, puntualiza.

Comenta que en esta ocasión, en la sede de La Habana, no van a presentar ningún libro nuevo. “Todo lo dejamos para cuando la Feria llegue a Matanzas. Ahora bien, en este stand, tenemos producciones nuevas como Dos patrias, de José Martí; El trabajo del hacha, de Alejandro Ponce Ruiz y Dolores María Ximeno. Otras miradas, de Mireya Cabrera”.

Cuenta que casi todos los galardonados con el Premio Nacional de Literatura han confiado en Vigía. Tienen bajo sus colecciones obras de Cintio Vitier, Fina García Marruz, Dulce María Loynaz, Miguel Barnet y otros destacados autores cubanos.

Explica que hay ejemplares que, si su diseño es sencillo, son terminados en un mes; otros, pueden demorarse hasta seis meses, entre la complejidad y la falta de materiales, en ese caso se encuentra la muy solicitada y bella Revista del Vigía.

Sobre la preferencias de los lectores, según recuerda, “un libro de Lorca y otro de Nancy Morejón, son dos de los que han tenido mayor aceptación dentro del público”.

En abril del 2008, Ediciones Vigía fue galardonada con el premio Estrella Internacional a la calidad en la categoría ORO durante la XII Convención International Star for Leadership in Quality de París. El reconocimiento —que forma parte del programa anual de Premios Business Initiative Directions, para reconocer el prestigio de destacadas empresas, organizaciones y emprendedores— por primera vez fue otorgado a una editorial cubana y responde al trabajo que por más de 23 años ha desarrollado el sello editorial matancero.

“Hay bibliotecas importantes que coleccionan nuestros libros. El mercado que más nos busca es el norteamericano. En el MoMA (Museo de Arte Moderno) de Nueva York hay una colección completa de todo lo que hemos hecho desde el año 1985 hasta la actualidad”, dice emocionada Estela antes de comentarnos que es Linda Howe, una catedrática de ese país quien se encarga de colocar las creaciones de Vigía en el célebre museo y de hacer las traducciones.

Estela prefiere, casi al final, no hablar de retos, más bien exterioriza la preocupación que ronda a todo editor de libros manufacturados en la era digital. Dice que ahora las personas están consumiendo mucha ciberliteratura.

Estela es capaz de trasladarlo todo al ámbito de los sentidos, como si toda salvación, a fin de cuentas, se redujese a mecanismos subjetivos:

“No es lo mismo el hecho de poder tocar el libro, manosearlo. El lector debe sentirse estimulado porque está ahí lo que la persona hizo, sus sentimientos, sus emociones. Nosotros hacemos un libro humano, un objeto íntimo, precioso, tanto por su contenido como por su forma”.

Ediciones Vigía fue fundada en 1985 con el propósito inicial de vincular a los escritores matanceros con la literatura universal y con las creaciones de autores nacionales.

Fuente: Cubadebate

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