La información preliminar brindada por el Ministro de Economía y Planificación en la recién concluida Asamblea Nacional (1), ha corroborado el pronóstico de crecimiento del 4% para el año 2015, cifra que supera notablemente el 1% del 2014 y el promedio de 2,4% del período de 2009 a 2014.
Adicionalmente esta cifra se inscribe en el 6º lugar entre los 33 países que integran la América Latina y el Caribe, región que de conjunto decrece -0,4% este año, según datos de la CEPAL (2).
Entre los factores que más incidieron en estos resultados se encuentra el favorable resultado de la política financiera externa que el país ha venido desarrollando en los últimos años, unido a un escenario internacional más favorable a partir de los impactos indirectos del 17 de diciembre de 2014.
En efecto, la combinación del impulso al proceso de renegociación y pago de la deuda -con un servicio previsto de 5 661 millones de dólares para el 2015, lo que representa alrededor del 5% del PIB-, con la finalización justo al cierre del pasado año del proceso de renegociación del Club de París, donde se obtuvo una condonación del 70% de los adeudos y facilidades para liquidar el resto en 18 años; elevó notablemente la confianza financiera en el país y –por ende- la capacidad para obtener nuevos créditos.
Este desempeño se reflejó en la mejoría de la calificación de riesgo de Cuba, que la agencia Moody’s elevó a Caa2, lo que significa pasar de una categoría estable a una positiva.
La mejoría en el escenario financiero externo también permitió ejecutar la contratación anticipada de créditos ya desde 2014 y realizar anticipos de liquidez a las empresas para garantizar un mejor ritmo en los suministros importados.
Por otro lado, otra de las consecuencias visibles del nuevo escenario de relaciones con EEUU ha sido el crecimiento del número de turistas que visitaron el país en 2015. Según estimados se alcanzó una cifra en torno a 3,5 millones de arribos, para un crecimiento cercano al 18%, lo que permite suponer ingresos brutos superiores a 3.000 millones de dólares, un 14,2% más que el año precedente.
No obstante aunque todavía no se cuenta con las cifras totales del valor de las exportaciones e importaciones ejecutadas, se puede apreciar que en las exportaciones de bienes se registró una caída del 48,3% en el precio de la tonelada de níquel entre diciembre 2015 y la misma fecha del año anterior. Estos precios –salvo algunas oscilaciones- han venido cayendo un 64% durante los últimos 5 años en el mercado mundial y no se pronostica que se recuperen por encima del 11% del nivel del 2014 para el 2020.
Por su parte, los precios del azúcar exportable se previeron a 17 centavos la libra, pero alcanzaron niveles sobre 13 a 14 centavos solamente, con una producción en torno a los 1,9 millones de toneladas de azúcar crudo, cifra inferior a lo planificado, aunque crece un 17,8% en relación a la zafra anterior.
También resultaron afectadas por la caída en los precios las exportaciones de derivados del petróleo del país, cuyo valor cayó un 56% en el año pasado.
Globalmente, según estimados del Economist Intelligence Unit, el valor de las exportaciones de bienes disminuyó un 15,1% en 2015 (3).
Las importaciones de alimentos se situaron sobre los 1 965 millones de dólares, cifra un 4,5% por debajo del año 2014, en la que incidió un discreto nivel de sustitución de importaciones y una caída en los precios promedio del mercado mundial de 20,7% en el año.
Esta tendencia a mantener precios bajos al parecer se sostendrá durante los próximos 5 años.
La reducción del precio del petróleo se mantuvo durante el pasado año. Los precios del WTI bajaron de un promedio de 93.06 USD el barril en el 2014 a 49.31 en 2015, para un descenso del 47%. Esta disminución en los precios se previó que tendría un efecto positivo en las importaciones por alrededor de 500 millones de dólares en 2015, aunque habrá que revisar su impacto global considerando sus consecuencias en los ingresos de Venezuela y su incidencia en la exportación de servicios cubanos a ese país.
Por su parte las inversiones extranjeras han registrado un modesto incremento, con unos 40 nuevos negocios desde la emisión de la nueva Ley de Inversión Extranjera en marzo de 2014 y los ingresos por este concepto en el pasado año se sitúan en un estimado de 350 millones de dólares.
No obstante, a pesar de los positivos impactos registrados en las finanzas internacionales, los mismos son solo relativos, ya que el bloqueo económico de Estados Unidos continúa teniendo una negativa influencia, acumulado un costo de 121 000 millones de dólares hasta 2014.
De este modo, durante 2015 continuaron presentes las tensiones de liquidez que se agudizaron en la segunda mitad del año.
Resulta ahora de interés examinar el desempeño de los diferentes elementos de la economía interna que tributaron al crecimiento del 4% en 2015.
Evolución favorable
La evolución económica del país en el 2015 fue sin dudas favorable al lograrse un crecimiento del 4% en el PIB y de ello un 61,1% en la esfera de la producción material.
Probablemente el mayor avance se logró en las inversiones, que alcanzaron 6 911 millones de pesos frente a 4 729 en 2014, lo que representa un incremento del 46,1% y donde se cumplió el plan previsto al 96%.
También se elevó el nivel de los inventarios de 12 000 millones de pesos a 19 000 millones en los últimos tres años, lo que cubre el 23% del PIB en 2015, brindando un nivel de aseguramiento creciente para la economía nacional.
De tal forma, ya desde que se elaboró el plan del pasado año se previeron cifras de crecimiento muy superiores al 2014, lo que puede apreciarse en la siguiente tabla donde se incluye lo planificado para el 2015 y lo estimado que se obtuvo en ese período en porciento.
Como ya se señaló en la primera parte de este artículo, una significativa diferencia en la calidad de la gestión macroeconómica del pasado año radicó en una mayor disponibilidad de financiamiento a partir de una política encaminada a renegociar y pagar una porción significativa de la deuda externa pendiente de liquidación. Ello permitió contar con créditos desde el verano del 2014 que aseguraron una buena parte de los suministros externos, tomando en cuenta que para alcanzar un crecimiento del 1% en el PIB en las condiciones de Cuba, se requiere un aumento en las importaciones de entre 2 y 3%.
No obstante, no todos los sectores cumplieron en la misma medida el plan previsto y en un grupo de ellos se destacan los resultados alcanzados. Este es el caso de la industria, que de un retroceso en 2014, creció casi un 10% en el pasado año con significativos aumentos la producción de piensos (20,5%), tejidos (22%), madera aserrada (15,6%), pintura (34,5%), jabón de tocador (18,8%), neumáticos (14,6%) y cerveza (7,5%), entre los renglones más importantes.
También la industria azucarera creció logrando una zafra de 1.924 mil toneladas de azúcar, lo que representa un incremento físico de 17,8%, el mayor de los últimos años.
A pesar del negativo impacto de la sequía, la agricultura mantuvo un crecimiento del 3,1% y aunque no se dispone del desglose de este incremento, examinando las cifras de la ONEI sobre ventas de productos agropecuarios hasta septiembre, puede observarse que las ventas en el mercado minorista disminuyeron un 3,3% en términos físicos y en valor un 3,9%. A partir de estos datos se aprecia que en el mercado minorista no se refleja un aumento en la disponibilidad de productos que, o bien pasaron al autoconsumo, o se comercializaron por otras vías no autorizadas.
Igualmente vale destacar que en el año 2015 se continuó la reestructuración del sector estatal agropecuario, en tanto que se extinguieron o fusionaron 23 empresas que presentaban pérdidas continuadas. También se eliminaron los subsidios en los precios de un conjunto de insumos y se rebajaron sus precios entre un 30 y un 60%, mientras que los precios de acopio se fijaron con márgenes de utilidades entre un 30 y un 60%.
Todas estas medidas suponían que no se elevaran los precios minoristas, pero eso no se logró, ya que por diversos motivos se reportaron incrementos de estos especialmente en los últimos meses del año.
El debate público que se ha desatado a partir de esta situación ha llevado a examinar críticamente el sistema de comercialización de productos del agro, donde evidentemente existe un margen de especulación notable en el precio de venta de diversos de productos. Por otra parte, habría que revisar más detenidamente las fichas de costo de un grupo de productos en donde se registran elevados precios en varios insumos, incluyendo aquellos que se venden en las TRD, así como en el costo de la mano de obra agrícola y en los combustibles.
Estos temas requieren de un análisis más integral para arribar a conclusiones mejor fundamentadas. No obstante, si resulta evidente que ante mercados cuyos precios no están regulados centralmente, el Estado debe competir con una oferta creciente para estabilizar o reducir los mismos, tal y como ha venido ocurriendo en casos como la venta liberada de arroz, que requirió una oferta asegurada de 85 000 toneladas el pasado año. Otras opciones –tales como topar precios- si no se tiene una oferta suficiente para mantenerlos, no van a ofrecer los resultados que se esperan.
Por su parte las construcciones crecieron significativamente luego de una caída en 2014, destacándose el aumento de 22,6% en los recursos para mantenimiento, aunque la cifra de viviendas terminadas solo crece 9,8% en un contexto donde un 40% de las mismas presentan problemas, según el Censo de 2012.
En el balance de la energía se observa que la producción de petróleo equivalente alcanzó 3 891 mil toneladas para un 2,7% de reducción en el 2015, aunque el índice de intensidad energética bajó a 94,5 toneladas por millón de pesos de PIB, un 2% menos que el año anterior. El consumo de combustible fue de 8 206 mil toneladas, del cual se importaron 5 538 mil toneladas (67,5%) y se exportaron 827,3 mil por un valor de 326,7 millones de dólares, un 36,6% menos que en 2014 producto de la caída de los precios en el mercado internacional.
Los indicadores de empleo y salarios muestran que el empleo estatal disminuyó 3,7%, en tanto que el no estatal creció 1,6% y ya este último representa el 29% del total. La productividad del trabajo creció un 6,7% -por encima de la cifra prevista- mientras que el salario medio llegó a 640 pesos mensuales, para un 9,4% de incremento. El índice de desempleo bajó a 2,4% de un 3,1% el año anterior.
Entre los indicadores sociales destaca la tasa de mortalidad infantil por mil nacidos vivos, que fue de solo 4,3.
(*) Asesor del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM). Fue Ministro de Economía de Cuba.
Fuente: Cubadebate
Notas
[1] La información que se utiliza en el artículo –salvo que se indique otra cosa- proviene de esta fuente, según la transmisión efectuada por el espacio Mesa Redonda, del miércoles 30 de diciembre de 2015.
[2] Ver “Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2015” Santiago de Chile, diciembre de 2015 en www.repositorio.cepal.org
[3] Ver Economist Intelligence Unit “Country Report Cuba. December 2015” en www.eiu.com