Los drones, naves no tripuladas que Estados Unidos usa fundamentalmente para espiar comenzarán a ser utilizadas para la vigilancia en la frontera con México. Con el fin de controlar la inmigración ilegal que permanentemente intenta cruzar el río Grande hacia el norte se construirá una pista especial para el aterrizaje dedrones en terrenos del Fuerte Bliss, en El Paso, Texas.
Según difundió el portal Defense Systems, el aeropuerto estará listo en el 2016 gracias a un contrato por 33 millones de dólares que el ejército pagará a la multinacional SGS para que lo construya. La decisión se dio a conocer en medio de una campaña de activistas que se oponen a este tipo de tecnología aeroespacial con fines bélicos.
Los detractores de esta tecnología, denuncian que ella es utilizada para cometer asesinatos selectivos, y por ello muchos han ido a parar a la cárcel. El caso más emblemático es el de Mary Anne Grady Flores una abuela de 58 años que vive en Ithaca, Nueva York. Ella es activista de la organización Upstate Drone Action fundada en 2010, y por sumarse a las protestas ante la base aérea de Hancock Field, vecina a Siracusa, desde donde se manejan a control remoto los aparatos no tripulados que sobrevuelan Afganistán fue condenada a un año de prisión y al pago de una multa de mil dólares.
La condena la impuso el juez David Gideon el mismo que le concedió una orden de restricción al coronel de la base, Earl Evans, quien argumentó en los tribunales que los manifestantes de Upstate eran un riesgo para su seguridad personal. Al criticar el rol del juez Gideon, la abuela condenada dijo: “La última perversión es la reversión de la verdadera víctima en este caso: ¿el coronel de una base militar cuyos drones asesinan a personas inocentes al otro lado del mundo o las personas inocentes que son las que realmente necesitan protección del terror de ataques de drones estadounidenses?”.
La construcción de las pistas en Texas, permitirá que desde el aeródromo militar maniobren dos tipos de drones: el Grey Eagle y el modelo Shadow. El primero es el más utilizado por las fuerzas armadas de EE.UU. Tiene 8,8 metros de largo y una autonomía de vuelo de 30 horas. También es el de mayor tamaño entre estos aviones robotizados. El Shadow se lanza con una catapulta, su longitud es de 3,3 metros y puede volar hasta 6 horas. El Grey Eagle ha servido como arma de ataque en Irak y Afganistán; el segundo para hacer inteligencia y vigilancia.
