domingo, noviembre 24, 2024
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Dossier: ¿Quién es Usted, Mr. Trump, y Hacia Dónde Va?

 

Fred Vitale (*)

«No se puede detener la catástrofe neofascista con el desastre neoliberal.» Dr. Cornel West, delegado pro-Bernie Sanders a la convención nacional demócrata, votante de la Dr. Jill Stein, agosto de 2016.

Esta predicción del Dr. West en agosto – que no se puede detener la catástrofe neofascista, Donald Trump, con un desastre neoliberal, Hillary Clinton, resultó ser verdad.

A pesar de gastar cinco veces más dinero, contar con el apoyo total del aparato del Partido Demócrata, los principales medios de comunicación privados y varios líderes republicanos clave, Hillary Clinton no pudo derrotar a Donald Trump.

Donald Trump no es un político; no ha sido republicano. Ha contribuido a ambos partidos a lo largo de los años. Nunca ha tenido un cargo electivo. Al comienzo de las elecciones primarias, los republicanos tenían diecisiete candidatos.

Eran en su mayoría republicanos con fuertes apoyos, como Jeb Bush, el hermano del ex presidente George Bush, que contaba con un cofre de guerra de 150 millones de dólares. Las primarias vieron como un candidato detrás de otro del establishment caían a medida que Donald Trump ganaba en un estado después de otro.

Trump ridiculizó a sus contrincantes republicanos y su último candidato presidencial. Hasta que fue repudiado por todos los principales líderes republicanos pasados y el presentes.

Trump habló en contra de los acuerdos de libre comercio que han devastado a muchas familias y comunidades de la clase trabajadora. Visitó ciudades donde las fábricas han cerrado. Prometió romper los acuerdos y «volver a hacer grande a América». Prometió no privatizar la Seguridad Social.

También hizo comentarios racistas (1) amenazantes sobre los inmigrantes mexicano-americanos, comentarios sexistas sobre mujeres, y comentarios xenófobos contra los musulmanes, incluyendo la prohibición de que puedan viajar a Estados Unidos.

Alentó ataques físicos contra personas que estaban en desacuerdo con él en sus mítines. Los grupos racistas de derechas en los Estados Unidos, como el Klu Klux Klan, lo apoyan abiertamente.

Donald Trump es un populista derechista millonario cuya turbulenta elección refleja la profundidad de las crisis económica, social y política en los Estados Unidos.

Durante los años de Obama, el nivel de vida de la clase trabajadora ha seguido cayendo. Los salarios están estancados; el crecimiento del empleo es anémico; los trabajos creados pagan salarios muy bajos. Cientos de miles de familias perdieron sus hogares por deshaucios bancarios. Fueron obligados a mudarse con sus familiares, reducir el tamaño de su vivienda o quedar sin hogar.

Recientemente se publicó que el único sector de la población cuyas condiciones sanitarias habían empeorado sustancialmente es la de los varones adultos blancos con educación secundaria, como consecuencia de suicidios y sobredosis de fármacos opiáceos. Esto es un resultado directo de la crisis económica.

A finales de octubre de 2015, el senador independiente de Vermont Bernie Sanders decidió presentar su candidatura, se declaró demócrata y se comprometió a apoyar al candidato demócrata. Comenzó a hacer campaña contra el TLCAN y el libre comercio, contra el dominio de Wall Street sobre la vida política, a favor de una sanidad universal pública, la reducción de la deuda estudiantil y la educación pública gratuita incluyendo la universidad.

Como dijo más tarde, quería participar en la campaña para plantear esos temas, sin pensar que si podría ganar o no la nominación demócrata. Por eso comenzó su campaña tan tarde. Muchos de sus partidarios no pudieron votar por él en las primarias. Proclamó su candidatura demasiado tarde como para que el Partido Demócrata pudiera incluir sus papeletas en sus elecciones primarias estatales.

La campaña de Sanders despegó. Sus mítines fueron los mayores en comparación con cualquier otro candidato republicano o demócrata. Le apoyaron miles de personas en todo el país de octubre de 2015 a julio de 2016. Ganó primarias importantes.

Bernie Sanders es un socialista declarado y un populista de izquierda. Su candidatura cambió el rostro de la política estadounidense. Ha sido un candidato abiertamente socialista inmensamente popular. Muchos de nosotros estamos convencidos de que si hubiera sido el candidato demócrata, habría derrotado a Trump. La historia de cómo y por qué Bernie Sanders no fue el candidato demócrata tiene muchos detalles tortuosos y diabólicos, pero es esencialmente política. La élite capitalista no puede admitir sus propuestas políticas.

Los dos principales partidos políticos están moribundos. Los principales líderes de ambos partidos son muy impopulares a nivel nacional. La única energía y entusiasmo dentro de estos partidos fue la que alentaron estos dos candidatos que vinieron de fuera: Bernie Sanders y Donald Trump. A diferencia de Sanders, Trump tenía unos niveles de rechazo muy altos incluso entre sus partidarios.

El apoyo a Hillary Clinton en la clase trabajadora fue tibio, en el mejor de los casos. Quiso ser la «anti-Trump». No presentó ningún programa positivo para la creación de empleo, asistencia médica o educación. Utilizó la incomodidad que generaba Trump entre la dirección del Partido Republicano para pedir y recoger los votos de los republicanos suburbanos ricos y con estudios universitarios. Ignoró a los pobres y a la clase trabajadora, incluyendo a los afro-americanos y a los méxico-americanos. Dio por supuesto que no tenían a nadie más a quien votar que no fuera ella. Que no tenía necesidad de ganar su apoyo defendiendo políticas dirigidas a reducir la pobreza. Sin embargo, el veintinueve por ciento del voto latino fue para Trump.

Trump es un populista derechista. Sus políticas favorecen a la clase capitalista, erosionan la democracia e incitan a las organizaciones para legales de extrema derecha. También hace una fuerte crítica de algunos de los peores aspectos del capitalismo moderno con el objetivo de ganar el apoyo de la clase obrera blanca. Mezcla el racismo abierto hacia los inmigrantes de color con la hostilidad hacia otros países.

Cuando escribo esto,  se están produciendo muchas manifestaciones cotidianas a través de los Estados Unidos contra Trump, en las que la gente grita: «¡no es mi presidente!»

El Partido Verde designó como candidatos a Jill Stein y Ajamu Baraka con el apoyo de cientos de ex partidarios de Sanders. El Partido Verde duplicó su voto en relación con 2012. Los Verdes, junto con muchos otros, están llamando a la resistencia frente a Trump y sus políticas, incluso antes de que asuma el cargo. Se están preparando acciones de protesta, incluyendo «Ocupar la Inauguración», el día de la jura de Trump el próximo mes de enero.

Para detener la catástrofe neofascista de Trump, necesitamos poderosos movimientos sociales y candidatos que quieran crear un New Deal Verde y poner fin a las interminables guerras.

(*) Trabajador jubilado del automovil, miembro del sindicato UAW, es el presidente del Green Party de Michigan.

Notas:

(1) El racismo blanco en los Estados Unidos no es simplemente institucional. Está en el tejido mismo de la vida cotidiana a todos los niveles. La sociedad estadounidense trata a la gente de color de forma horrible. Esta es la cruel lección que se enseña a cada persona blanca pobre: tú eres mejor porque no eres negro. Lo que lleva implícito que los negros no son humanos. El racismo blanco impide que los trabajadores blancos apoyen a otros trabajadores de color. Socava la unidad de la clase obrera a todos los niveles, desde el barrio y el lugar de trabajo hasta el resto de la vida social. El racismo es una de las causas principales de la disminución del nivel de vida de la clase obrera blanca (y de toda la clase trabajadora). El racismo de la campaña de Trump fue esencial: demuestra que es inofensivo para el orden capitalista. Trump dirigió la rabia de la clase trabajadora blanca no hacia los banqueros sino hacia otros países y la gente pobre de color. No sólo protege a los capitalistas sino que crea una barrera entre la clase obrera blanca de los aliados imprescindibles que necesita para conseguir cualquier mejora significativa en sus vidas.

La campaña de Sanders se centró en Wall Street como la fuente de los problemas de los trabajadores. Muchos de los que votaron por Sanders en las primarias votaron por Trump esta semana.

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