La extensa declaración de Natalia Compagnon en la Fiscalía de Rancagua, marca un antes y un después en el denominado «caso» Caval. De entrada, todas las especulaciones de la jauría mediática quedan desplazadas y superadas. La verdad es más simple: una operación de especulación inmobiliaria como cada día hay cientos en esta república neoliberal. Pero a la vez, mucho más compleja: ¿qué hacen en esta historia personajes oscuros como Luis Cordero, cofundador de la UDI y administrrador municipal de Lavín; Juan Díaz, quién aparece vinculado con Pablo Longueira y Jovino Novoa en el turbio y nunca aclarado caso Spiniak, y Sergio Bustos, el más que oscuro operador cuyo testimonio en la revista Qué Pasa, detonó el caso, a fines de enero de 2015, cuando la derecha en su conjunto necesitaba imperiosamente empatar el Pentagate?. Una cuestión e tener en cuenta: las declaraciones de Compagnon no las formula a la jauría mediática, donde hablar es gratis. Lo hace como inculpada ante la Fiscalía, en plena consciencia de que sus declaraciones serán investigadas, sopesadas, analizadas y contrastadas contra la prueba. Si esas declaraciones, como parece ser el caso, apuntan a connotaciones no aptas para el consumo masivo en el contexto de una cuidadosamente digitada campaña, cabe apostar sobre seguro que el «caso» Caval será progresivamente retirado de la pauta de la jauría mediática.
Los secretos de Caval que Compagnon entregó a la fiscalía
por G. Faúndez, F. Siredey y A. Trujillo
Entre otros detalles desconocidos del negocio de Machalí que la nuera de la Presidenta Bachelet entregó en su testimonio a la fiscalía, Natalia Compagnon apuntó al reservado trato que obliga a Caval a entregar el 50% de las ganancias obtenidas en la transacción a dos reconocidos operadores de la UDI: Patricio Cordero y Juan Díaz.
La rutina de la nuera de la Presidenta Michelle Bachelet, Natalia Compagnon, sufrió un brusco revés en febrero, cuando se conoció la compra de terrenos en Machalí que realizó la empresa Caval -en la que comparte propiedad con Mauricio Valero.
En los últimos días, la esposa de Sebastián Dávalos -el primogénito de la Mandataria- protagonizó dos nuevos episodios a propósito del polémico negocio: el jueves 9 declaró durante nueve horas ante el fiscal regional de O’Higgins, Luis Toledo, y el fiscal jefe de Rancagua, Sergio Moya, quienes indagan posibles delitos de revelación de secreto, negociación incompatible, enriquecimiento ilícito y tráfico de influencias en la compra de los terrenos de Machalí. Y al día siguiente, en el vespertino La Segunda, Compagnon dio su primera entrevista, en la que pidió disculpas -“especialmente a mi suegra”, según dijo- a “todos quienes directa o indirectamente han sido dañados en este proceso”. La nuera de Bachelet -sin embargo- se negó a dar detalles del negocio de Caval en la VI Región.
Estos antecedentes habían sido entregados -en extenso- en una declaración de ocho carillas que permanece en manos del fiscal Toledo y a la que Reportajes tuvo acceso.
En su testimonio ante el Ministerio Público -cuyo detalle se presenta en los recuadros que acompañan este artículo-, Compagnon detalló cómo se originó el polémico negocio y las reuniones que se sucedieron antes, durante e incluso después de que Caval sellara la compra de los terrenos de Machalí y que se conociera públicamente la transacción a través de la revista Qué Pasa.
Una de las claves de su declaración es que la nuera de la Presidenta revela una parte hasta ahora desconocida del negocio: que la mitad de la ganancia de éste -“el 50%”, según sostiene ante el fiscal- iba a manos de Patricio Cordero y Juan Díaz, dos conocidos dirigentes de la UDI.
Cordero se desempeñó como administrador municipal de Joaquín Lavín cuando éste fue edil de Santiago y de Las Condes y Díaz se hizo conocido cuando fue contactado en medio del caso Spiniak por el entonces presidente de la UDI, Pablo Longueira, para desvirtuar el testimonio de Gema Bueno en contra del senador Jovino Novoa.
De acuerdo a lo declarado por Compagnon, ella desconoce si existe un contrato escrito sobre la entrega de la mitad de las ganancias a la señalada dupla, pero asegura que “acepté el acuerdo, aunque me parecía injusto”.
En esa línea, la nuera de la Presidenta revela que el negocio en Machalí terminaría reportando -una vez pagados los créditos y otras deudas asociadas- $ 1.400 millones. De ellos, la mitad correspondería a la dupla Cordero-Díaz y la otra mitad a ella y Valero. Cada uno individualmente recibiría finalmente $ 350 millones.
Compagnon, incluso, afirma que a fines de febrero Caval entregó dos cheques en garantía a Juan Díaz, que totalizaban $ 800 millones.
La irrupción de Cordero y Díaz en el negocio de Machalí y la cercanía de ambos con el síndico Herman Chadwick ya había sido adelantada por Reportajes en sus ediciones anteriores.
La esposa de Dávalos, en todo caso, niega ante el fiscal haber conocido personalmente a actores clave que se involucraron en la transacción, como el propio síndico Herman Chadwick, la arquitecta Cynthia Ross, el director de Obras de la Municipalidad de Machalí, Jorge Silva, e incluso a Sergio Bustos, quien demandó a Caval por no pago de honorarios y cuya querella sacó a la luz el polémico negocio y terminó generando la renuncia de Dávalos a la Dirección Sociocultural de La Moneda e instaló una crisis sin precedentes en el gobierno de Bachelet.
A Patricio Cordero, en tanto, afirmó haberlo conocido recién en febrero de este año, y de Victorino Arrepol -el asesor comercial de Caval- señala haberse reunido con él en sólo tres ocasiones, ya que éste se vinculaba con su socio, Mauricio Valero.
La declaración de Compagnon dedica un apartado para deslindar las responsabilidades de su esposo y de la Presidenta en la polémica transacción. De Bachelet señala que no conoció el negocio de Machalí en ninguno de sus aspectos y de Dávalos comenta que la acompañó a su reunión con el vicepresidente del Banco de Chile, Andrónico Luksic, porque ella se lo solicitó, ya que Mauricio Valero -su acompañante original- desistió intempestivamente de acudir a la cita. “Mi esposo no habló, sólo saludó y se dedicó a mirar la oficina y escuchar”, declaró.
La nuera de la Mandataria, además, declaró haberse enterado una semana antes de la publicación de Qué Pasa que el negocio saldría a la luz pública.
El compromiso para repartir las ganancias del negocio con operadores políticos de la UDI
Existen dos personajes que se sumaron al mapa de relaciones trazado por el Ministerio Público en el caso Caval. Se trata de dos militantes de la UDI: el ex administrador municipal de Joaquín Lavín, Patricio Cordero, y Juan Díaz, gestor inmobiliario conocido por su participación en el equipo investigador del gremialismo en el caso Spiniak. Ambos jugaron un rol clave convenciendo a Mauricio Valero, socio de Compagnon, de involucrarse en la puja por el paño en Machalí. Mientras Díaz fue el primero en llevar el negocio, Cordero reforzó la idea entregando el informe de la arquitecta Cynthia Ross. “Entiendo que Juan Díaz tiene una vinculación con Herman Chadwick. Según relatan los medios, trabajan juntos. También en una ocasión me habló de su vinculación con Pablo Longueira y Jovino Novoa. El es de la UDI y toda su red es de esa tendencia”.
“A Juan Díaz, quien es conocido como ‘El Gatito’, lo conocí en septiembre de 2013 en medio de las negociaciones, y de él tenía muy poca información, me comunicaba habitualmente con él y dejé de hablar con él hace un par de semanas. Respecto de Patricio Cordero lo conocí la última semana de febrero de este año porque pedí conocerlo ya que él era parte del negocio de Machalí. Sabía que Cordero existía, que había sido el generalísimo de Joaquín Lavín, pero no lo conocía”.
Un antecedente que estaba oculto hasta antes de la declaración de Compagnon era el trato que Valero, su socio, había alcanzado con Díaz y Cordero respecto de una futura venta de los tres campos.
“Cuando ellos traen el negocio proponen un acuerdo que era: 50% de las utilidades del negocio para Patricio y Juan; el otro 50% para Caval. Ese acuerdo lo realizó Mauricio y yo no participé. Lo acepté aunque me pareció injusto, porque nosotros pusimos la cara y nuestro patrimonio y ellos sólo cooperaron en traer el negocio. Desconozco si hay un contrato escrito de este acuerdo. Sé que a Juan Díaz se le pasaron dos cheques de Caval como garantía por aproximadamente $ 800 millones, a fines de febrero o primeros días de marzo, los cuales están a su nombre y fueron firmados por Mauricio, pero yo señalé que yo no los entregaría porque no teníamos fondos”.
El fiscal Toledo está interesado en el destino de los dineros que eventualmente recibirían Díaz y Cordero, por su cercanía con Cynthia Ross y el síndico Chadwick, así como también por algunas aseveraciones del asesor comercial de la sociedad, Victorino Arrepol, investigado por el correo falsificado al ministro Alberto Undurraga y cuyo testimonio -declarado secreto- vincularía a un parlamentario y a un ex ministro UDI con la repartición posterior de las utilidades que dejara el negocio. Al ser consultada por este último punto, Compagnon respondió: “Jamás escuché algo similar. Ahora, puedo pensar que se nos ofreció un excelente negocio, pero además que se pudo haber empleado para hacernos daño a mí y a mi familia”.
Compagnon también se refirió a cómo queda su situación económica personal después del negocio. “Existen dos mil millones en dinero, $ 500 millones en propiedades, en deudas tenemos casi $ 400 millones en el Banco Santander, al Banco de Chile le debemos como $ 48 millones, hay un par de créditos personales de Mauricio y mío que deben sumar otros $ 100 millones más y otros compromisos con gente que nos prestó plata que son como $ 300 millones más de amigos y familiares de ambos. Hay que pagarle a los abogados del negocio con Andrés Levine, Silva y Mario Barrientos, que son $ 300 millones, lo que sumaría un total de $ 1.100 millones de costos o deudas, por lo que quedarían $ 1.400 millones a distribuir con Juan Díaz y Patricio Cordero, por lo que nosotros nos quedaríamos con $ 700 millones, de los cuales la mitad sería para mí: $ 350 millones”.
Las transacciones que le dieron el primer impulso a Caval
En su comparecencia ante el fiscal Toledo, Compagnon contó cómo conoció a su socio Mauricio Valero y los negocios que Caval realizó antes de la polémica compra en Machalí.
“Respecto de Mauricio Valero puedo señalar que lo conocí a través de mi tío Waldo Rojas. Lo ví por primera vez el 2008 cuando era gerente de Techdata. Luego lo volví a ver el 2010 cuando estaba trabajando con mi tío, creo que en contrucción. De esa época comencé a trabajar con Mauricio en algunas cosas, yo aún era estudiante.
A fines del 2011 decidimos con Mauricio para hacer una empresa, como yo conocía algunos temas de minería en los cuales realicé algunas asesorías y el conoce el tema informático y de construcción decidimos comenzar a trabajar en otras áreas. Mauricio me propuso constituirnos formalmente como sociedad y así lo hicimos.
Conocimos a Gonzalo Vial Concha en Rancagua en enero del año 2012 aproximadamente. Comenzamos a realizar un estudio de mercado, estudios de arquitectura, de publicidad en dos predios de Machalí de propiedad de Vial Concha por encargo de él. Al término de estos estudios le entregamos el resultado, nos enteramos que también trabajaban otras empresas y posteriormente no se hizo nada por falta de financiamiento.
El 2012 en febrero comenzamos con la sociedad Caval, y se incorporó Marcelo Carreño quien era amigo de Mauricio y se desempeña como asesor financiaro yo incorporé a Sol Herreros Wandell quien es mi amiga y diseñadora gráfica, y se encargó de ver proyectos de tecnología, informática con Humberto López. Los contadores son Mario Contreras y Raúl Jorquera.
A Nibaldo Mora no lo conozco, pero se lo he escuchado a Mauricio en el tiempo de Saydex año 2012, empresa coetánea con Caval que era un tema de Mauricio y yo no me involucré. Se trataba de unas licencias de software para hospitales o centros asistenciales.
El año 2012 Caval recibió como $1.500.000.000.- , nosotros prácticamente teníamos exclusividad con Gonzalo Vial en temas mineros y otros , y además, realizamos una petición de concesión portuaria en la segunda región en la que llegamos hasta el proyecto de ingeniería. Además vimos temas energéticos. Esos ingresos provenían de Gonzalo Vial y también debe haber ingresos provenientes de Saydex”.
El vínculo con Andrónico Luksic: la reunión del 6 de noviembre, un desayuno y asesorías
Uno de los temas que acaparó las nueve horas de declaración en la Fiscalía fue la reunión entre la pareja Dávalos Compagnon y el Vicepresidente del Banco de Chile, Andrónico Luksic. Así lo recuerda la nuera presidencial, que a partir de ese encuentro entabló una relación algo más cercana con el empresario:
“Respecto del Banco de Chile y la obtención del financiamiento lo que sé es que el tema se había estancado entre los ejecutivos y que nos estaba corriendo el plazo para la compra al síndico. Comencé a conversar con Mauricio qué podíamos hacer y nace la posibilidad de conseguir reuniones con ejecutivos del banco. Nunca me enteré que el otro grupo, Bustos y Arrepol, estaban gestionando la reunión. A mí la reunión me la confirmó Mauricio Valero a través de un mail que entrego en este acto. Cuando se me confirma la reunión se supone que asistiríamos Mauricio y yo, pero él me dice que no me puede acompañar por problemas personales. La noche del 5 de noviembre de 2013 le comenté a mi esposo Sebastián Dávalos que iría sola y que él me podía acompañar y yo le dije que no era necesario, pero igual me acompañó. Se lo comenté a Mauricio”.
“Al otro día, la reunión duró unos 45 minutos, llegamos, nos recibió María Teresa y pasamos a una oficina, luego de 10 minutos llegó el Sr. Luksic, entramos de lleno al otro tema, le expliqué que estaba la carpeta de mi empresa con un proyecto que era interesante y que estaba entrampado y le dije que yo era la cara de Caval junto a mi socio Mauricio Valero. Me dijo que por política del banco podían financiar un 80% del crédito si se cumplen las exigencias y que si no se cumplen no se podía hacer nada (…) Luego hubo una trabajo muy intenso, pasamos por tres comités y en uno nos rechazaron el financiamiento. Estábamos pidiendo un poco más de 300.000 UF, pero por las políticas del banco no se cumplía y lo bajamos sólo al valor total del terreno. En diciembre vino la tasación del Chile por 313.000 UF ya que habían tenido esas propiedades en dos oportunidades como garantía y las tenían bien estudiadas. En enero de 2014 nos hicimos propietarios de los terrenos”.
“Un mes después de la reunión, en diciembre de 2013, don Andrónico me invitó a su domicilio particular a un desayuno, donde se preguntó por el avance del crédito que habíamos solicitado incluso dándome muchos consejos comerciales de los cuales estoy agradecida. Por ejemplo, que tuviera cuidado con la gente que trabajaba conmigo, que si podía vender, vendiera y otros. De esa reunión y de otras posteriores en el banco o en Quiñenco, las que eran coordinadas por sus secretarias, jamás contraté con él la prestación de servicios de Caval o profesionales de mi parte, sino que sólo eran conversaciones en las que él me asesoraba, dándose el tiempo para ello. En una de ellas conocí a Francisco Rodríguez, subgerente de ingeniería de CCU y con él derivaron unos negocios con la empresa SCR que es de Mauricio Carreño, quienes nos hacían asesorías a nosotros. A mí no me pagaron nada (…) No tuve negocios posteriores con empresas del Grupo Luksic”.
El rol de Bachelet y Sebastián Dávalos
Si en algo fue enfática Compagnon en su testimonio ante la Fiscalía fue en negar toda responsabilidad de su esposo Sebastián Dávalos y de su suegra, la Presidenta Michelle Bachelet. “Nunca supe que se empleara el nombre de mi suegra la Presidenta Michelle Bachelet para alguna gestión del negocio en el Banco de Chile o en cualquier otra parte, menos aún autorice algo así. De hecho le dije a Andrés Levine que tenía claro que habían ensuciado mi nombre y el de familiares míos”.
“Mi esposo Sebastián Dávalos no intervino ni nunca supo del detalle del proyecto de los terrenos. Sí trabajó para Caval en algunos proyectos como en tecnología con Advantec, me ayudó a ver una fundación de hipoterapia. El trabajaba como jefe de proyectos hasta el mes de diciembre del 2013 o enero del 2014, en todo caso previamente a su cargo como Director Sociocultural del Palacio de La Moneda”.
“(En la reunión con Luksic) Mi esposo no habló, sólo saludó y se dedicó a mirar la oficina y a escuchar”.
La supuesta petición de Silva para cambiar el uso del suelo
El conflicto judicial entre Caval y Silca, la empresa del empresario rancagüino Hugo Silva es una derivada del caso Caval. Compagnon respondió a la querella por estafa presentada contra su empresa revelando que Silva les pidió utilizar su influencia para cambiar el uso de suelo.
“Dados los plazos fijados con el banco que nos imponía como obligación vender el 15 de enero de 2015 y pagar nuestras obligaciones, nos vimos en la necesidad de buscar socio (…) Para buscar esos inversionistas es que Mauricio contactó a Andrés Levine, quien nos indicó que había un inversionista en Rancagua con experiencia en materia inmobiliaria, particularmente a través de una sociedad llamada Ruta 86 de propiedad de Hugo Silva”.
“Durante el curso de la negociación ellos nos pedían que nos comprometiéramos en intervenir en el cambio del Plan Regulador Intercomunal para los fines de hacer el negocio, les respondimos que no podíamos hacerlo, que era algo con lo que nos pudiéramos comprometer ya que eso es menester de instituciones públicas y no de privados. Finalmente llegamos a un acuerdo en el que aceptamos la oferta de $ 9.500 millones pagando $ 9.000 millones en efectivo y las dos casas avaluadas en $ 500 millones que están en el Club de Golf Los Lirios, pero accedimos a que nos pagaran ese monto siempre y cuando firmáramos un acuerdo de gestión comercial a través de la empresa FVM S.A. de Mauricio Valero, por la exclusividad para vender el terreno. FVM tendría como ganancia el 26% del diferencial entre el precio de compra por Ruta 86 y el precio de venta”.
“El acuerdo del negocio fue en noviembre de 2014 (…) Cuando sale este tema en revista Qué Pasa, nos juntamos con don Hugo a almorzar y me dice que está sumamente complicado porque se han visto expuestos como familia, dado que siempre han tenido bajo perfil. Me preguntó cuánto afectaba resciliar el contrato y le dije que eso me perjudicaba enormemente, que no era posible y me dice que sus abogados del estudio Philippi le recomiendan sacar un comunicado público diciendo que él quería resciliar y así el quedaba bien traspasándose la responsabilidad pública. Entonces me propone congelar parte de la plata, $ 1.500 millones, hasta que cambiara el PRI, a lo cual me negué porque nunca fue parte del acuerdo, rechazando lo propuesto porque no podía asumir responsabilidades de terceros. Me fui muy frustrada de la reunión”.
Su desconocimiento de los protagonistas del negocio
“Con Mauricio actuábamos de manera muy independiente entre nosotros, confiábamos cada uno en lo que hacía el otro y con las personas que cada uno trabaja”. Con esta frase, Natalia Compagnon intentó justificar delante de los fiscales Luis Toledo y Sergio Moya su desconocimiento respecto de muchas de las gestiones que realizó su socio, Mauricio Valero, para amarrar la adquisición de los tres predios de la familia Wiesner en Machalí.
“Mauricio me dijo que había un negocio en Machalí que se trataba de la compra de un terreno de 44 hectáreas en tres parcelas, que estaba a orillas de la carretera del cobre y que podía ser un buen negocio, lo cual fue a comienzos de 2013. El 3 de abril de 2013 se hizo la primera oferta al señor (Herman) Chadwick, y fue por 0,5 UF por metro cuadrado, la cual fue rechazada y después ofrecimos el 0,6”.
“A Herman Chadwick no lo conozco, pero sé que era el síndico. Entiendo que a mediados de 2013 aceptó la oferta de nuestra parte y el cierre de negocio es el 5 de septiembre de 2013”.
Dos de los querellados en el proceso están directamente relacionados con la Municipalidad de Machalí. Una es la arquitecta Cynthia Ross, quien habría trabajado en dos frentes, tanto como asesora del síndico como del municipio, y el otro es el suspendido director de Obras, Jorge Silva Menares.
“A Cynthia Ross no la conozco, pero Mauricio me reenviaba los mails de ella, pasada la mitad del 2013 me enteré que era sobrina de Patricio Wiesner, dueño de los predios del negocio. Después supe que era arquitecto y trabajaba en la Municipalidad de Machalí. Entiendo que la contactó Juan Díaz”.
“Jorge Silva Menares era el Director de Obras de la Municipalidad de Machalí, pero no lo conocí. Sí sé que había mails entre Mauricio Valero, Juan Díaz y Silva Menares, lo sé porque me reenviaban los mails que informaban sobre el estado en que estaba el proceso de cambio del plan regulador”.
En su testimonio, la nuera de la Presidenta acusa el mismo desconocimiento sobre los hombres reclutados por su socio para negociar el crédito bancario.
“A Sergio Bustos no lo conozco y lo que sé de él es que nos demandó y está pidiendo una comisión de 5.000 UF por haber conseguido el crédito del Banco de Chile, pero no lo logró. Sé que además apárecen Victorino Arrepol y Andrés Levine (…) A Victorino lo vi tres veces con Mauricio. El se vinculaba con él y no conmigo y puedo señalar que no era asesor comercial”.
“A Andrés Levine lo conocí hace poco cuando nos reunimos a negociar con Hugo Silva en Rancagua para la venta”.
La fallida venta a Álvaro Covacevich
La nuera de la Presidenta asegura que -desde el inicio del negocio en Machalí- Caval tenía un comprador preferente: el arquitecto Alvaro Covacevich.
“En enero del 2014 nos hicimos propietarios de los predios en Machalí. Luego se firma un acuerdo de negocio de venta de los terrenos con Alvaro Covacevich en representación de aguas sustentables, con quien firmamos un compromiso de confidencialidad.
A él lo conocimos en una cena de recaudación de fondos para la campaña de mi suegra los primeros días de octubre del año 2013 en el Patio Bellavista, en la cual se subastaban cuadros.
Conversé con él de arte de jóvenes chilenos, nos dijo que estaba armando una fundación, nos dijo que había hecho el Centro Cultural de La Moneda y al final de la conversación nos pidió el correo a mi y mi esposo para juntarnos a almorzar, lo cual hicimos en dos oportunidades.
En uno de ellos Alvaro nos contó que estaba con un proyecto en Chile que era el Green Tower en Vitacura, al lado de la rotonda Pérez Zujovic, a lo cual le dije que dudaba que lo autorizaran porque Santiago está colapsado, y le propuse que lo hiciera fuera de Santiago, en Rancagua, contestándome él que en México se había hecho algo así con éxito.
Fuimos a visitar el terreno y le encantó para su proyecto, pero no era viable para un edificio de 62 pisos y ahí surge una nueva idea que llamamos “Ciudad del Cobre”. Alvaro comenzó a reunir a inversionistas chilenos y extranjeros para comprarnos los terrenos y desarrollar el nuevo proyecto. Sergio Covacevich no sabía que nosotros adquiriríamos los terrenos, ellos pensaban que nosotros éramos intermediarios.
Después el contrato con Aguas Sustentables se cae en marzo del 2014. No obstante ello seguimos trabajando con ASA durante todo el 2014 pues independiente de la venta del terreno el proyecto de la “Ciudad del Cobre” nos parecía muy atractivo y nos reunimos varias veces.
De hecho el proyecto no era viable en las 44 hectáreas y nosotros les dijimos que como opción para ampliarlo podíamos hablar con Gonzalo Vial quiene es propietario de 120 hectáreas colindantes hacie el sur con los terrenos que adquirimos y para él podría ser interesante vender. Fue así que optamos por buscar compradores para los terrenos, más bien teníamos la necesidad de encontrar compradores porque no teníamos como responder al crédito de seis mil quinientos millones de pesos”.
Fuente: La Tercera