A esta altura, es un hecho de la causa que la oposición irá al menos en dos listas, a la lección de de convencionales constituyentes, del próximo 11 de abril, lo cual favorece la probabilidad de que la derecha retenga el poder de veto que le asigna el quórum de dos tercios, otro hecho de la causa.

En primer lugar, en el país no hay condiciones para una constitución labrada sobre la base del poder de veto de la derecha, con la aquiescencia de la concertación.

Es decir, la convención puede despacharla, pero sería una constitución con ilegitimidad de origen, que traicionaría -en rigor, una nueva traición- a los que la hicieron posible, a un costo exorbitante; y por tanto, de escaso poder vinculante.

Desde el punto de vista democrático, sería una aberración insostenible.

En seguida, carece de sentido pactar con quién no quiere hacerlo.

En materia de alianzas, el centro político, ocupado hoy por Unidad Constituyente, y dentro de ella, especialmente la DC, cultiva la esquizofrénica política de negar la unidad con la izquierda, para criticarla simultáneamente por ir en lista separada. Es decir, levantan polvareda, para quejarse de no poder ver.

Desde que las encuestas instalaron el liderato del alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, un sector mayoritario de la democracia cristiana desempolvó el desgastado arsenal del anti comunismo y se encargó de dejar en claro que no votarían por Jadue en segunda vuelta.

Es cuestión de hacer un recorrido por los medios de comunicación.

Le preguntan a la diputada Joanna Pérez: ¿se ve formando parte de un eventual gobierno de Daniel Jadue?

«Creo que la ciudadanía quiere liderazgos y también conglomerados distintos que sepan condenar todo tipo de dictaduras, con los derechos humanos siempre por delante. La verdad, no pienso que Daniel Jadue… le respeto mucho su condición de alcalde, pero difícilmente puede llevar adelante una candidatura presidencial. O sea, la candidatura la puede llevar, pero creo que Chile no está preparado todavía para tener un gobierno comunista».

El presidente del partido, Fuad Chahín, uno de los más connotados guaripolas del anti comunismo, calificó de fracaso del proyecto del Frente Amplio, su alianza con Chile Digno:

«Pretendía renovar la política y termina subordinado al partido más ortodoxo y conservador de la extrema izquierda, que es el Partido Comunista».

Agregó:

«Unidad Constituyente es una alternativa de futuro que lo que busca es un cambio, una épica de transformación, pero que le ofrece al país certeza, gobernabilidad y responsabilidad, que es lo que no puede ofrecer ni el PC ni el FA»

Una excepción notable es la opinión del senador Francisco Huenchumilla: .

«Respecto del Partido Comunista –tema recurrente atizado por la derecha y grupos conservadores con el objetivo obvio de meter una cuña en la oposición–, creo que es necesario tener una aproximación diferente a la tradicional. Este partido tiene una lógica diferente al resto de los partidos chilenos; y esa lógica distinta es la que hay que considerar para comprender su forma de mirar y analizar la realidad. Ellos estiman que las sociedades humanas deben organizarse de una manera diferente a como se establecieron cuando hace 233 años se “creó” la democracia representativa liberal y la economía de mercado del sistema capitalista. ¿Por qué esto debería ser un “pecado”? ¿Por qué debería ser prohibido o que llamara a escándalo que alguien pensara que, si desde la revolución de la agricultura y la ganadería hace 10 mil años las sociedades humanas han tenido distintas formas de organización colectiva, una organización nacida solo hace 233 años no pudiera ser objeto de cuestionamientos o de tener un modelo alternativo?».

Agregó:

«El Partido Comunista de Chile tiene perfecto derecho a tener una ideología que postule una manera diferente de organizar la sociedad. ¿Es posible una alianza con un partido que tenga esa postura ideológica? Por supuesto que sí, en tanto toda coalición de partidos con distintas posturas ideológicas supone renunciar, por todos, a ciertas banderas que conforman su ADN, en aras de un bien superior, cual es enfrentar una realidad histórica de coyuntura determinante, para avanzar en los objetivos últimos de una sociedad mejor, más humana y justa. Sería incomprensible que un partido miembro potencial de cualquier coalición exigiera a los demás una suerte de contrato de adhesión con sus postulados, como condición sine qua non para formar parte de dicha coalición. Esto, por supuesto, vale para todos: para lograr la unidad, sin duda se requiere de una cuota de generosidad, sin renunciar esencialmente a lo que eres, pero buscando más aquello que nos une que aquello que nos separa en el entendido que estamos tras un bien superior.

En el artículo Qué Opina la DC del candidato Daniel Jadue, de la Tercera del 16 de septiembre pasado, se sinceraron varios dirigentes y parlamentarios de la DC

Fuad Chahín:

«No vamos a ir a primarias con partidos que apoyen dictaduras como la de Venezuela. El país no quiere candidaturas que representen la polarización. Tenemos diferencias profundas con el PC”.

Ximena Rincón, senadora:

“No votaría por Jadue ni votaría por Lavín. Creo en un proyecto distinto al de ellos, aunque insisto que no es el minuto”.

Jorge Pizarro, senador:

“Si el señor Jadue se transforma en una carta será por voluntad ciudadana. Yo creo que no, que no tiene ninguna posibilidad. Pero está bien, no tengo ningún reparo a lo que pueda hacer cualquier liderazgo expresado dentro de un acuerdo común”.

Carmen Frei, vicepresidenta:

«Jadue es muy competente como alcalde, pero no creo que nuestro país, en su mayoría, esté dispuesto a tener un Presidente del Partido Comunista”.

Yasna Provoste, senadora:

«Es absolutamente compatible una primaria presidencial donde estén la DC y el PC. No me complica una eventual candidatura de Jadue.

Marta Larraechea, ex primera dama:

“Creo que Yasna está equivocada de partido; que renuncie y se vaya al PC”.

Gabriel Silber, diputado:

“No creo que tensione, él tiene perfectamente derecho a ser candidato. Pero no creo que él sea capaz, en el Chile de hoy, de generar un acuerdo transversal en la centroizquierda”.

Ignacio Walker, ex presidente:

«Creo que hay todo un país entremedio, entre Lavín y Jadue, que es donde está la mayoría del país. La gente no va a apostar a la polarización, la gente va a querer estabilidad”.

Jorge Burgos, ex ministro del Interior:

“Jadue no debiera ser el candidato de la centroizquierda reformista, gradualista. Nosotros debiéramos enfrentar tanto a Lavín como a Jadue”.

Matías Walker, diputado:

“Yo no votaría por Daniel Jadue, porque quiero mucho a mí país, porque tiene una visión ambigua con la violación de derechos humanos en otros países y es una persona que ha denostado el acuerdo por la nueva Constitución”.

Miguel Ángel Calisto, diputado:

«Yo milito en la DC y bajo ninguna circunstancia votaría por Jadue. Vergüenza me provoca que personas que se declaran DC se reúnan con un comunista que valida dictaduras”.

En esas condiciones, ¿qué sentido político tendría una alianza con un partido cuyos dirigentes y parlamentarios sostienen semejantes opiniones del eventual aliado?

En la siguiente entrevista de El Desconcierto, el alcalde de Recoleta le propina una contundente respuesta a la DC

Jadue tilda de «tremendamente difícil» una alianza con la DC y apunta al PS: «Tiene que resolver si quiere superar el neoliberalismo o maquillarlo»

– Cada vez va quedando más claro que la oposición en su conjunto no podrá conformar una alianza de cara al agitado calendario electoral del 2021.

por Carlos Jara.

Declaraciones de los líderes de la DC en contra de Daniel Jadue como candidato presidencial y el argumento de que el PC tendría una «visión ambigua» respecto a las violaciones a los DDHH en Venezuela, se constituyen como los dos hitos que separan a la DC de los comunistas, y que avizoran un escenario incierto para la oposición de cara a las elecciones municipales, de gobernadores, de constituyentes, y presidenciales y parlamentarias del próximo año.

Lejos de mostrarse preocupado por esta situación, y con la confianza de que lo ocurrido el 18 de octubre desencadenará una reconfiguración del escenario político, el alcalde de Recoleta y potencial candidato presidencial, Daniel Jadue, considera que el bloque del Frente Amplio con Chile Digno es el que «más opciones tiene de ganar alcaldías y gobernaciones regionales», porque la población no querría «más derecha, ni más Concertación«.

«El PS tiene que resolver si va a estar en el bloque que va a querer superar el neoliberalismo, o va a estar en el que lo quiere maquillar de nuevo, como lo hicieron en los 30 años que llevaron al 18 de octubre», agrega, apuntando al partido que ha sido sindicado como «el que le ha permitido» a la DC excluir al Frente Amplio y al PC del bloque.

– Las últimas semanas las divisiones en la oposición se han tomado parte de la agenda política. ¿Cómo ve el panorama de cara a las elecciones del próximo año?

«Creo que en Chile se ha venido instalando en las últimas décadas una cultura demasiado binaria. Y la verdad es que esta postura binaria es la que el país está empezando a dejar atrás. Entonces cuando me habla de ‘desunión en la oposición’, yo no comparto el juicio, porque nadie puede pretender que quienes no tienen proyectos comunes se unan.

En ese sentido creo que la oposición ha ido avanzando significativamente. Ya tenemos a la socialdemocracia neoliberal, que gobernó a este país 20 años, unida, y ofreciéndole reeditar ese proyecto de gobierno al país. Y tenemos una unidad en curso, entre Chile Digno y el Frente Amplio, que cada día va avanzar más, y que quiere ofrecerle a este país una alternativa distinta al modelo neoliberal.

Es decir, no nos gusta ni el neoliberalismo gobernado por la derecha, ni el neoliberalismo gobernado por la socialdemocracia. Queremos avanzar en la superación del neoliberalismo. Y yo creo que en escenario, todas las lecturas en Chile están completamente abiertas, porque el 18 de octubre hizo que este país cambiara radicalmente. Hay una revalorización de la discusión política, y por lo tanto, espero que en las futuras elecciones participe mucha más gente.

Y eso convierte al escenario que conocemos en uno completamente líquido. Y eso significa que como la gente no quiere un gobierno de derecha, y no quiere volver a los tiempos de la Concertación, la alternativa a estos dos bloques es la que tiene más opción de ganar la mayor cantidad de alcaldías, de gobernaciones regionales, y de ponerse en un camino cierto para entregarle a Chile un nuevo gobierno democrático y popular».

– ¿Y en las elecciones presidenciales, por ejemplo, allí sí sería necesaria una unión con la ex Concertación?

«No, hay una primera y una segunda vuelta. Los que pasen a la segunda tendrán que tomar las decisiones que haya que tomar. Pero cómo vamos a movilizar a la unidad, si hay gente en la oposición que dice que nunca votaría por los comunistas».

– ¿Y usted cree que si llegara a una segunda vuelta, ¿la DC votaría por usted?

«Yo creo que el pueblo democratacristiano votaría por mí. Hay varios dirigentes que de ninguna manera, pero la verdad es que no son los dirigentes los que importan. La unidad que importa es la unidad del pueblo, no la unidad de los dirigentes de partidos políticos que además están tan desprestigiados porque son parte del problema y no de la solución».

– ¿Y cómo se explica esta reticencia de la DC, si gobernaron con el PC hace no tanto tiempo?

«Eso se lo tiene que preguntar a ellos, porque nosotros no solemos vetar a nadie. A nosotros también nos cuesta hacer una alianza con la DC. Imagínese que la DC se puso a disposición de un gobierno extranjero para derribar a su propio gobierno, recibió dineros para torcer la voluntad popular financiando con dinero norteamericano las elecciones del 64 y del 70. ¿Usted cree que para nosotros es fácil tomar una decisión de ir a aliarse con ellos?

Es tremendamente difícil. Pero entendemos que hay intereses del país que son superiores a nuestras propias historias. Nosotros no hemos vetado nunca a nadie. Hemos participado y hemos votado, muchas veces por partidos distintos al nuestro.

Lo que resulta extraño, es que aquellos que nos han venido a pedir el voto y favores a nosotros, hoy día digan que no pueden hacer lo mismo en el otro sentido».

– ¿Comparte entonces lo que dijo Gonzalo Winter hace unos días sobre Fuad Chahín, de que el presidente de la DC ha sido uno de los principales impulsores de la exclusión del Frente Amplio, el Partido Comunista de la oposición?.

Estoy seguro de eso, pero además, Fuad Chahín es el que ha llevado a la DC a uno de los peores resultados de la Democracia Cristiana en la historia de Chile. Piense usted a lo que está reducido este partido, que en algún minuto fue más del 35% de los votos del país.

– La DC argumenta que sus problemas con el PC tienen su origen en diferencias ideológicas, vinculadas a “una visión ambigua con la violación de derechos humanos en otros países”, específicamente Venezuela.

«Yo le pregunto, ¿acaso la DC conoce la relación del PRO -con quien hoy día sí tiene pacto- con Venezuela? Porque le recuerdo que el PRO tiene mucha más cercanía con el gobierno de Nicolás Maduro incluso que el PC. Entonces no veo que sea muy consistente el señor Chahín.

Ahora, lo que sí es claro, es que el PC nunca ha participado de una dictadura: la DC sí; el PC nunca se ha puesto a disposición de un gobierno extranjero para derrocar a su propio gobierno: la DC sí; el PC nunca ha protagonizado masacres de trabajadores en Chile: la DC sí. Nosotros no tenemos a nadie investigado por corrupción: la DC sí.

Entonces yo creo que la verdad de estas caricaturas y estos prejuicios se enfrentan con un muro que es el de la realidad, y cada uno tiene que sacar sus propias conclusiones.
Recuerde que varios economistas que le pasaron el «Ladrillo» a la dictadura militar para proponer las reformas económicas en Chile eran democratacristianos. Recuerde que el primer ministro de Justicia de la dictadura era democratacristiano; recuerde que quienes defendieron el golpe ante toda la comunidad internacional, que incluso les costó recibir una carta de la Internacional demócrata cristiana, diciéndoles que la DC chilena avergonzaba a la DC internacional, es la Democracia Cristiana, no nosotros».

– ¿Y no le parece que esta postura del PC le otorga una suerte de ‘excusa fácil’ a la DC?

«Nosotros acabamos de saludar la realización de elecciones en Venezuela. Si alguien pretende que haya un camino distinto a las elecciones para resolver la crisis de Venezuela, me quiere decir que él prefiere una guerra civil o un golpe de estado. Nosotros, los comunistas, siempre vamos a saludar el hecho de que haya elecciones en vez de golpes de Estado y en vez de guerras civiles.

Si a la DC le gustan más los golpes de Estado que las elecciones es problema de ellos. Pero cada vez que se intente resolver un problema con más democracia y no con menos, vamos a estar de acuerdo con ello.

Es difícil ser más papista que el Papa. Henrique Capriles, enemigo acérrimo de Nicolás Maduro, validó las elecciones y participó. José Luis Rodríguez Zapatero, que no es comunista, es social demócrata, ha dicho que es una vergüenza aquellos países que pretenden invalidar preventivamente una elección. Usted para acusar de fraude una elección tiene que participar de ella y demostrar que hubo fraude. Entonces, creo que esta postura de la DC es más bien una caricatura, que además no es consistente con su misma historia».

– ¿Y ve responsabilidades de estas divisiones en el PS?

«El PS tiene su crisis interna. Creo que las bases del proyecto están tremendamente tensionadas, y el PS está viviendo un proceso sumamente complejo, y yo no suelo opinar de partidos a los cuales además les tengo tanto cariño histórico. Pero hoy día, las bases del PS tienen esta instancia donde pueden evaluar las posiciones de sus dirigentes, y creo que tienen que resolver sus problemas con los mecanismos de democracia interna que ellos estimen.

Ahora, el PS tiene que resolver si va a estar en el bloque que va a querer superar el neoliberalismo, o va a estar en el que lo quiere maquillar de nuevo, como lo hicieron en los 30 años que llevaron al 18 de octubre.

El PS se prestó para excluir al PC y al Frente Amplio. Piense usted que el PS acaba de vetar la participación del Frente Amplio en las primarias en Pudahuel. Piense usted que la DC, a petición de su presidente, bajó las primarias de toda la oposición en Ñuñoa porque él quería ser candidato a alcalde en Ñuñoa. Parece que no le fue muy bien.

Entonces, ¿dónde están los responsables? Aquí hay un tema en donde claramente no es el PC el que veta la participación de nadie. Hay otros que efectivamente no quieren tener al PC, porque además tienen miedo a que les ganemos todas las elecciones.

Carrera presidencial

– ¿Cómo evalúa la irrupción política de Pamela Jiles?

«Notable. El hecho de que las preferencias presidenciales estén a la izquierda, y en la vía de superar el modelo, hoy día superen con creces a aquellos que son partidarios de mantener el modelo, siempre será una buena noticia».

– ¿No la ve como una amenaza para su candidatura?

«De ninguna manera. Además yo voy a la reelección de Recoleta, y no he dicho nunca que quiero ser candidato presidencial, ni mi partido todavía me proclama. Si nosotros estamos ahí es porque la ciudadanía nos ha puesto en ese lugar, mirando lo que hemos hecho en Recoleta. Y es formidable que la ciudadanía ponga liderazgos sobre la mesa.

Las candidaturas las vamos a discutir después de abril, y ahí veremos cuánto pesa cada uno, cuáles serán las discusiones y las fórmulas que enfrentemos, para que la izquierda llegue lo mejor posible a los próximos debates presidenciales y a las próximas elecciones».

– Ya que no la ha dicho nunca, se lo pregunto directamente: ¿quiere ser Presidente?

«Es que los comunistas no discutimos en esa categoría. Porque no importa lo que yo quiera, importa lo que el pueblo de Chile quiere».

– Este jueves el presidente Piñera afirmó que «hay diputados que están usando las pensiones de los chilenos casi como un instrumento de campañas presidenciales» en alusión al tercer retiro, acusando una «ola de populismo». ¿Qué le parece esta forma de interpretar estas iniciativas?

«Me parece que es muy consistente con la forma que tiene el Presidente de interpretar la realidad, que nunca se acerca a la realidad».

– ¿Y ve populismo en Pamela Jiles?

«Yo creo que más allá de si uno está o no de acuerdo con el retiro del 10%, a mí me hubiera encantado ver a Pamela Jiles promoviendo el impuesto a los súper ricos, más que promoviendo que los trabajadores pagaran con sus propios ahorros el costo de la crisis. Pero cuando usted tiene un gobierno que no da respuesta, que sólo le interesan sus intereses particulares, un gobierno que llega tarde, mal y nunca, ésta era la única alternativa.

Por lo tanto, populismo no veo, veo empatía. No solo de Pamela, de todos los parlamentarios que impulsaron esto, de los que escribieron el proyecto, de los que lo presentaron, de los que lo votaron, y no populismo. Populismo veo en aquellos que le dijeron al país que se le había terminado la fiesta a los delincuentes.

Populismo veo en aquellos que dijeron que Chile era una isla, una semana antes del 18 de octubre. Populismo es saber decir lo que la gente quiere escuchar, sin siquiera tener una preocupación de verdaderamente lograrlo, y eso yo lo he visto mucho más en la derecha que en todos los otros actores».

– ¿Qué le pareció que Camila Vallejo fuera la más votada en la elección del Comité Central del PC?

«Me parece que es consistente con la realidad. Es uno de los liderazgos más importantes que el partido tiene, que ha jugado un rol destacadísimo. Y que es loable el rol que ha jugado desde muy temprana edad. Y por lo tanto, muy merecido se lo tiene».

– ¿Cree que debería haber más liderazgos femeninos en el PC o deberían potenciarse más los ya existentes?

«Yo creo que el PC ha tenido maravillosos liderazgos femeninos, es el primer partido en la historia de Chile que tuvo liderazgos femeninos. La primera presidenta de un partido político fue Gladys Marín, la primera candidata presidencial de la historia fue comunista, Gladys Marín, las primeras diputadas jóvenes, en un Congreso donde había muy poca representación femenina, que bordeaba el 10%, el PC tenía al 33% de su bancada compuesta por mujeres menores de 30 años».

– Hace un par de semanas, La Tercera publicó una columna de opinión del abogado Gabriel Zaliasnik -abogado de Jaime Mañalich y Víctor Pérez en sus acusaciones constitucionales, y de Iván Moreira en caso Penta, entre otros- en la que lo acusaba de antisemita. ¿Qué responde a estas acusaciones?

«Hay varias respuestas que hicieron varios judíos que lo confrontan directamente. Él usa una estrategia en la que trata de igualar la crítica a Israel y a las políticas de exterminio físico y político del sionismo, con antisemitismo. Pero en el mismo Israel hay una cantidad increíble de israelíes, de judíos, que no son partidarios de las políticas del gobierno.

Hay judíos anti sionistas esparcidos por todo el mundo y no por eso son antisemitas. Entonces me parece una caricatura muy burda, que personas de la comunidad judía ya han desmantelado. Me parece que no tiene ningún asidero, y además imagínese de dónde viene. Viene de un abogado que siempre ha atendido a violadores de DDHH, a estafadores, a sinvergüenzas».

– Finalmente, usted es uno de los querellantes en la causa que busca las responsabilidades del gobierno en el manejo de la pandemia, que ha derivado en la polémica por los correos del Minsal. ¿Qué le ha parecido la evolución de la investigación en estos meses?

«Yo creo que el proceso avanza. Hemos sufrido una permanente obstrucción a la investigación por parte del Presidente, de sus ministros, y de su subsecretaria. Han tratado de intimidar a los fiscales, han tratado de cambiar a los fiscales para poner a uno a su medida, pero han ido perdiendo en todas las instancias. Ahora hay que dejar que la justicia avance, y que determine las responsabilidades de cada uno en el manejo de la pandemia.

Usted sabe que además en la justicia hay una máxima que dice que a ‘a confesión de partes, relevo de pruebas’, y cuando usted tiene un ministro que dice que todas las premisas de las cuales partió diseñando la estrategia resultaron ser falsas, que no tenía conciencia ni de la pobreza ni del hacinamiento que existía en los sectores populares, que navegaba en la oscuridad sin una dirección, usted comprenderá que eso es de una irresponsabilidad absoluta.

Y eso lo ha dicho el ministro de Salud, que también ha dicho que todas las decisiones las tomaba el Presidente. Entonces yo todavía estoy esperando que el Presidente me explique por qué Las Condes entró en cuarentena con 56 casos cada 100 mil habitantes, y en Recoleta esperaron a que llegáramos casi a los 400.

Aquí claramente se esparció un virus entre la población de manera absolutamente temeraria, abrazando la tesis de la inmunidad de rebaño, de que todos nos íbamos a enfermar, en una actitud de ponerse a correr detrás de la pandemia en vez de enfrentarla».

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