La auditoría del estudio de abogados estadounidenses Shearman & Sterling en el caso Soquimich [SQM] de financiamiento ilegal de la política, lavado de activos, cohecho y soborno, fue determinante en las pruebas que hoy investiga la justicia en Chile.
La auditoría investigó nada menos que 3,5 millones de correos electrónicos de los cuales 92.520 fueron calificados como relevantes y entregados a la Fiscalía.
Es en ese marco que aparecen investigados los correos electrónicos del ex senador y ex ministro Pablo Longueira con Patricio Contesse gerente de SQM. Entre correos, reuniones y comidas a las cuales concurrían personajes de militancias tan disímiles como Pablo Longueira y Carlos Ominami se “transaba dinero por influencia” –, como lo describe Carlos Peña rector de la UDP en carta a El Mercurio.
En esos ejercicios sin recovecos ni sutilezas, 20 “proveedores sospechosos” recibieron de la minera un total de $ 730 millones entre 2009 y 2015.
Entre esos 20 proveedores aparecen, entre otros, firmas vinculadas a Cristián Warner [ex asesor de Marcos Enríquez-Ominami], Sebastián Piñera, Carlos Ominami ….y Pablo Longueira.
El cargo de este último aparece ampliado por evidencias de soborno junto a Pablo Wagner el ex subsecretario de Minería del gobierno Piñera; Fulvio Rossi senador PS; Jaime Orpis [senador UDI], Roberto León [diputado DC], Giorgio Martelli operador político; Cristián Warner operador de ME-O.
Las andanzas de Pablo Longueira no terminan allí.
Al caso SQM se agrega la arista Corpesca donde como ministro de economía jugó un rol político principal según declaraciones de Galilea ex subsecretario de pesca en el gobierno de Piñera. Cuando la fiscal Ximena Chong indagó sobre la participación de Galilea éste dejó en claro que en el acuerdo político Longueira tuvo más participación que él.
Los hechos investigados por la justicia cubren poco más de 7 años, sin embargo sus participaciones como lo reconoce el mismo Longueira en carta al Mercurio [31/01/2016], se remontan a un pasado no menor de 20 años.
Interesante observación. Pues en 2002 el senador Jorge Lavandero, recorría Chile en una campaña por el Royalty de la minería, campaña en la cual participó el ingeniero de minas y diputado por Renovación Nacional, Carlos Vilches.
Fue una campaña exhaustiva e intensa en informaciones sobre el significado y necesidad de aplicar en Chile, algo establecido en la mayoría de los países mineros, una regalía o royalty a la renta minera obtenida sobre un recurso no renovable. La campaña no fue en vano.
Las encuestas de la época revelaron que un 85% favorecía la fijación de un royalty a la explotación minera. Frente a esta situación el Congreso no tuvo otra opción que crear una comisión especial para la tributación de la Gran minería y el Royalty. Siendo en Chile el Poder Ejecutivo el verdadero legislador –al Congreso no le corresponde sino un rol co-legislador– los presidentes de la Concertación plantearon el tema al presidente Ricardo Lagos.
Era necesaria una iniciativa presidencial. No es un misterio la participación de uno de los mayores empresarios del cobre, Andrónico Luksic, en la candidatura presidencial de Lagos, como tampoco lo fue el hecho que en lugar de enviar al Congreso un proyecto de royalty Lagos enviara un proyecto de impuesto específico que ni remotamente se parangonaba con las tasas del royalty que la explotación minera paga en el mundo.
La pequeña historia revela datos que a veces cambian el curso de la historia. La campaña de Lavandero había impresionado a los poderosos sindicatos del cobre y las centrales de trabajadores en el país. La opinión pública rumoreaba su nombre como un próximo candidato presidencial.
Era claro que el empeño de Lavandero había permeado no solo la opinión pública, sino transversalmente a todos los partidos. En ese clima y con claras señales que una ley trascendental para el país podría ser aprobada, Piñera, y Longueira, presidentes de sus respectivos partidos invitaron a Lavandero a dar una charla sobre el cobre tanto en Renovación Nacional como en la UDI.
El local de la UDI de la calle Suecia vio llegar al eventual candidato presidencial con un de grupo de militantes de diversos partidos políticos de izquierda, economistas, sociólogos… Recuerdo el impacto que causó la exposición de Lavandero que con cifras irrefutables impactó a los Senadores, Diputados, dirigentes y expertos de ese partido que asistían a la reunión.
El despilfarro de un Bien Público nacional, recursos que vía transnacionales se escapaban hacia otras economías, programas de bienestar social en educación, salud, vivienda social, incapaces de ser financiados por una política pública secularmente ausente, eran verdades evidentes que exigían una inmediata rectificación. Pensamos en ese momento que los argumentos habían pesado favorablemente hacia los cambios cuando unánimemente se acordó formar subcomisiones para llevar adelante el programa rectificador que el país exigía.
El empeño llegó hasta la primera [y última] reunión. No sabíamos en ese momento que Longueira había visitado a los jefes de las multinacionales quienes le hicieron ver, como en el viejo adagio inglés, que quien pone la plata pone la música. Es el epílogo de una historia que Ricardo Lagos Escobar, aconsejado oportunamente por sus donantes electorales [Luksic entre ellos], cerró oportunamente con un impuesto específico disfrazado de royalty.
Hoy, frente a los correos que lo acusan de financiamientos ilícitos, conocemos la verdad de Longueira, cuando escribe en carta a El Mercurio [31/01/2016]:
“Escogí voluntariamente las tareas más difíciles como parlamentario y como ministro de Estado y traté siempre de ser factor de acuerdos, diálogos y encuentros [ …] trabajé por concordar con todos los sectores políticos y con el mundo privado un royalty a la minería para subirles los impuestos a las empresas del rubro tras el terremoto y tsunami que asolaron a Chile en 2010”.
Voluntariamente olvida los sucesos que tuvieron lugar hace 14 años. Escribe en su carta a El Mercurio sobre su preocupación por los demás –no nos dice a quien reconoce como los demás pues según su inspiración ignaciana [sic] nos informa que “solo en la preocupación por los demás se alcanza la plena realización humana”.
Ya conocemos el personaje que habita en este ex senador y ex ministro, dividido entre su fe ignaciana y los fraudes de la dura praxis de la política.
Nota:
La demanda de los accionistas minoritarios de SQM en EEUU fue presentada ante la corte del Distrito Sur de Nueva York. Se ventilan en esa Corte los efectos financieros que tuvieron en los tenedores de American Depositary Shares [ADS] en la bolsa neoyorquina, las investigaciones que lleva a cabo la Fiscalía en Chile sobre entrega de boletas ideológicamente falsas y el ocultamiento de información desde la empresa a los accionistas.
El precio del ADS cayó 15% y cuando renunciaron tres directores a la mesa, otro 15%. El monto del perjuicio para los accionistas de un Fondo de Pensiones inglés [Tyne and Wear] involucrado ha sido evaluado en US$ 4,4 millones.
(*) Editor de Fortinmapocho.com
Fuente: Fortín Mapocho