¿Son las regiones en este siglo XXI capaces de autogobernarse y administrar sus propios territorios, es decir, son capaces de actuar en forma autónoma? En la argumentación propia del centralismo metropolitano, pareciera prevalecer la idea que las regiones son territorios minusválidos que necesitan de la permanente ayuda y del constante subsidio del Estado central.
En un modelo de Estado centralizado y subsidiario como el que tenemos desde la Constitución de 1980, la respuesta a esa pregunta es perfectamente lógica.
Desde 1975 en adelante se instaló en Chile una regionalización centralizada donde lo esencial de las atribuciones, las facultades y los recursos se proveen desde el nivel central y así hemos funcionado hasta el día de hoy, con los sucesivos intentos descentralizadores de gobiernos democráticos.
Pero los magallánicos tenemos otra respuesta a esa interrogante y se encuentra en la experiencia de la Corporación de Magallanes entre 1967 y 1973.
En efecto, en este período y bajo otra Constitución, Magallanes (entonces provincia) fue capaz de autoadministrar gigantescos recursos presupuestarios para instalar un Barrio Industrial de enormes proporciones, bajo la orientación descentralizada de la Corporación de Magallanes que llegó a implementar más de 70 proyectos industriales de desarrollo.
¿Quién dijo que los magallánicos no saben administrar su región?
Bajo la gestión de la Corporación de Magallanes, con recursos administrados desde la región, se construyeron numerosos edificios públicos (de hecho, el edificio de Gobierno en José Menéndez con Bories estaba destinado a la CORMAG), Aduana, Televisión Nacional y terminales de barcazas, inició los primeros estudios de la avenida Costanera del estrecho, construyó numerosas industrias regionales de lanas, cueros y carnes, instaló la red de gasoductos y cañerías de gas natural de Punta Arenas y Puerto Natales, generó la primera red de infraestructura de hosterías turísticas en el Paine y en Puerto Williams, desarrolló y financió un programa de desarrollo agropecuario, de desarrollo de la Educación, la Salud y el Bienestar Social, un programa de desarrollo y mejoramiento urbano, así como un ambicioso programa de infraestructura vial y de comunicaciones.
Se construyó un Complejo Textil en el Barrio Industrial, así como se creó una planta asfáltica y una fábrica de ladrillos regionales.
Entre 1967 y 1973 Magallanes vivió una etapa inédita de industrialización regional, mediante una entidad pública efectivamente descentralizada, dotada de atribuciones y recursos administrados en la región.
El Consejo de la Corporación de Magallanes, durante los gobiernos de Eduardo Frei Montalva y Salvador Allende estaba constituido por el Intendente provincial, el Vicepresidente Ejecutivo de la CORMAG, así como representantes de las FFAA, de los gremios empresariales, de las organizaciones sindicales, de todas las municipalidades, de CORFO y SERCOTEC.
En la experiencia de gestión descentralizada de la Corporación de Magallanes en esta región austral de Chile, está uno de los secretos mejor guardados (y con frecuencia olvidados) de la autonomía y la descentralización que necesitamos y reclamamos en este siglo XXI.
Aun reconociendo las diferencias de tiempo histórico y de marco constitucional que rigieron a Magallanes, en 1970 o en 2015, la descentralización y la autonomía regionales fueron posibles y fueron altamente eficaces como lo demostró la Corporación de Magallanes.
Fuente: Noticias Magallanes