La Opinión Pública observa atentamente el proceder de la Justicia en el caso del atropello sufrido por el contralor General de la República, Ramiro Mendoza, cuando se desplazaba por la Avenida Andrés Bello en la comuna de Providencia. Al contrario de lo sucedido en el accidente protagonizado por Martín Larraín, con resultado de muerte, quien quedó libre de culpa, el joven que arrolló a la autoridad deberá cumplir arresto domiciliario total.
Los hechos son inversos en esta oportunidad. La víctima es ahora un personaje de notoriedad pública y el autor es un ciudadano anónimo.El Contralor resultó con varias fracturas las que fueron oportunamente operadas y está recibiendo atención y ejercicios de rehabilitación.
Tiene buen pronóstico y los médicos calculan que en ocho semanas estará repuesto.
Entre tanto se realizan las pericias correspondientes para establecer la responsabilidad en el accidente.
El chofer que lo atropelló, un muchacho de 19 años, sin licencia de conducir, se dio a la fuga y horas más tarde se entregó a la policía. Presentado a los tribunales se le castigó, durante el tiempo que dure la investigación de los hechos, con arresto domiciliario total.
La Opinión Pública se pregunta como actuará la Justicia en este caso:
¿El joven que atropelló al Contralor, quedará libre de culpa igual que Martincito?
¿Podrá la Justicia actuar de manera independiente y sin prejuicio frente a la influencia de la víctima?