domingo, noviembre 24, 2024
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Comando de Patria y Liberdad: El Asesinato del Comandante Araya

por Eduardo Contreras:

Para no olvidarlo nunca. En este mes se cumplirán 47 años desde el cobarde asesinato del Edecán Naval de la Presidencia de Chile, el comandante Arturo Emilio Araya Peeters a manos de los grupos fascistas en que participaban civiles y uniformados.

Con estos crímenes –como antes lo fuera el asesinato del general René Schneider– creaban las condiciones para provocar el golpe de Estado. Un crimen de lesa humanidad que cambió para mal la suerte de la inmensa mayoría de chilenas y chilenos, favoreciendo hasta nuestros días a pequeños grupos de civiles y uniformados.

Aquella noche del 27 de julio del 73 el comandante Araya, oficial naval de prestigio, hombre culto e íntegro, había regresado de una actividad en la sede de la Embajada de la república de Cuba en Chile. Eran días agitados, inciertos, y la conspiración estaba en marcha acelerada.

El hogar del comandante estaba en la calle Fidel Oteíza 1953 y hacia allá marchó el grupo de Patria y Libertad instalándose en el sector de las calles Carlos Antúnez y Pedro de Valdivia. Estaban fuertemente armados y montaron una provocación para lograr que Arturo Araya diera la cara.

Arrojaron “miguelitos” para romper neumáticos de los vehículos, detonaron explosivos en el sector, dispararon a un transformador eléctrico, atacaron microbuses y finalmente se instalaron frente a la casa del oficial, insultándolo y provocándolo. Era ya la medianoche y el comandante finalmente se asomó a tratar de calmar a los violentistas. Además de conminarlos a terminar su acción, efectuó un disparo al aire para hacerles saber que estaba armado.

En ese momento un francotirador del grupo que estaba instalado en el techo del Colegio de Monjas que existía en el barrio le disparó al Edecán presidencial dándole muerte. El peritaje balístico posterior determinó que el proyectil no correspondía a ninguna de las armas que después fueron incautadas. El arma asesina…… desapareció.

Los reconocidos partícipes de ese siniestro crimen fueron :

Jorge Ehlers Oelckers, René Guillermo Claverie Bartet, Mario Eduardo Rojas Zegers, Guillermo Francisco Necochea Aspillaga, Miguel Víctor Sepúlveda Campos, hijo de un Almirante (r), Uca Eileen Lozano Jeffs, Guillermo Adolfo Schilling Rojas, primo de un dirigente de izquierda, Willy Bunster, José Eduardo Iturriaga Aránguiz, Luis Guillermo Perry González, Luis César «Fifo» Palma Jiménez, el que posteriormente fue miembro del Comando Conjunto; Ricardo Vélez Gómez, Rafael Mardones Saint Jean, primo hermano de José Luis Mardones Santander que fuera presidente del Banco Estado, Adolfo Palma Ramírez (hermano del ‘Fifo’ Palma), Enrique Quiroz Ruiz, Wilfredo Humberto Perry González, Odilio Castaño Jiménez, actual codueño de la cadena de panaderías Castaño, Carlos Fernando Farías Corrales, Juan Zacconi Quiroz, Andrés Pablo Potin Laihlacar y Tito Alejandro Figari Verdugo.

Se ha reconocido como principales autores a Jorge Ehlers Oelkers, radicado desde hace años en Alemania y a su yerno, Alejandro Ellis. Fueron quienes organizaron al grupo, les proporcionaron las armas y los explosivos y manejaban el nexo con los oficiales de la Armada y con la dirigencia de los golpistas, en particular con los cabecillas del grupo “Patria y Libertad” que encabezaba el abogado Pablo Rodríguez Grez.

Así fueron los hechos y hablemos ahora de los intentos de juzgamiento de este cobarde crimen. Cometido el delito se inició – todavía durante el gobierno de Allende – una causa ante el juzgado naval respectivo el que, 5 años más tarde, dictó sentencia el 27 de diciembre de 1978.

Es decir, ya bajo dictadura, y que sólo condenó a uno de los partícipes, Guillermo Claverie Bartet…. “a 2 años de presido menor por el delito de homicidio simple” …Por cierto en tiempos de la dictadura ya no existían condiciones que permitieran siquiera imaginar que los asesinos serían juzgados. Los golpistas a esas fechas ejercían la totalidad del poder a punta de miles y miles de crímenes brutales, desaparecimiento de personas, torturas, en fin, lo que todos conocemos.

Fue recién el 10 de septiembre de 2003 que el abogado Arturo Andres Araya Corominas, hijo del comandante Araya, por sí y a nombre de sus hermanos pudo presentar la querella por crimen de lesa humanidad con el número de ingreso 2408, Pese a todos sus esfuerzos, el proceso no avanzó lo suficiente.

Cabe tener en cuenta que el paso del tiempo genera la ausencia de testigos y otras pruebas. Sin dejar de lado que nuestros tribunales tampoco se caracterizaban por un interés especial en aclarar la verdad histórica. Recordemos los años que costó que por fin se detuviera, se desaforara y se procesara al propio dictador. Un asesino brutal que contó siempre con el apoyo de importantes políticos nacionales supuestamente “demócratas”.

Pese a todo, la familia del comandante persistió en sus esfuerzos judiciales, como en el proceso rol N° 34.673 – 4 el año 2005 ante el 17° Juzgado del Crimen de Santiago. Nuevos esfuerzos que tampoco prosperaron y lo mismo sucedió con la querella rol N° 1551 del año 2016 presentada por don Enrique Araya, otro hijo de la víctima, una acción judicial que me consta personalmente.

Tampoco logramos avances sustantivos lo que se explica por el largo tiempo transcurrido, casi medio siglo. Con todo, las abundantes pruebas logradas con el accionar jurídico arrojan antecedentes que dejan al desnudo la criminal acción de los golpistas del 73. Los expedientes judiciales dan cuenta de la verdad de este brutal crimen de la ultraderecha chilena.

Obviamente, los gobiernos que siguieron a la dictadura poco o nada hicieron por avanzar en materia de derechos humanos y el esclarecimiento de los crímenes de lesa humanidad. Mal que mal habían llegado a acuerdos con la dictadura para dar paso a esta todavía incompleta transición a una democracia plena y verdadera…

Es el país real en que vivimos y vaya en esta fecha un sincero homenaje a ese chileno íntegro que fue el comandante Arturo Araya Peeters.

Fuente: Barómetro Latinoamericano

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