Los mandamases de Codelco quieren que ningún organismo del Estado los controle, para poder seguir dilapidando y robando sumas inimaginables de fondos públicos, en total impunidad.
Las malversaciones comenzaron en 2010. Desde abril de aquel año las trasnacionales mineras en la práctica tomaron el control de Codelco. Lo hicieron cuando ejecutivos de las principales empresas mineras que operan en Chile como Diego Hernández y Thomas Keller asumieron la Presidencia Ejecutiva y la Vicepresidencia de Finanzas, respectivamente.
Con ellos, ingresaron al directorio y a los más altos puestos de la plana ejecutiva de la estatal cuprífera una serie de otros ejecutivos de transnacionales mineras, que respondían a sus intereses y no a los del fisco chileno.
Las transnacionales mineras pudieron ingresar a la administración de Codelco gracias a dos hechos esenciales:
Primero: el Nuevo Estatuto Orgánico de la Corporación establecido por la Ley 20.392, aprobado en noviembre de 2009, en el primer gobierno de Michelle Bachelet, que, entre otras disposiciones, permite que el Presidente Ejecutivo de Codelco ya no sea designado por el Presidente de la República, sino por el Directorio. De dicho Directorio se eliminó a los Ministros de Hacienda y Minería, y al representante de las Fuerzas Armadas.
El nuevo directorio estaría compuesto por 3 miembros designados por el Presidente de la República y 4 miembros escogidos por el Consejo de la Alta Dirección Pública, exigiéndose como requisito que quienes postulen sean profesionales que hayan trabajado para empresas mineras.
Segundo: en marzo de 2010, al asumir Sebastián Piñera la Presidencia de la República, en virtud de esta nueva ley designa un directorio y una plana ejecutiva integrado principalmente por ejecutivos de transnacionales mineras, y, debido a ello, desde esa fecha Codelco ha sido administrada casi exclusivamente por ex ejecutivos de estas transnacionales.
Con estos profesionales “de excelencia”, como majaderamente se ha señalado por la prensa dominante, era razonable pensar que Codelco sería mejor administrada y mejorarían considerablemente sus resultados.
Sin embargo, como anticipamos, en esa época comenzarían los malos resultados y pérdidas extraordinarias para Codelco, lo que era fácil deducir, porque las transnacionales mineras venían a destruir financieramente a la Corporación para fraguar su privatización.
El desfalco
Desde 2010 a la fecha se han registrado los peores resultados de toda la historia de Codelco, considerado el nivel de producción y los precios del cobre y subproductos. Los malos resultados no se deben a una mala a deficiente gestión o administración de Codelco, sino concretamente a un fraude de dimensiones insospechadas.
El desfalco en Codelco podría no ser un fin en sí, sino un medio para conseguir algo superior: su definitiva privatización.
Pero a los defraudadores ahora les salió una piedra en el camino: se trata del Contralor General Jorge Bermúdez, quien ha emitido un informe cuestionando una excesiva e ilegal indemnización de 500 millones de pesos, y ha ido más allá al señalar en la Cámara de Diputados que Codelco había realizado contratos con firmas relacionadas por US$ 783 millones.
El alto mando de Codelco ha anunciado que acudirá a los Tribunales de Justicia para impedir ser fiscalizada por Contraloría, y el Gobierno –en la persona del ministro de Hacienda Rodrigo Valdés- y la clase política le han respaldado en este descarado intento. Pero corren el gran riesgo que los Tribunales respalden las investigaciones de Contraloría e impulsen las que hasta ahora realiza el Ministerio Público.
Recordemos que el 17 de abril de 2015 presentamos -con la ONG Chile Cobre- una querella por malversación de caudales públicos en Codelco ante el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago. Actualmente el caso es investigado por la fiscal Macarena Cañas, adscrita a la Fiscalía de Alta Complejidad, la que se ha mostrado poco interesada en darle celeridad a esta importante causa.
El modus operandi
Las razones por las cuales sostenemos que estamos frente a un fraude, estafa o robo, reposan en el análisis de los ingresos por ventas de la Corporación, que tomamos directamente de las Memorias Oficiales de Codelco publicados en la página www.svs.cl.
El 2006, los ingresos de Codelco alcanzaron US$ 17.077 millones. La producción de cobre fue de 1.676.000 Ton. y el precio promedio de US$ 6.722/Ton. (US$ 2,99 la libra). En 2016, la producción de cobre fue de 1.860.000 Ton., 11% más que el 2006, pero el precio del cobre fue de US$ 2,49 es decir 16% menos que el 2006. Con esa producción y precio, los ingresos por ventas del año 2016 debieron sobrepasar de US$ 16.000 millones, sin embargo, en la Memoria de Codelco, los ingresos por ventas del año 2016 alcanzan solamente a US$ 11.537 millones.
De esta manera, faltan US$ 4.600 millones aproximadamente en los ingresos por venta de Codelco por el año 2016. ¿Por qué faltan? Porque seguramente una gran parte del cobre y subproductos fueron vendidos a precios muy inferiores al mercado. ¿A quiénes? Seguramente a las mismas empresas de donde vienen los altos ejecutivos de Codelco. En dichas memorias no se consigna la identidad de los compradores como tampoco los precios de venta.
Esa es la razón principal por la que no quieren que la Contraloría los quiera fiscalizar, porque podría descubrir quiénes son las empresas favorecidas con estos precios de remate, y Codelco no podría ampararse en que dichos precios obedecerían a su liberta empresarial, puesto que ni Codelco ni ninguna minera extranjera pueden exportar a precios inferiores a los del mercado internacional, porque ello está prohibido por el art. 36 de la Ley de la Renta.
Veamos otras comparaciones. El año 2009, cuando las transnacionales aún no administraban Codelco, la crisis subprime desplomó el precio del cobre llegando bajó a solo US$ 2,34 la libra. Sin embargo, con una producción de 1.702.000, es decir 9% menos que el 2016, sus ingresos por venta fueron de US$ 12.379 millones, es decir US$ 842 millones más que el 2016, en que hubo mayor producción y precios más elevados.
El 2011 el precio del cobre alcanzó los US$ 8.816/Ton., (US$ 3,99 por libra, 33% más que el 2006) por lo que los ingresos por ventas debieron superar en más de 30% a los del 2006, para llegar a los US$ 22.000 millones. No obstante, según la Memoria de 2011, los ingresos fueron de US$ 17.515 solamente. De esta manera “desaparecieron” otros US$ 4.500 millones. Y cifras cercanas a los U$ 3 mil millones también faltan en los años 2012, 2013, 2014 y 2015.
Entonces son mucho más que 20 mil millones de dólares los que han desaparecido en Codelco desde 2010.
Pese a esto, el gobierno nos dice que no hay dinero para la educación gratuita, siendo que solo fiscalizando a Codelco sobraría dinero para la educación y salud de gratuita de calidad para todos los chilenos.
Es precisamente la información de los ingresos, la que pone en evidencia que estamos frente una escandalosa defraudación de Codelco.
Es ilegal exportar a precios inferiores al mercado internacional
A este respecto el N° 4 del art. 97 del Código Tributario establece que las declaraciones maliciosamente incompletas o falsas pueden ser castigadas con presidio menor en sus grados medio a máximo (de 541 días a tres años), y multas del cien al trescientos por ciento de lo defraudado. Exportar el cobre y sus subproductos a precios inferiores al mercado constituye incluso fraude aduanero, en aplicación de las letras a y b del art. 181 de la Ordenanza de Aduanas, lo que también se castiga con presidio en su grado mínimo a medio y multas de 5 veces del valor de lo defraudado.
Es claro que exportar a precios inferiores al mercado es un delito. Pero la cosa puede ser aún más grave: no parece factible que la totalidad del cobre y subproductos hayan sido exportados a precios inferiores al mercado. Probablemente sólo una parte de esas exportaciones se efectuó a menor precio y fue comprada por determinadas empresas que estaban al corriente de estos precios de remate. ¿Cuáles empresas? Es aquí precisamente donde podría estar el delito más grave: la asociación ilícita. No sería sorprendente que las empresas beneficiadas con estos bajos precios pudieran ser filiales de las transnacionales mineras de donde vienen los altos ejecutivos de Codelco. Además, estas filiales, que ganaron lo que Codelco perdió, podrían estar domiciliadas en paraísos fiscales para no pagar impuestos por estas ganancias excepcionales y mal habidas. De este modo, estas ganancias libres de impuestos podrían servir para pagar suculentas “coimisiones” a quienes les permitieron comprar cobre y subproductos a precios de remate.
Es dable mencionar que la totalidad de los grandes medios de comunicación chilenos han omitido pronunciarse respecto de este desfalco, pese a que desde 2011 lo venimos denunciando con el Comité de Defensa del Cobre. Sólo el corresponsal en Chile de la revista Proceso de México, Francisco Marín, le ha dado –desde enero de 2012- debida cobertura a esta importante materia.
Sr. Contralor General, por favor no ceda en su empeño por fiscalizar en su totalidad a Codelco.
(*) Economista y abogado, Presidente ONG Chile-Cobre
Junio 2017