Resulta majadero y hasta un lugar común repetir la vital importancia que tienen los ingresos por recursos del cobre al erario fiscal. CODELCO es el principal exportador de cobre del mundo y una fuente de contribución a los ingresos fiscales de enorme importancia. De hecho, CODELCO ha generado excedentes por US$ 100 mil millones en beneficio de Chile durante toda su existencia.
Esto equivale a cerca del 40% del PIB del 2012. Asegurar la rentabilidad y sustentabilidad de la empresa es una decisión que afecta nuestras necesidades estratégicas como país de aquí a un largo tiempo. Entonces, la capitalización es fundamental para su funcionamiento y expansión racional hacia nuevos mercados y nuevas ganancias como primer actor de la minería mundial.
A finales de la administración anterior se perfeccionó su gobierno corporativo para hacerlo más independiente de las decisiones políticas de los gobiernos de turno. La colocación en condiciones muy favorables de bonos a 10 y 30 años plazo por US$ 2 mil millones durante julio de 2012, demuestra la buena disposición de grandes inversionistas a confiar en la compañía y el escenario político, social y económico en que se encuentra inserta.
Los recursos que se requieren por parte de nuestra minera para mantener su base productiva la obligan a continuar recurriendo a los mercados de deuda, su principal fuente de financiamiento. El Informe Financiero de la Minería del segundo semestre de 2012, realizado por el Centro de Estudios del Cobre y la Minería (CESCO), reporta que CODELCO registró uno de los mayores niveles de endeudamiento entre los principales actores de la industria. Según ese informe, la estatal logró una ratio de endeudamiento (pasivos totales sobre activos totales) de 62%, muy por encima del 47% promedio del sector.
En este contexto, es indispensable consensuar como país un plan a largo plazo que permita acordar la provisión de recursos frescos de manera de asegurar una política estable de capitalización de utilidades y soportar un endeudamiento racional que de paso no afecte la clasificación de riesgo de nuestra compañía. A pesar de este escenario, y con gran sentido de responsabilidad, CODELCO está prácticamente construyendo de nuevo las grandes Divisiones, con el objeto de mantener la competitividad y sustentabilidad de su producción por al menos tres décadas más.
Este asunto debe remediarse mediante una política pública de largo plazo y una mirada estratégica sobre el desarrollo y crecimiento de la empresa. Con otros senadores hemos presentado proyectos de acuerdo, perfectibles sin duda, que dan cuenta de una idea fuerza que consideramos no se puede despreciar: excluir de la discusión presupuestaria anualizada a algunas áreas del Estado que reflejen un consenso nacional más allá de discusiones de corte coyuntural, como es el caso de la política educacional, de vivienda y salud.
En ese mismo sentido, consideramos que para satisfacer las necesidades de la corporación debiera modificarse nuevamente el DL 1350, de 1976, para incorporar una modalidad que asegure el plan trienal de inversiones de la compañía y así tenga garantizado por ley un cierto porcentaje o rango de aporte fiscal para la formación de fondos de capitalización y reserva, según ese plan trienal.
En la actual coyuntura, además, resulta necesario buscar una fórmula especial que asegure los recursos frescos que CODELCO ha solicitado para su plan de inversiones de este año. No efectuar esa capitalización hoy implica riesgos como la postergación de inversiones indispensables o un nuevo aumento del endeudamiento; y también que en el futuro se deban asumir mayores capitalizaciones al mismo tiempo que -producto de no realizarlas hoy- los excedentes decaigan significativamente. Consideramos que las autoridades debieran ponderar adecuadamente la necesidad de una urgente y racional salida para el principal activo de nuestra economía fiscal.
(*) Senadora por la Región de Atacama