Cientos de personas se manifestaron frente a la Catedral de Santiago en apoyo a los sacerdotes Mariano Puga, José Aldunate y Felipe Berríos, denunciados al Vaticano por sus opiniones, contrarias a la postura de la Iglesia Católica. Bajo el lema «Iglesia somos todos», diversas organizaciones sociales llegaron hasta el lugar para demostrar que comparten la postura de los sacerdotes.
Cientos de personas se manifestaron este viernes frente a la Catedral de Santiago, en apoyo a tres sacerdotes católicos quienes fueron juzgados dentro del organismo eclesiástico por diversas opiniones expresadas, algunas relacionadas con el aborto y los derechos de homosexuales.
Bajo el lema de «Iglesia somos todos», diversas organizaciones sociales llegaron hasta el lugar, en la Plaza de Armas de Santiago, para entregar su respaldo a los religiosos Mariano Puga, José Aldunate y Felipe Berríos
La protesta surgió en rechazo al comportamiento de la Iglesia durante las últimas semanas, después de que a través de una solicitud de la Nunciatura Apostólica, el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, entregara antecedentes sobre las críticas de los tres sacerdotes a la postura con que la Iglesia aborda éstos y otros temas relacionados con la desigualdad, los que serán analizados por la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Los prelados denunciados han cuestionado posturas de la Iglesia frente a la reforma educacional que promueve el Gobierno de Michelle Bachelet, así como su negativa a discutir sobre el aborto terapéutico y su rechazo al matrimonio homosexual.
Puga, un nonagenario cura que ha trabajado toda su vida entre los pobres, y Aldunate, un jesuita de 97 años, fueron también destacados defensores de los derechos humanos durante la dictadura de Augusto Pinochet.
En junio, Puga, apodado el «cura obrero», afirmó que «la Iglesia, en vez de ser la que destruía el concepto de clases, lo fortaleció: colegios para los pobres, otros para los indígenas, otros para la clase alta».
Aldunate, en tanto, se declaró a favor del matrimonio homosexual. «El homosexual tiene derecho a amar y compartir su vida con otra persona». «La Iglesia es anticuada», dijo el jesuita.
Berríos, también jesuita, creó la iniciativa «un techo para Chile», de construcción de viviendas por parte de jóvenes voluntarios para los habitantes de campamentos precarios, iniciativa que se ha extendido a varios países de la región y regresó recientemente al país tras varios años de misionero en África.
El respaldo a Puga, Aldunate y Berríos viene tras una semana de cuestionamientos al Arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, a quien inicialmente se le adjudicó el envió de una denuncia contra estos tres sacerdotes a la Santa Sede.
Ezzati negó tajantemente haber «denunciado» a los tres religiosos y aclaró que sólo se limitó a entregar antecedentes solicitados por la Nunciatura Apostólica en Chile, que consistían en declaraciones de prensa en que los sacerdotes expresaban su postura frente a la desigualdad, el aborto y el matrimonio homosexual, entre otros temas.